jueves, 31 de octubre de 2013

El fluido eléctrico.


Héctor Manuel Popoca Boone.

La industria de la generación y distribución de electricidad requiere de fuertes inversiones, tecnología y penetración distributiva en los mercados de usuarios. El común de las medianas y grandes empresas de carácter nacional no lo pueden hacer a menos que se asocien con similares extranjeras o con el Estado. Actualmente el sector eléctrico en el mundo está posicionado por industrias estatales o corporaciones trasnacionales.

Se le denomina industria estratégica por ser necesaria para que funcione la inmensa mayoría de la estructura productiva de un país y sectores vitales como el de la salud o el de la seguridad pública. Ilumina, desde las ciudades más populosas hasta las comunidades más marginadas proporcionando a millones de hogares la posibilidad de utilizar aparatos electrodomésticos, conservar alimentos, facilitar la comunicación masiva y el esparcimiento hogareño.

Aquel territorio geográfico que careciera del servicio eléctrico sería una zona muerta para la moderna actividad económica, social y política. Esa es la razón por las que las corporaciones eléctricas adquieren un poder enorme ante la sociedad y dentro del país en que operan. Toda nación que se precie de preservar su independencia, seguridad y soberanía nacional debe tener el control de la generación y distribución del fluido eléctrico. La experiencia así lo indica ante la desmedida voracidad y lucro de empresas monopólicas particulares.

Hasta hoy en México, todos los permisos entregados a la iniciativa privada o extranjera, explicitan la prohibición de vender energía a empresas o al consumidor particular. Sin embargo, con las modificaciones constitucionales propuestas esta barrera se eliminaría para dar paso a la libre competencia y a la apropiación privada del mercado interno, al convertir a la CFE en una empresa obsoleta y descapitalizada, tal y como lo han hecho con PEMEX.

La privatización va orientada a traspasar el uso que la nación puede hacer de sus recursos generadores de electricidad para ofrecérselos a particulares, quienes hoy, con simulación de por medio, controlan ya el 45 por ciento de la generación de electricidad en el país. Con los cambios constitucionales (artículos 27 y 28) las grandes trasnacionales, generaran toda la electricidad que deseen para venderla en el mercado al mejor postor. Incluso proyectos de energía renovable con implante en terrenos de comunidades indígenas. En juego está un mercado que representa ventas de alrededor de 329 mil millones de pesos, que hoy todavía abastece la Comisión Federal de Electricidad.

Las causas del fracaso de la privatización eléctrica en algunos países, el Ing. Sharon Beder,  de nacionalidad australiana e investigador del tema, las condensa en su libro: Energía y Poder. La lucha por el control de la electricidad en el mundo, a saber:

Entronización de monopolios privados, mayoritariamente extranjeros, que manipulan el mercado y subordinan el interés nacional al particular. Fuerte especulación donde reduciendo la oferta con una demanda siempre creciente incrementan las tarifas. Turbias concesiones donde convergen intereses corruptos de gobernantes, funcionarios públicos y empresarios beneficiados. Privilegio de la máxima ganancia sobre modernización en cuanto a tecnología, infraestructura y cobertura eléctrica. Atención preferente a las zonas pudientes descuidando a la población de bajos recursos. Reiterados apagones y desabasto que obligan a racionar el consumo. Una mala regulación oficial a las empresas para apegarse a la ley y a los planes gubernamentales. Evasión de impuestos, dobles contabilidades y fugas de divisas. Abaratamiento de la mano de obra del sector. Y finalmente, la quiebra de algunas de esas empresas cuyo costo para rescatarlas se convirtió en deuda pública que pagan los contribuyentes.

Sempra (heredera de la corrupta Enron), Tractebel, AES, Intergen, Iberdrola, Mitsubishi y Bechtel son, entre otros, los consorcios extranjeros que ya se frotan las manos ante los posibles cambios constitucionales que trae consigo la aprobación de la iniciativa de reforma energética.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 11 de octubre de 2013

Privilegios, despojos y siniestros.



Héctor Manuel Popoca Boone.
 
Privilegios.- Un importante estudio realizado por la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas, de la Secretaría de Gobernación, expone el trato fiscal privilegiado dado a las empresas mineras extranjeras (canadienses principalmente) que han operado en México, desde la época de Carlos Salinas de Gortari a la fecha. 

Con la explotación masiva y a tajo a cielo abierto de minerales del subsuelo nacional, las empresas de Canadá pagan impuestos promedios de 0.14 % de sus utilidades brutas; mientras que en su país de origen entregarían al fisco el 28 %. Las pequeñas y medianas empresas mexicanas de otros giros pagan en promedio ¡35 %! La diferencia es notable.

La mayoría de las empresas mineras omiten acatar lo que dispone la Corte Interamericana de los Derechos Humanos y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por cuanto a la obligatoriedad de la previa consulta a los pueblos originarios asentados en los territorios donde han sido concesionados los yacimientos minerales; y respecto a las retribuciones a los pueblos en materia de extracción, impacto ambiental, uso del agua, reparto de utilidades y medidas de mitigación por la intensiva explotación minera.

Despojos.- Javier Jiménez Espriú, uno de los más connotados ingenieros del país, no participará en los foros de consulta que está realizando el senado de la república sobre las privatizaciones del petróleo y de la generación de electricidad, denominada eufemísticamente “reforma energética”, porque no quiere convalidar “una ópera en cuyo libreto está ya definido el desenlace”. Ello, porque está convencido de que la fuerza de la razón y los argumentos poco podrán hacer ante la prevalencia de las consignas ya establecidas.

Al igual que muchos, el Ing. Espriú estima que la lucha parlamentaria para frenar los cambios constitucionales en la concesión de los yacimientos y entrega de la renta petrolera está pérdida de antemano en el Congreso de la unión. (Actualmente los arts. 27 y 28 de la Constitución prohíben las concesiones, aún disfrazadas de contratos, en donde la contraprestación va ligada a la cantidad del petróleo que se extraiga o al valor comercial de éste).

En términos estrictamente económicos, no existe ninguna excusa válida para que se realice tamaño despojo a la nación cuando en la actualidad el barril de petróleo se cotiza en cien dólares y su costo de producción es de diez dólares. Es más, en los últimos años, menciona el Ing. Espriú, países petroleros (Argelia, Bolivia, Canadá, China, Ecuador, Kazakstán, Venezuela, por citar sólo algunos) han instrumentado costosísimas medidas para renacionalizar sus industrias energéticas privatizadas, topándose siempre con la oposición y el poderío económico de las empresas transnacionales petroleras y eléctricas.

Siniestros.- El lunes pasado, ante la convocatoria e invitación de 22 autoridades comunales de los pueblos indígenas del municipio de Ayutla a una asamblea micro-regional en el poblado de Coapinola, donde se reunieron alrededor de 400 padres y madres de familia, con el propósito de darle a conocer al Estado mexicano los daños ocasionados por la tormenta tropical, asistieron pocos representantes de dependencias federales, estatales y municipales. Como se ve, la descoordinada coordinación institucional sigue prevaleciendo en algunas zonas, sobre todo las marginadas, para enfrentar el desastre natural. La delegación de la Sedesol federal brilló por su ausencia.

PD1. Suscribo las políticas públicas para atender los daños ocasionados por “Manuel” en el medio rural, expuestas por Arturo García Jiménez, en su artículo del pasado jueves en este diario. Ojalá su aplicación sea en un marco de honestidad, oportunidad y desconcentración de los recursos a las regiones.
PD2. Reconozco lo mucho que el presidente Enrique Peña Nieto está haciendo en Guerrero para atender con atingencia los graves estragos de “Manuel”. Desapruebo en mucho que pretenda, junto con sus seguidores parlamentarios del PRI y del PAN, privatizar el petróleo y la generación de electricidad en México.




sábado, 5 de octubre de 2013

Los retos del Estado de Guerrero.



Héctor Manuel Popoca Boone.
Este estado sureño es por naturaleza y por destino histórico, un pueblo de mujeres y hombres de temple y tenacidad. Las circunstancias adversas que ha padecido y padece son una sarta intermitente de pesares (unas de origen natural, otras de naturaleza humana) en donde se ha forjado como el acero para enfrentarlas.

Su recurrente destino trágico se ha labrado, en primer lugar, por su orografía montañosa y agreste que cubre la mayoría de su extensión territorial, atravesada por la Sierra Madre del Sur. Simbólicamente era acertado como Manuel Altamirano describía a Guerrero cuando estaba en Europa: “Tome una hoja de papel, arrúguela bien y vuélvala a extender, así es la superficie de mi estado”. 

La comunicación terrestre se vuelve lenta y dificultosa en su travesía. En temporada de lluvias muchos de los caminos rurales quedan destrozados por las avenidas de aguas y derrumbes. De vez en vez, con las grandes avenidas de agua sus puentes no quedan inmunes a su debilitamiento y resquebrajadura. No con ello se eximen en la actualidad la mala construcción de algunos de ellos y de ciertas carreteras. La eterna reparación de los derrumbes en la Autopista del Sol la convierten en la obra más emblemática de la deficiencia ingenieril.

En segundo lugar, tenemos a los meteoros que, dada su ubicación geográfica, convierten a esta entidad federativa como receptáculo para su devastadora presencia. Muchas veces imborrable y trágica. Han sido los telúricos (sismos y terremotos) y los eólicos-hídricos (huracanes y tormentas tropicales), los que año con año hacen acto de presencia, en diferente grado, con variado impacto de daños en tamaño e intensidad.

Las placas tectónicas -grandes bloques terrestres que se mueven unos con respecto a otros- son las principales causas generadoras de sismicidad de altos grados en la escala de Richter (de 7 o más) que han derribado casas, edificios, quebrantado carreteras y puentes en esta zona de subducción del Pacífico Mexicano. Se sabe que desde hace 20 años -más como rumor que con certeza- se está esperando un sismo que podría tener una magnitud de 8 o más grados.

En tercer lugar están los eventos hídricos, ya el servicio Meteorológico Nacional al inicio de esta temporada estimó que en la cuenca del Océano Pacífico, habría catorce ciclones con nombre, de los cuales cuatro serían huracanes intensos, cuatro moderados y seis tormentas tropicales. Según los meteorólogos era  un pronóstico normal aunque "los los más peligrosos serían en agosto y septiembre".

Lo que pasó en Guerrero, a mediados de septiembre, fue un inesperado e insólito fenómeno de encuentro-colisión entre el huracán “Ingrid”, proveniente del Golfo, y la Tormenta Tropical “Manuel”, originada en el Océano Pacifico.

Si una depresión tropical se consolida con lluvias intermitentes y sus vientos sostenidos en más de un minuto alcanzan por lo menos 62 kilómetros por hora, se llama tormenta tropical. Eso fue lo que aconteció con “Manuel”. Y si las velocidades del viento sostenido aumentan a más de 110 kilómetros por hora, con lluvias torrenciales se llama ciclón o huracán tropical. Eso fue lo que se presentó con “Ingrid” Hicieron un coctel de alcances insospechados.

De lo anterior se deduce que los más predecibles meteoros son los provocados por la conjunción de agua y viento en las zonas de depresión tropical, aún cuando su rumbo resulta difícil hasta cierto punto de hacerlo por lo errático de su comportamiento. Por cuanto a los movimientos telúricos nuestros conocimientos científicos aún no alcanzan a tener un mínimo de predictibilidad en tiempo razonable, tanto en su presencia como en su intensidad.

En cuarto lugar están los desastres originados por causas humanas cimentadas en la desidia, avaricia, engaño y corrupción. Pero como se me acabó el espacio, de esas pesadillas hablaré en otra ocasión.

PD. Saber prevenir, en lo humanamente posible, es saber minimizar los impactos de los  desastres naturales. Lo único que podemos hacer es aprender a convivir con estos fenómenos puesto que la mayoría de ellos se generan en los estados del sur, sobre todo en Guerrero y Oaxaca.