sábado, 28 de febrero de 2015

¿Quiénes son los culpables?




Héctor Manuel Popoca Boone.
 
Como si no tuviéramos suficientes problemas en Guerrero, con los sucesos lamentables del martes pasado (encuentro violento entre maestros y policías antimotines en Acapulco), hemos echado más gasolina al fuego, que ya nos tatema por su descontrol. Bastaba una pequeña chispa para que la pradera empezara a arder. Sucedió así y ahora nos preguntamos, ¿cómo la apagamos? O si en realidad, pretendemos atizarla más.

¿Quiénes fueron los culpables de esa confrontación?, ¿el gobierno o los maestros? La verdad -mi verdad- es que hemos tenido responsabilidad ambas partes. Los maestros, fueron responsables por avivar la hoguera, más allá de lo razonable. La gendarmería, al usar la fuerza bruta, para contener el enojo magisterial. 

Los maestros han ejercido reiteradamente presiones indebidas para la solución “a modo” de sus demandas, algunas de ellas improcedentes y que llaman conquistas laborables históricas de su corrupta lucha sindical. El gobierno, tiene responsabilidad por la demora en las respuestas puntuales, que no son suficientes, claras, ni a tiempo; desesperando con su tardanza, al ya de por sí exacerbado magisterio.

Los maestros, tienen culpa por llevar a cabo sus acciones y presiones, hasta el punto que lesionan, una y otra vez, a gente común y sencilla, como son los burócratas, los pequeños y medianos empresarios, periodistas, simples trabajadores o pasajeros, que no la deben y por tanto, no debían de temer y pasar por ninguna vejación.  

Los del gobierno también tenemos culpa, por ser la causa última de los malestares magisteriales, al crear irresponsablemente miles de plazas, sin el debido sustento presupuestal, autorizadas desde hace muchos años por los gobernantes y dirigentes sindicales en turno, con propósitos de lucro o de índole política. 

Tienen responsabilidad los maestros de la Ceteg y del Suspeg, al montar incorrectamente su manifestación sobre una exigencia que ya es de carácter mundial como lo es, aplicar justicia plena, sin impunidad alguna, a los responsables, directos e indirectos de la masacre de Iguala. Peor nos irá si persistimos en seguir diciendo verdades a medias a la ciudadanía del país y del mundo sobre los jóvenes con forzada desaparición.

También los del gobierno, no hemos cumplido con el deber de ejecutar la debida sanción a los presuntos culpables, por omisión e indolencia, localizados en el gobierno federal y estatal, para tan solo quedarnos varados en el nivel del gobierno municipal. Otra vez la maldita impunidad.

En mayor o menor grado, el Estado mexicano y los maestros adscritos al MPG hemos sido culpables de la situación de zozobra permanente en que tenemos inmersos a los guerrerenses. Estamos empecinados en vencer más que en convencer. Y a la fuerza, como decía mi abuela: “ni me bajo las bragas, ni me subo las enaguas”

Los normalistas y maestros han tenido comportamientos reprobables, por acciones vandálicas, que han lastimado a la ciudadanía con mucha impunidad; también los del gobierno, por su accionar injusto, apático y negligente, en torno a la masacre de Iguala y al impuntual pago quincenal de las plazas cuestionadas.

Hay que recalcar que Acapulco, es una ciudad de alrededor de un millón de habitantes, que viven, directa o  indirectamente, del turismo nacional. Es una estupidez, tratar de paralizar el funcionamiento del aeropuerto y de las carreteras, porque eso genera el ahorcamiento económico de buena parte de las familias que integran ese millón de habitantes. En Chilpancingo, la economía comercial está a punto del colapso. 

De seguir así las cosas y con más muertes y violaciones que pueden ser evitables, seguiremos viviendo en un Estado de chueco y no de derecho. Continuaremos dañando mucho a Guerrero.

PD1. En manifestaciones públicas donde hay probabilidad de violencia, no se vale y es repudiable, llevar y poner de parapeto a los niños.
PD2. El PRI y el PRD no merecen gobernar Guerrero. Ya demostraron que están teñidos de sangre, ahogados en corrupción, resguardados por la impunidad, doblegados por el narco y con una sobrada ineptitud para sacar de la pobreza y de la inseguridad pública a este noble y sufrido pueblo.


viernes, 20 de febrero de 2015

Capazgro.

Héctor Manuel Popoca Boone.

Fue cosa buena, como acto de gobierno cercano al pueblo, la reunión efectuada el domingo pasado en Ayutla, donde el gobernador del estado, Rogelio Ortega, se comprometió a crear la Comisión de la Armonía para la Construcción de la Paz y el Desarrollo Sustentable de Guerrero (Capazgro), “como una instancia de diálogo, de construcción de propuestas y acciones mancomunadas con un enfoque de gobernanza y democracia participativa”.* Todo ello en conjunto con las organizaciones sociales, sobre todo del medio rural, agrupadas en el Frente Popular para el Desarrollo de Guerrero (FPDG).

El surgimiento de este espacio plural, incluyente e interinstitucional, es un esfuerzo tripartito (FPDG, gobierno federal y el estatal) que surge del reconocimiento de que en este territorio suriano priva una “situación de inseguridad pública, injusticia, corrupción e impunidad gubernamental, acentuada en los últimos cinco años, (en donde) la ciudadanía ha reaccionado de diversas formas que van desde la gestión (infructuosa) de sus demandas por las vías institucionales, las protestas y toma de oficinas para ser escuchados, hasta la autodefensa armada, lo que ha creado un ambiente de inestabilidad social, económica y política en la entidad.”

Motor fundamental de este esfuerzo ha sido el FPDG, en su batallar por conjuntar y armonizar sus propuestas con las instituciones gubernamentales a través del diálogo y toma de acuerdos entre gobernantes y gobernados; así como buscar la participación directa de los ciudadanos en los asuntos públicos, construyendo consensos y acuerdos que contribuyan a resolver conflictos, a mejorar la atención gubernamental y a promover acciones en pro del progreso de Guerrero sin cohibir la lucha social, sin invadir competencias de atribución oficial y todo dentro de la ley.

La Capazgro tendrá como responsabilidades compartidas: “Coadyuvar  …a la formulación de políticas públicas y planes de desarrollo estatal y sectorial. Habilitar en los tres órdenes de gobierno, todas las estructuras de participación social legalmente reconocidas como son los consejos de desarrollo, comités de planeación, consejos consultivos, etc. Organizar acciones de monitoreo y contraloría social a fin de que el presupuesto público federal, estatal y municipal se aplique de manera honesta, transparente, justa, (equitativa), eficiente y oportuna. …Servir de enlace intra-institucional para que la demanda social, debidamente planteada, sea atendida con eficacia y sin burocratismo”.

Los propósitos enunciados son inobjetables y aplaudibles. Son cimientos para construir un cauce que contribuya a sacar a Guerrero de la profunda crisis en la que actualmente se encuentra sumergido. Pero los retos a superar y los desafíos a afrontar no son nimios, aun cuando si son salvables. Entre estos, está toparse con manías perniciosas arraigadas en los responsables institucionales y en uno que otro dirigente de organizaciones sociales. La mayoría de los perfiles profesionales de los servidores públicos dejan mucho que desear en cuanto a atención y servicio al pueblo.

Lo real es que la mayoría de las instancias oficiales muestran resistencia a trabajar en equipo y cada quién anda por su cuenta; aplicando programas y recursos públicos a su libre albedrío, asignados de manera discrecional, cuando no clientelar. Esta malograda sinergia pública causante de la inercia institucional provoca, más que una activa participación ciudadana, una inducida pasividad de las comunidades.

*Las frases entre comillas son tomadas del proyecto de reglamento interno de la Capazgro.

PD. Cuando la Auditoría Superior de la Federación revise la cuenta pública 2012, detectará que la ex secretaria, Rosario Herrera, no comprobó documentalmente, nueve millones cincuenta mil pesos, destinados a la construcción del Centro Comunitario de la Mujer Indígena en Ayutla. Por ello, el gobierno federal no ha aportado más presupuesto para su equipamiento y operación; violentando con eso, los derechos humanos de las mujeres indígenas de dicho municipio.


h.popoca.b@gmail.com

viernes, 13 de febrero de 2015

Los fertilizantes, corrupción y clientelismo.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Hace poco más de 20 años, dio inicio el programa gubernamental de subsidio a la adquisición de fertilizantes en Guerrero, como un apoyo gubernamental a la siembra de maíz, frijol y calabaza. La instrumentación de este programa compensatorio, se debió al desplome del precio de esos granos básicos, a resultas de la apertura indiscriminada de las fronteras para su libre importación, lo que provocó una competencia desleal y ruinosa a campesinos de temporal.

Lamentablemente este programa nació teñido de corrupción. (¿Cuál no?)  Las buenas y malas lenguas decían que había intereses económicos del gobernante en turno (Rubén Figueroa Alcocer) que se auto compraba al ser, presuntamente, accionista (con prestanombres, por supuesto) de una de las dos fábricas nacionales. Por eso, entre otras causas, dispusimos su municipalización años después. Lamentablemente la corrupción centralizada, se descentralizó a la mayoría de los ayuntamientos. ¡Uf!

Hoy en día, en la adquisición del fertilizante, alrededor de un 70 por ciento de los presidentes y/o tesoreros municipales exigen a los proveedores un “moche” por la compra. La calidad del producto deja mucho que desear en algunos municipios. El programa también ha servido para el clientelismo político, practicado por parte importante de ediles y políticos en tiempos electorales; así como por algunos líderes de ciertas organizaciones campesinas que también lucran con él, año con año. En pos de mantener  la “gobernabilidad”, esta irregular situación ha sido tolerada y no enmendada.

Los ayuntamientos y líderes inscriben más hectáreas de las posibles en el programa; por ejemplo, en el 2013 el Inegi reportó 468 mil hectáreas elegibles, el programa atendió 551.6 mil has., es decir 83. 6 mil has., más; beneficiándose 33 440 “productores nylon” adicionales. De tal suerte que a más compra, mayor lucro en el “moche”; a través de la anómala y ficticia ampliación anual de hectáreas y beneficiarios. Indebidamente, el programa también se expandió a otros cultivos. Furtivamente apoya, incluso, la siembra de amapola y marihuana.

Con el pasar de los años, el financiamiento compartido quedó en el 2013 estructurado con 35 por ciento lo aporta el gobierno estatal (160 millones de pesos); 50 por ciento, los gobiernos municipales (650 millones de pesos) y 15 por ciento (193 millones de pesos), los productores.  El presupuesto total del programa de fertilizantes fue de 1 003 millones de pesos.

Los fondos para la compra de fertilizante por parte de los ayuntamientos, provienen de los  recursos federales del ramo presupuestal 33, que les son transferidos para realizar principalmente obra pública. Las reglas de operación de dicho ramo indican que solo pueden destinar hasta un 15 por ciento. La mayoría de los presidentes municipales no han respetado la norma y destinan una mayor cantidad de dinero. En promedio estatal destinan un 83 por ciento del total del ramo 33. Y lo seguirán haciendo en el 2015 que es “Año de Hidalgo” y a la vez de campañas electorales, no importándoles las amonestaciones o sanciones que puedan hacerles la Auditoría General del Estado y/o la Auditoría Superior de la Federación

Ante la necesaria disciplina presupuestal, es procedente sanear el programa de subsidios al fertilizante, realizando una verdadera depuración en el padrón de productores para que realmente queden los que son y también un ajuste a la baja en el número de hectáreas para que permanezcan las que verazmente se siembran con maíz, frijol y calabaza, en este ciclo primavera-verano.

PD1. En política importa mucho analizar cómo se ligan las cosas que aparentemente están inconexas, para no quedarse fuera de la jugada o para evitar que de repente le retiren la escalera.

PD2. El queso se reparte desde arriba. Los ratones hacen cola e intentan negociar; para después aceptar, sin patalear, lo que les toque.

PD3. De nuevo tengo que vivir permanentemente dentro de una tienda de campaña en las oficinas donde trabajo en el palacio de gobierno. Un novel secretario de despacho pretende desalojarme de ellas. ¡Para los seis meses que quedan de gobierno! ¡Uf! ¡Uf!

h.popoca.b@gmail.com

 

viernes, 6 de febrero de 2015

Similitudes y diferencias.


Héctor Manuel Popoca Boone.

México y Grecia son países que en la actualidad guardan ciertas similitudes en los problemas de sus economías, pero están diferenciándose en la manera de resolverlos. Los escollos son graves y profundos en ambas estructuras económicas. Son producto de más de 20 años de haber adoptado el mismo modelo de crecimiento capitalista neoliberal. Derrotero fracasado para que los países subdesarrollados salgan de la pobreza y se encaminen a la prosperidad y al bienestar de sus habitantes.

La primera semejanza es tener porciones importantes de su población en estado de desempleo. Principalmente los jóvenes se encuentran en tan desesperante situación. Empujándolos a la vagancia infructífera y ésta a la pobreza, convirtiéndose luego en delincuencia y violencia socialmente destructiva. Los griegos han decidido poner un alto a tales circunstancias. Empiezan a tomar distancia del modelo neoliberal al cual estaban subordinados, acatando directrices extranjeras a pie juntillas, a costa de su desventura y de su soberanía nacional.

La desigualdad social es aguda y contrastante en ambos países. El número de pobres rebasa la mitad de la población en cada nación. Los griegos modificaran ese patrón de distribución de la riqueza socialmente producida. El nuevo gobierno progresista decretó un incremento del ¡30 por ciento! al salario mínimo prevaleciente. Con eso se eleva sustancialmente el poder adquisitivo de la población, es decir, tendrá mayor capacidad de compra, misma que reactivará los mercados internos y micro-regionales que son abastecidos fundamentalmente por las pequeñas empresas, hoy semiparalizadas.

Las economías de los dos países se caracterizan por tener una gran deuda pública. Los grandes bancos internacionales les han estado exigiendo tomar medidas draconianas de austeridad económica, venta de sus industrias estratégicas y concesionar a empresas privadas sus servicios públicos y recursos naturales. Con esas políticas públicas, el pueblo está al término de la saturación de la indigencia para pasar al umbral de la miseria social.

Los dos países padecen fuerte merma en sus ingresos nacionales que los obligan a hacer recortes al gasto público, con las consecuentes limitaciones que se generan en los servicios y obra pública, así como en los programas de protección social. En México, con el desplome del presupuesto público por la baja drástica en el precio internacional del petróleo, empiezan a conocerse cancelaciones presupuestales a los servicios y a las obras públicas.

El nuevo gobierno helénico revertirá la privatización de su industria petrolera, eléctrica, aeroportuaria  y marítima, junto a la red de carreteras concesionadas, porque las consideran componentes estratégicos para moldear y modular su economía nacional. En otras palabras, están haciendo exactamente lo contrario que el Estado mexicano pretende realizar con sus recientes reformas privatizadoras.

A diferencia del gobierno mexicano, el nuevo gobierno progresista de Grecia reducirá la apertura indiscriminada de sus fronteras que provocó la desintegración de su economía interna, en aras de insertarse en la economía globalizada, controlada por las grandes corporaciones transnacionales. Impondrá regulaciones a su comercio internacional para que sea más balanceado, equitativo y menos dependiente.

En lo político, el acceso al poder en Grecia fue hecho sin derramamiento de sangre, haciendo uso de la democracia, es decir, del voto ciudadano. En fin, esa nación se ha atrevido a dar un paso significativo para su dignificación, desafiando un destino impuesto externamente que ha empobrecido a la mayoría de su población. En cambio, el gobierno de México persiste en permanecer sumiso y apátrida.

PD1. Si realmente nos decidiéramos a combatir la corrupción y la impunidad gubernamental, estaríamos en la necesidad forzosa de desplazar a toda nuestra clase política parasitaria, porque repudiada y calcinada ya está, desde hace buen tiempo.

PD2. La partidocracia en Guerrero es también una nepocracia con fuerte inclinación cleptocrática. ¿O no?

h.popoca.b@gmail.com