viernes, 24 de septiembre de 2021

Gobiernos de jure y de facto en Guerrero.

¿Alguien ha visto a Vicente I. Suastegui Muñoz?

Héctor Manuel Popoca Boone.

 

Comparto las siguientes reflexiones de Joaquín Villalobos, ex jefe guerrillero salvadoreño, conocedor de la materia, consultor en seguridad y resolución de conflictos. Mismas que me sirven de marco conceptual para dilucidar la conformación de la gobernabilidad que existe actualmente en las diversas regiones del estado de Guerrero.

 

Él parte de la siguiente premisa: gobierno que no combate, elude o finge que persigue a la delincuencia, simple y organizada, al final de cuentas, llega a una connivencia con ellas. Con tolerancia e interés, le cede a los malosos: soberanía, autoridad, fuerza y gobernanza, en un territorio originalmente sujeto a una legalidad institucionalmente establecida. Los delincuentes se aposentan tácitamente, consolidándose como un nuevo gobierno de facto. Criminal en su esencia y por encima de todo gobierno constitucional.

 

Asistimos al inicio de un proceso donde un gobierno legalmente establecido abdica, ante su impotencia de vencer a la delincuencia, a la principal finalidad de la existencia de un Estado: cuidar la vida y la salud de la población; socavando, por motu propio, la seguridad pública, para dar paso al reino de la injusticia, la fuerza y la violencia ilegítima que se manifiestan con total impunidad.

 

El gobierno le da tranquilidad a la delincuencia; a cambio de restarle paz, libertad y patrimonio a su pueblo. Deja de perseguir a los delincuentes y deja desprotegida a las personas que habitan en el territorio afectado. Implementada esta pérfida política de concesiones, el gobierno queda debilitado y pierde su razón de ser; puesto que la criminalidad se extenderá; sin tener mayor valladar que la contenga. Concibe la cohabitación como fórmula relativamente pacífica para obtener dividendos políticos, económicos, sociales para ambas partes; a costa de la sociedad. Así, el gobierno empieza a utilizar para su provecho propio a esos grupos antisociales-delincuenciales; y a la vez, echa mano de ellos para neutralizar a los movimientos y organizaciones sociales opositoras y contestatarias de carácter antigubernamental; que surgen protestando por las difíciles circunstancias con las que se enfrentan en la vida.

 

Algunas de estas organizaciones cívicas para contener la delincuencia, hacen uso, como última instancia, de la mano armada. Es el último radio de acción para parar en seco las tropelías y desmanes que les infligen los delincuentes casi con exasperante cotidianeidad y con la total impasibilidad por parte de la autoridad, si no es que de su complicidad.

 

La autoridad gubernamental establecida les otorga su protección y los reconoce como fuerzas civiles paramilitares subordinadas; tolerándolos y financiándolos a la vez, para la adquisición de armas, equipos y vehículos. Culmina esta degeneración del gobierno con la cesión de las fuerzas policiacas preventivas, a través de “mandos ad hoc”, lo que permite a los malandros su expansión para hacer mayores expoliaciones económicas al pueblo, más allá del tráfico de la droga, la extorción y el secuestro. Además de controlar la compra-venta de bienes raíces y del comercio al mayoreo de las principales mercancías y servicios de consumo regional, a través de sus propias empresas comercializadoras e inmobiliarias.

 

De ahí la lucha crudelísima entre los “chicos organizados” por defender territorios de acción y dominio criminal; teniendo como aliado público o “tras bambalinas”, al gobierno legalmente establecido y la protección que de él se puede derivar en todos los aspectos. Evidente es el paulatino auto desmantelamiento gubernamental de parte de sus recursos, capacidades y experiencia en la persecución de los delitos. La corrupción o la extremaunción, son los medios de persuasión o convencimiento más socorridos y eficaces, utilizados para tales fines.

 

Algunos gobiernos estatales y municipales en estas tierras del sur incubaron el surgimiento de los primeros “frankestein” de tipo micro regional. Algunos con el tiempo, se convirtieron en plenos monstruos delictivos de tipo regional que, con el poderío adquirido, se salieron de control; desafiando ahora a las mismas autoridades formalmente establecidas. Hasta el punto de entrar de lleno a las lides electorales para seleccionar, financiar y hacer triunfar candidatos “a modo” no importando la coloratura ideológica que sustenten. ¡Uf!

 

PD. La custodia de la legalidad a cargo del Estado Mexicano seguirá en entredicho a nivel mundial, mientras no dilucide en forma plena, defina responsabilidades y aplique justicia total, en el caso de los 43 jóvenes normalistas desaparecidos en Iguala hace siete años. ¡Uf!

 

porelrescate@outlook.com

 

 

viernes, 10 de septiembre de 2021

Recuerdos en tiempos de estertor.

Héctor Manuel Popoca Boone.

¿Alguien ha visto a Vicente I. Suastegui Muñoz?

·         De buena factura fue el Plan Estatal de Desarrollo del período de Héctor Astudillo Flores (HAF). Lástima que solo se haya cumplido en no más de un 30 por ciento. No hubo suficiente orden, paz, honestidad, altura de miras y gobernabilidad para alcanzar los propósitos esperados.

·         Con el galimatías de siempre, el secretario de salud estatal nos informa del comportamiento del Covid-19: dice que ya no hay desaceleración del mismo, sino disminución. Pero las estadísticas lo han desmentido, una y otra vez, a lo largo de más de un año del inicio de la mortandad y el contagio masivo. La pandemia sigue creciendo y con ella “El Gran Engaño” del gobierno estatal.

·         La autoridad institucional abdicó de su alta responsabilidad de cuidar a la población al dejar al libre albedrío de los padres de familia el regreso a clases escolares de manera presencial de sus hijos, cuando no alcanzamos todavía el 70 por ciento de vacunación al pueblo.

·         La ciudadanía siempre ha estado con la incertidumbre del verdadero devenir de la pandemia. Los cambios intempestivos de la coloratura del semáforo epidemiológico han obedecido más a criterios económicos y políticos que a la salvación de vidas humanas. El gobierno federal estima el exceso de mortalidad en Guerrero en 14.4 por ciento.

·         Ojalá no se vaya el “triunvirato de la letalidad predeterminada”, sin antes transparentar al pueblo los 1 500 millones de pesos, que afirman haber gastado contra el Covid-19.

·         Se están destapando las cloacas financieras acumuladas de los gobiernos municipales salientes. Los que arriben al poder, más vale que lleguen preparados para enfrentar desfalcos y aplicar responsabilidades. En el entendido que siempre habrá corrupción, mientras exista impunidad que la ampare.

·         Cuando triunfó electoralmente el actual presidente de la República; en forma presta el gobernador y “su maestro incómodo”, mandaron sendas iniciativas a los diputados locales para que pudieran reelegir al Auditor General del Estado por 7 años más y estar exento, incluso, de juicio político. Todo dentro del sistema estatal: “Corrupción S.A. de C.V.”

·         El gobernante saliente espera con ansia, que el nuevo secretario de Gobernación federal le otorgue una calificación aprobatoria en el cumplimento de dos Alertas de Género: a) por violencia feminicida y b) por agravio comparado para atender a las víctimas en casos de embarazos por violación. Mismas a la que se hizo merecedor y no ha cumplido a cabalidad. El gobierno estatal dejará la impronta de su misoginia soterrada.

·         Memorable es el comportamiento que ha tenido HAF y su “maestro incómodo”, al mantener herméticamente cerrado, durante toda su administración sexenal, el Centro Comunitario contra la Violencia a la Mujer Indígena en Ayutla; desacatando así, una sentencia internacional de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos. Fue el suyo, un gobierno de caprichos; ajenos a la legalidad.

·         Chata visión de estadistas fue la que exhibieron el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo locales, al modificar el articulado constitucional y leyes reglamentarias sobre justicia, seguridad pública y derechos de los pueblos indígenas. La Suprema Corte de Justicia de la Nación los anuló de plano. 

·         Durante los pasados seis años, quedó manifiesto la subordinación del poder legislativo estatal al gobernador; cuando los diputados locales claudicaron de su facultad constitucional de aprobar las adecuaciones al Decreto anual del Presupuesto de Egresos; permitiendo al Ejecutivo estatal el libre manejo del erario público.

·         Como ciudadano observante, he tomado debida nota que los nuevos diputados locales, llevaran con orden y transparencia el gasto público del poder legislativo; comprometiéndose a trabajar de lunes a viernes, con horario laboral a partir de las diez de la mañana; y no de martes a jueves a partir de mediodía, como ha sido la improductiva e inveterada costumbre.

PD. El Tribunal Estatal Electoral cometió un lapsus mentis al confirmar el triunfo del candidato del PRI-PRD a la presidencia municipal de Tlapa. Dicho adefesio legal lo analizaré a detalle en mi próxima entrega. “Partidocracia con cleptocracia habemus.”

porelrescate@outlook.com