viernes, 24 de marzo de 2017

Cohesión social (2)


Héctor Manuel Popoca Boone.

La convocatoria nacional denominada “Cohesión Social” tiene como propósitos fundamentales: contrarrestar la mediocridad gubernamental, la pobreza, la desigualdad social, así como la relativa pasividad ciudadana que se presentan en nuestro país en un entorno cada vez más difícil y hostil, interno y externo. Para eso, requisito primordial es la preeminencia y salvaguarda de todos los derechos humanos: a la nutrición, educación, salud, trabajo, vivienda, justicia, paz, a la no discriminación o marginación social, a un medio ambiente sano y sustentable, entre otros.

Alcanzar esos propósitos es posible hacerlo a través de varias vertientes: La política, desatando verdaderos cambios institucionales para tener un buen gobierno; dando paso a nuevas y novedosas políticas públicas; motivando un mayor dinamismo y apertura ciudadana, en el marco de una mayor corresponsabilidad civil. Para la buena gobernanza democrática es menester desarrollar capacidades institucionales públicas que posibiliten tener gobiernos honestos, sólidos, eficientes y eficaces (sin mayor dispendio del erario público) que brinden la suficiente transparencia, rendición de cuentas y entrega de resultados tangibles, sobre todo para los que menos tienen.

La otra vertiente es la económica, al impulsar las actividades productivas incluyentes y el trabajo digno y decoroso; así como re-activar a la población económicamente apta que actualmente está en cesantía y que puede de inmediato participar en la generación de mayor riqueza nacional, con una mejor distribución equitativa de la misma, mejorando los ingresos de las familias y su calidad de vida. Fortalecer nuestro mercado interno dando preferencia a la adquisición de productos nacionales, producidos regionalmente por los pequeños y medianos negocios. Necesario es revertir la privatización de los estratégicos recursos naturales que como nación detentábamos para moldear soberanamente nuestro propio crecimiento económico.

La vertiente social. Para que todo lo anteriormente reseñado suceda, requisito indispensable es que el colectivo humano se desenvuelva con la plena vigencia de todos los derechos sociales, económicos, políticos, culturales y ambientales que posibiliten disminuir la desigualdad social. Dado el agudo resquebrajamiento de la urdimbre social se requiere generar una nueva cultura de la corresponsabilidad con la activa participación ciudadana, donde los civiles se involucren mayormente en la cosa pública; por medio de principios, valores, prácticas democráticas y comportamientos éticos, exigibles a todos y por todos, principalmente en los territorios que acusan una mayor corrupción e impunidad. De lo que se trata es de construir una nueva cultura de la dignidad ciudadana. Hasta ahora, inmisericordemente pisoteada por los malos gobiernos y su correlato, la delincuencia organizada, suscitadora de todo tipo de violencias.

Lo cierto es que los mexicanos no podemos seguir divididos y confrontados. No al menos la mayoría que creemos y queremos a México. Las recetas económicas que nos han sido aplicadas desde décadas atrás han mostrado de sobra su nula efectividad para que progresemos sin mayores desigualdades o disparidades en las oportunidades y circunstancias de superación para todos.

PD1. Estoy de acuerdo con el regidor de Acapulco, Arturo López Sugia, flamante vicecoordinador de autoridades municipales del Partido Movimiento Ciudadano, cuando afirma que, más que incentivos fiscales los empresarios de Acapulco claman por garantías reales para sus bienes patrimoniales y productivos.

PD2.  No hay falta de respeto al Presidente de la República al solicitarle que aclare el comportamiento de los malos elementos del Ejército Mexicano que permanecieron impávidos y omisos durante la barbarie cometida en Iguala, en septiembre del 2014.

PD3. La lógica común indica que entre más difamen a López Obrador, más lo afianzan en las preferencias de los ciudadanos. Lo que resiste, apoya.




domingo, 19 de marzo de 2017

Cohesión social.


Héctor Manuel Popoca Boone.

La organización social, “Acción Ciudadana, Frente a la Pobreza A.C.”, promueve el estratégico proyecto a nivel nacional denominado “Cohesión Social” * Es una iniciativa que surge de la sociedad civil. Postula que no se puede combatir verdaderamente la pobreza y la desigualdad social si no se abaten previamente los niveles de corrupción, impunidad y privilegios prevalecientes de unos cuantos.

Es infértil llamar a la unidad nacional mientras predominen factores que propicien la desigualdad. Sin equidad no podemos visualizar mayor cohesión social para enfrentar unitariamente los peligros que acechan a la población mexicana desde dentro y fuera de nuestro país. No es solamente una cuestión de la urgencia de coyuntura con la que nos enfrentamos sino de viabilidad como país, a mediano y largo plazo. Se trata de reconstruir una nación con oportunidades igualitarias para todos. Se trata de tener objetivos comunes compartidos ante la falta de rumbo. La cohesión social es el propósito común que nos puede aglutinar a todos, con todos nuestros esfuerzos, dentro de nuestra múltiple diversidad que como pueblo tenemos.

La grave desigualdad social nos impide avanzar en nuestro progreso social, en nuestra mejora como ciudadanos, y como país. Sin una buena amalgama ciudadana se resquebraja todo intento de cerrar las brechas separatistas e impide abrir los cauces de igualdad de oportunidades que nos puedan acercar más los unos con los otros. Por ejemplo, un aspecto importante que no contribuye a tener mayor amalgama social es el que mientras unos mexicanos pagan sus impuestos en tiempo y forma, otros los evaden y otros los eluden, a la vista de todos. Peor cuando dichos impuestos los gobernantes los aplican mal o se los roban. Tampoco si persistimos en prácticas de discriminación social, bien sea por riqueza, raza, sexo, color de la piel, educación, lengua, edad o indumentaria, entre otros factores.

Las prácticas económicas excluyentes, mientas sigan apabullando a las prácticas incluyentes, no serán eficaces instrumentos para convocar a todos los mexicanos a realizar esfuerzos unitarios. Lo mismo podemos decir si prevalece un sistema de seguridad social diferenciado, tanto en materia de salud, educación, pensiones, etc. La brutal desigualdad provocada por los muy altos ingresos económicos que reciben pocos y las paupérrimas retribuciones que perciben muchos mexicanos es un elemento pesado que impide tener cohesión social nacional. La visión de la convocatoria civil de carácter nacional denominada “Cohesión Social”, promueve los derechos de todos y busca acabar con los privilegios y la corrupción de unos cuantos.

 Reitero, el mal ejercicio de gobierno provoca, en mucho, la poca unidad que podemos tener entre los mexicanos. Eso es notable cuando la ley y la justicia está al mejor postor o a favor del más poderoso. También al orientar los apoyos y subsidios gubernamentales a la búsqueda de clientela política y no a los que más lo necesitan. Cuando existe poca transparencia en el manejo del erario público o resistencia a dar información sobre el asunto público por parte del gobierno. Eso provoca desconfianza y mucha incredulidad de todos para todo.

Un buen gobierno es la clave para tener un pueblo más unido. Una buena gobernanza será la que concite mayor respaldo popular con una ciudadanía más participativa y exigente de sus derechos, que por lo mismo será más proactiva y menos contestataria.

PD. El gobierno estatal no presentó en tiempo y forma el informe de cumplimiento de recomendaciones dadas al gobierno estatal por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), ante la negativa del Gobierno de Astudillo de declarar la alerta de género por violencia de feminicidio en varios municipios de Guerrero. A destiempo lo están elaborando en el marco de la farsa y simulación que ya caracteriza a esta administración pública estatal. Total, parafraseando al alcalde de Acapulco diríamos que, entre más asesinatos cruentos de mujeres haya, es señal contundente que el gobierno va ganando la batalla a los feminicidios. ¡Uf!

*(twitter.com/frentealapobreza)

viernes, 10 de marzo de 2017

Frases infortunadas.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Ya no saben qué decir los gobernantes y políticos ante su incapacidad manifiesta para frenar y disminuir las violencias desatadas en Guerrero, desde años atrás. Dan pena sus declaraciones públicas. Tal pareciera que fueran dirigidas a un pueblo sorumbato y no avispado como es el guerrerense. Los ingenios de muchas de esas frases van a la par con el cinismo, frivolidad e insensibilidad que muestran, la mayoría de ellos, ante el dolor de muchas familias gravemente laceradas al ver a sus hijos asesinados, independientemente de que hayan sido delincuentes o no.

 La mayoría de los políticos y gobernantes esgrimen todos los días que la violencia va disminuyendo; lo cierto es que las estadísticas los desmienten una y otra vez. Siguen prevaleciendo los altos índices de violencia de antaño. El Secretario de Gobernación, Osorio Chong, llega a Acapulco y declara que en solo tres meses han disminuido en un 60 por ciento los crímenes dolosos en el puerto. Los datos duros indican que en los primeros dos meses de este año, en Guerrero se han presentado casi el mismo número de asesinatos que en 2016. Acapulco aporta alrededor del 50 por ciento de dichos crímenes.

¡No se vale encubrir irresponsabilidades públicas distorsionando las causales de los asesinatos que se dan en serie incubadas en el marco de la inseguridad pública prevaleciente!

Confiesan las autoridades que las diversas estrategias de seguridad que han llevado a cabo han fracasado. Pero no reconocen que los fracasados son ellos; por su ineptitud demostrada para enfrentar con acierto el fenómeno de la violencia, cuyas raíces se encuentran también en las mismas entrañas de un ejercicio impune de mal gobierno.

              La trivialidad de las declaraciones de estos personajes es terrible: “los asesinados son gente que van de paso”, declara un presidente municipal. Las muertes de mujeres y niños son meramente “daños colaterales.”, declara otro edil. Un día sí y otro también, aparecen variado número de asesinados descuartizados y algunos encostalados; pero solo “son casos aislados”, declara otro gobernante. Los muertos en los próximos tiempos serán materia electoral o de mera nota periodística, afirma otro.

Se dan en Acapulco en un día, 7 ejecuciones, entre ellas las de una mujer y su hijo; el alcalde dice que es una respuesta de la delincuencia organizada, porque el gobierno va ganando el combate contra el delito. “La violencia es solo una cuestión de percepción que tiene el pueblo”, manifestó hace un año, un alto funcionario estatal.

              Esta innombrable guerra de baja intensidad ha cobrado la vida de más de 208 mil personas del 2007 al 2016; pero las frases desafortunadas giran en torno a que “los muertos son solo de miembros de la delincuencia organizada” y no de la sociedad civil.

              Ante las numerosas mujeres asesinadas con dolo y odio -que la estadística oficial no reconoce del todo-, el gobernador de Guerrero se niega a declarar la alerta contra la violencia de género, a pesar del clamor popular. Solicita a la ciudadanía reclamante esperar primero una respuesta del gobierno federal, aun cuando continúen los feminicidios. El Secretario General de Gobierno, (el “maestro” incómodo), responsable de la política interior, aparenta hacer mucho, pero no logra nada de resultados significativos a la fecha. No recorre las regiones de Guerrero. No sale de sus oficinas de Chilpancingo o de Acapulco.

              Frase demasiado infeliz fue dicha en tiempos de la tragedia de Iguala por el que fue Procurador General de Justicia de México, Jesús Murillo Karam, cuándo afirmó que “la verdad histórica” era que los 43 estudiantes (hasta hoy desaparecidos) fueron quemados en una monumental pira en el basurero de Cocula. Recientemente el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU afirmó que funcionarios torturaron y quebrantaron el derecho a la verdad en el caso de Ayotzinapa.

              Por último, recordemos que el Presidente de la República pronunció otra frase demasiado infortunada ante el drama los padres de familia de los 43 normalistas desaparecidos: “Ya supérenlo”.



PD. Bruno Plácido y sus huestes se han convertido en una fuerza paramilitar al servicio de los poderosos que lo financian.






viernes, 3 de marzo de 2017

Estado del arte de la economía nacional.




Héctor Manuel Popoca Boone.

Cada vez más, nos acercamos a una situación económica complicada. Como aquellas que amargamente sufrimos con anterioridad, al presentarse indicadores inequívocos como lo son: el incremento de la inflación, la devaluación del peso, el aumento de las tasas de interés y la fuga de capitales. El alza del precio de las gasolinas y de las tarifas de luz, con sus respectivos efectos colaterales en los precios de los demás artículos de consumo básico, han causado una seria y amplia irritación social.

El fortalecimiento del federalismo fracasó cuando, en términos generales, los gobernantes de las entidades federativas no respondieron con probidad a la transferencia de recursos y facultades que detentaba el gobierno federal. El proceso de descentralización y desconcentración hacia los estados trajo consigo casos escandalosos de rapiña del erario público.

En la actualidad, el rol que juega nuestra planta productiva nacional en el contexto de nuestra economía no es relevante. No tenemos bajo control los hilos principales de nuestra actual estructura productiva ni de nuestro crecimiento y desarrollo, económico y social. Nos enfrentamos a una realidad donde los mercados internos ya no se encuentran abastecidos por productos nacionales, sino en gran parte por artículos de importación o ensamblados a nivel local por corporaciones transnacionales. Empezamos a tener una economía de carácter financiera-especulativa con la consecuente variabilidad de las tasas de interés bancarias y salidas abruptas de divisas. Por otra parte, nuestro sector industrial se ha deformado al producir manufacturas que contienen muchos insumos importados que convierten nuestras factorías en dependientes de unidades productoras de herramientas, refacciones y maquinaria provenientes de otros países.

Otra vez hemos llegado a límites peligrosos en la cuantía de nuestra deuda pública. Ahora está el agravante de la carencia de suficientes ingresos económicos para hacer frente a las amortizaciones en el corto y largo plazo. Ya no tenemos las facturas que por concepto de venta de petróleo dejábamos en garantía para obtener nuevos préstamos internacionales y no recortar presupuestos para programas institucionales de protección social y de combate a la pobreza.

Persisten trabas estructurales que nos impiden tener buenos resultados para la estabilidad, crecimiento y bienestar de la mayoría de las familias mexicanas. A la fuerte desigualdad y pobreza social de antiguo, se añade ahora la inseguridad pública, las intensas violencias de todo tipo y las corrupciones e impunidades institucionales correlativas y agravadas.

Con el tiempo se ha alejado el derecho que tenemos todos a vivir en la medianía material, así como el respeto a todos nuestros derechos humanos. Ahora cohabitamos con el monstruo delincuencial de las mil cabezas en varias zonas del país. Engendrado por el negocio de los estupefacientes, que han contado con la cobertura institucional requerida para su fuerte expansión.

Seguimos contando con demandas populares ingentes aun no satisfechas: la vigencia de un auténtico estado de derecho, la imparcialidad en la procuración y administración de justicia expedita y eficaz, la carencia de empleo para las generaciones emergentes, la cesantía, los bajos salarios, los déficits de vivienda, la escaza calidad y garantía de educación para todos nuestros jóvenes, la deficiente cobertura en salud popular y el abandono del campo como abastecedor de básicos alimenticios que nos den un mínimo de soberanía alimentaria.

Los estratégicos pilares energéticos para el sano desarrollo de nuestra economía nacional (petróleo, gas, agua, minería, electricidad) los hemos estando perdiendo en forma paulatina. Las concesiones en su mayoría han sido acaparadas por grandes corporaciones extranjeras debido a las cuantiosas inversiones y tecnologías de punta requeridas.

PD. Ante el rápido ascenso de la pre candidatura de López Obrador, tratan de impedirlo publicando sus supuestos calcetines sucios unos cuantos hijos de p… Diría Pablo Neruda.