Héctor Manuel Popoca Boone.
Asistí el jueves pasado, a una reunión semanal de
dirigentes de grupos militantes de Partido Movimiento Ciudadano (MC), coordinada
por Armando Muñoz Leal y Adalberto Ramírez Terán, en la comunidad de Paraíso
Escondido, del valle de La Sabana, Acapulco.
La sesiónversó sobre el establecimiento y operación
de programas destinados a ladefensa del patrimonio familiar. Por mediodel
fomento de la denominada economía social solidaria, que no es otra cosa más que
el esfuerzo de los que tienen poco para obtener un poco más en común; basándose
fundamentalmente en sus propias fuerzas comunitarias y en lo que pueden
disponer entre sí de recursos propios aportados de manera grupal para
determinado fin económico.
La economía social solidaria cobra mayor importancia
para los mexicanos pobres, ahora que el presidenteelecto de Estados Unidos se
dispone a golpear severamente a la economía de México. A través de medidas
proteccionistas a favor de su propia economía. Procederá al cierre selectivo de
sus fronteras a la importación de productos mexicanos que puedan conquistar sus
mercados porla calidad y el precio.
Ya casi es un hecho la intensión del presidente
electo de Estados Unidos, Donald Trump, de establecer un fuerte gravamen para
inhibir el envío de dólares de nuestros connacionales radicados en ese país
hacia sus comunidades de origen; así como el enrarecimiento de nuestras
relaciones vecinales, al considerarnos como una raza inferior, susceptible de
deportarse masivamente y totalmente prescindible de habitar el territorio
norteamericano que gobernará. Somos nosotros los mexicanos, según su decir, una
bola de flojos y maleantes de baja estofa.
El empobrecimiento acelerado de amplias capas del
pueblo de México y las acechanzas económicas anteriormente mencionadas, impelen
a buscar formas de crecimiento económico que no sean concentradoras de la
riqueza generada en pocas manos. La economía rapaz, voraz y depredadora que ha
predominado durante varias décadas, debe ser enfrentada y resistida con el
fortalecimiento de relaciones económicas con rostro humano e incluyentes, al
margen de las políticas económicas neoliberales prevalecientes,
deshumanizadoras y de fuerte egoísmo individual, impuestas por los gobiernos priistas
y panistas que hemos tenido desde hace más de treinta años.
Los compañeros del MC me comentan que han empezado a
fomentar la organizaciónen torno a diversos programas de economía social
solidaria, como lo son: el programa de compras en común de materia prima para
la actividad productiva de auto empleo o de adquisición de la despensa básica
de consumo familiar.
Para enfrentar gastos imprevistos de tipo ruinoso o
catastrófico(velorios, atenciones médicas extra urgentes, accidentes, etc.) que
hacen caer a la gente en las manos de los agiotistas, se fomenta la creación
del fondo de mutualidad comunitario.
Para contrarrestar la cultura del consumismo de
productos chatarras y de la manía de gastar en forma superflua, se adopta el
hábito del ahorro voluntario semanal, con el funcionamiento de las cajas de
ahorro comunitario.
Los principios básicos para la buena operación de
los programas de la economía social solidaria son, entre otros: Confianza
mutua, solidaridad comunitaria, compañerismo fraterno, transparencia, rendición
de cuentas y de resultados en forma periódica, responsabilidad colectiva,
disciplina con trabajo social, perseverancia en el esfuerzo común, así como
información veraz y oportuna en materia de recursos económicos y acciones con
toma de acuerdos en forma grupal o colectiva. Todo en un marco de capacitación
y de mejora continua.
Son programas de corte económico que privilegian
acciones de cohesión social, como un instrumento de defensa ante las violencias
que nos tiene cercados hoy en día y para paliar un paternalismo gubernamental
demasiado arraigado que ha llevado a nuestro pueblo a una pasividad paralizante,
improductiva y castrante.