viernes, 27 de marzo de 2020

¿ Estamos preparados ?


Héctor Manuel Popoca Boone.

Definitivamente no estamos preparados para enfrentar la pandemia del Coronavirus Covid-19 en estas tierras del sur. Tenemos importantes e históricos déficits en materia de infraestructura básica sanitaria (hospitales, clínicas, centros de salud, espacios de espera para consulta externa); en equipamiento esencial (camas, equipos médicos, material e instrumental quirúrgico); medicinas y otros insumos sanitarios.

Repasemos nuestras debilidades existentes en Guerrero para enfrentar con realismo la pandemia actual. Al inicio de la presente administración pública estatal, se llevaron a cabo una serie de foros temáticos de consulta popular para formular el Plan Estatal de Desarrollo 2015-2021; en el correspondiente a Salud y Desarrollo Social, el doctor, Eduardo Gonzáles Pier, expuso algunos datos del año 2016 que dan cuenta de las fragilidades que tenía nuestro sistema estatal de salud y que no han variado mucho a la fecha.

Si ya en la normalidad establecida, nuestro sistema estatal de salud pública estaba desgastado y desbordado, con relevantes insuficiencias; ahora en tiempos de pandemia resalta más la vulnerabilidad mostrada en el siguiente cuadro, que refleja algunos indicadores patéticos, que señalan el tamaño de nuestra precaria capacidad de respuesta sanitaria.

Concepto                                México            Guerrero
Esperanza de vida.                 80.4                 74.8
Gasto per/cápita en salud.      $ 4,540            $ 3,592
No. de médicos por cada
1 000 habitantes.                    2.2                   1.6

No. de médicos especialistas
por cada 1 000 habitantes.     0.8                   0.6

No. de enfermeras por cada
1 000 habitantes.                    2.4                   2.1

No. de consultorios por cada
1 000 habitantes.                    0.6                   0.7


Prácticamente todos los indicadores sanitarios de Guerrero, excepto uno, están por debajo de la media nacional. De ahí que afirmemos repetidamente que estas tierras del sur no están preparadas, ni tienen capacidad de respuesta suficiente, para permitirnos enfrentar más eficazmente los estragos humanos que ya está causando el coronavirus Covid-19 en el pueblo guerrerense. Por lo que se requieren ingentes apoyos federales financieros, materiales y humanos; que sean operados con total transparencia, honestidad e información veraz y oportuna a la ciudadanía, en el tema de rendir cuentas impecables con los mejores resultados posibles.
También el Dr. González Pier indica en su exposición gráfica que, de las 703 047 defunciones registradas en el año 2016, el 56.1% fueron hombres y el 43.8% mujeres. Del total de defunciones, el 88.6% se debieron a enfermedades y problemas relacionados con la salud, mientras que el 11.4% fueron por causas externas, principalmente accidentes, homicidios y suicidios.

En el Año 2017, El 56.1 por ciento de las defunciones corresponden a hombres, mientras que 43.8 por ciento, a mujeres. Por grupos de edad, la mayor proporción de defunciones se concentra en las personas de 65 años y más. La mortalidad prematura en Guerrero, en orden de importancia fueron: cardiopatía; diabetes; renales e infecciones de carácter respiratorio y pulmonares.

La peor infraestructura estatal de salud la tienen los servicios estatales de salud que tenía una gran población de atención: 2 millones 21 mil derechosos, le sigue el sistema ISSSTE que cubría a 306 mil personas y el menos malo era el IMSS, cuyo universo de atención era de 533 mil habitantes. Por su parte el doctor José Juan Rentería expuso que, en Guerrero, la mayoría de los médicos no estaban colegiados, ni certificados. De 35, solo estaban vigentes 17 colegios y únicamente existían 265 médicos certificados.

Conclusión: Nuestra actual infraestructura médica para enfrentar el virus, así como de recursos humanos en el área médica están para llorar y en términos generales permanecen por debajo de la media nacional.

Agudiza el escenario el hecho de que el sistema estatal de salud no escapa a operar en un contexto de acentuada desigualdad social, en un ambiente de violencia e inseguridad social, de pobreza generalizada y de un funcionamiento corrupto y desordenado en las áreas de construcción, en las adquisiciones de material y equipo, en asignación de plazas a través de practicar un sindicalismo desvirtuado, con contratación de personal que no reúne el debido perfil requerido para la responsabilidad encomendada, con hospitales y centros de salud inconclusos y los que están operando, la mayoría están saturados y desorganizados, con faltas de registros y con un hacinamiento de las áreas administrativas.

PD1. La peor estupidez dicha por un político en la semana que corrió fue la del gobernador de Puebla, cuando expresó públicamente que, “Los pobres estamos inmunes al Coronavirus Covid-19”. Con este tipo de gobernantes, sálvese quien pueda.
PD2. De repente desperté y el Coronavirus Cid-19 seguía ahí.





                                                    



viernes, 20 de marzo de 2020

Reconocer para enfrentar.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Dime de qué recursos dispones y te diré si puedes lograrlo.

Siempre resulta más barato prevenir que lamentar, dice el refrán popular. Es más eficaz realizar acciones contando anticipadamente con personal capacitado, procesos, recursos (tanto materiales como financieros), suficientes y pertinentes. Para solucionar un problema primero hay que reconocerlo y aceptar su presencia real, en su justa dimensión, en el hoy y en el mañana. Estos principios aplican en nuestro actual combate a la pandemia del Coronavirus en México.

Pero nuestro Sistema de Salud Pública (SSP) no está lo suficientemente preparado para enfrentar y combatir con éxito la pandemia referida; en todas sus etapas en el corto plazo. De tiempo atrás (y como herencia del neoliberalismo) nuestro SSP está centralizado, desvencijado y sobresaturado en la atención de convalecientes, en el marco proverbial del déficit nacional en médicos, medicinas, hospitales y centros de salud, así como de camas, equipos hospitalarios e insumos básicos sanitarios.
En especial y para el caso que nos ocupa, tenemos pocos laboratorios para pruebas y análisis de muestras, obtenidas de posibles sospechosos y contagiados en todo el territorio nacional. Hay que tener en cuenta que el crecimiento de los afectados por el Coronavirus es de carácter exponencial y los laboratorios que tenemos están centralizados en la CDMX.

Adicionalmente y desde décadas atrás, nuestro SSP está diseñado para atender demandas personales y no eventos colectivos catastróficos que se presentan en determinado momento y espacio. A partir de eso, cobran razón de ser la aplicación en forma gradual de medidas, un tanto drásticas pero firmes, destinadas a frenar y disminuir la estadística diaria que da cuenta de la existencia y daños que causa en nuestro país el virus multicitado. También aceptemos que nuestro habito del “Ay se va” no nos ayuda y es altamente perjudicial por obstruccionista y minimalista en la observancia y cumplimiento de las medidas y protocolos indicados para la adecuada prevención contra el actual flagelo mundial.
Súmele a lo anterior, la demasiada población subocupada y desocupada que no tiene acceso real a los servicios que brinda el SSP. Como siempre, los pobres, los ancianos y la niñez serán las mayores víctimas de esta tragedia social que estamos viviendo. Como van las cosas, es un hecho que habrá saturación de convalecientes que estarán mal, poco o nulamente atendidos.
La eterna desigualdad social que nos caracteriza como país, impone su realidad y cobra su existencia, ya que una minoría de la población si tiene un sistema privado para la atención privilegiada de su salud. Son las personas de altos ingresos económicos lo suficientemente afortunadas en relación al resto de la población. Otro segmento de la población es la laborante y tiene un sistema de seguro social desvencijado y por último están aquellos que no tienen más que los malos servicios generales de salud pública. Todos están concebidos como una suma de demandas individualizadas de los ciudadanos.
De no aplicarnos con mayor intensidad, coordinación y esfuerzo entre la ciudadanía y los tres niveles de gobierno, pronto la morbilidad se incrementará más rápido de lo que uno piensa. Atender la pandemia en forma lenta y errada como lo hizo Italia nos lleva a escenarios catastróficos nunca deseados. El esforzarnos para poner en práctica medidas un poco drásticas pero efectivas de contención y disminución de la propagación del virus puede darnos resultados exitosos, tal y como ya los hubo en Corea del Sur y China, por ejemplo.

PD1. Tan malo es minimizar peligros como maximizar gravedades que no se hayan dado en este asunto tan delicado del Coronavirus ya que está en juego la vida de muchos mexicanos.

PD2. Los tres niveles de gobierno no deben escatimar presupuestos públicos para luchar contra la actual pandemia. Cancelen otros programas no esenciales y transfieran los recursos ¡Ya!

PD3. En tratándose de esta pandemia debemos esforzarnos por tener un plan de acción que se distinga por su rapidez, eficiencia, oportunidad y honestidad. la consigna de todos es abatir al máximo la presencia del virus en territorio nacional.  “Juntos podemos.”







viernes, 13 de marzo de 2020

Importancia de las asambleas comunitarias.


 Héctor Manuel Popoca Boone.

El individualismo en el medio rural cunde como un proceso auspiciado por los gobiernos federales, estatales y municipales, en forma lenta pero sostenida, desde hace más de treinta años, cuando se legalizó la posibilidad del desprendimiento particular de parcelas de ejidos y comunidades; otrora tierras de propiedad social otorgadas en usufructo por la nación. El mismo individualismo exacerbado se observa, con otras características, en los desarrollos de las colonias proletarias en el medio urbano.

El individualismo neoliberal es la causa por la que se está perdiendo la visión comunitaria local, de territorio y de base para resolver los problemas que les son comunes a la población; casi ya no se usan las estructuras de alta participación como lo son las asambleas comunitarias. La ausencia del ejercicio de la planificación de base es motivo también de la paulatina desvinculación y divorcio de los hombres y mujeres rurales y/o urbanos y sus problemas, con las autoridades gubernamentales y sus programas, ya que estas últimas toman distancia y se alejan de las verdaderas necesidades de la comunidad y de sus respectivas prioridades; para enfocarse a atender urgencias sociales fragmentadas que muchas veces no son coincidentes con las de la comunidad.

La ausencia de discusión y reflexión participativa-autogestora imposibilita identificar, bien a bien, cuáles son las necesidades básicas que aquejan a la comunidad; el certero diagnostico local de los factores que las provocan; su dimensión cualitativa y cuantitativa, así como las posibles acciones de corte gubernamental y/o combinadas con esfuerzos colectivos o semi colectivos para atenderlas, en el corto y mediano plazo. Todo lo anterior, bajo la premisa que nadie conoce más y mejor una casa que aquel que la habita en forma permanente.

La desatención gubernamental deriva en que haya irritación social de los integrantes de una comunidad al no conocer los programas anuales gubernamentales, ni los presupuestos respectivos de obras y servicios, a realizarse en su localidad; asi como tampoco de los requisitos de elegibilidad en tratándose de atender demandas específicas. El descontento comunitario prende también cuando el colectivo social no cuenta con la información necesaria para darle seguimiento y vigilancia a las acciones y presupuestos públicos que inciden en su territorio.

Por eso, no es gratuita la desconfianza y el descrédito de la ciudadanía hacia la acción gubernamental. La comunidad siente y es ajena a cualquier proyecto, acción o infraestructura pública institucional porque muchas veces son de mala calidad, cotizadas con sobreprecio y no cuentan con las especificidades requeridas. En esas condiciones dañinas, la corrupción y la impunidad se adueñan de cualquier proceso programático; puesto que éste surge de los gabinetes y escritorios y no de las realidades territoriales y circunstancias específicas locales, ni mucho menos de la participación ciudadana.

De ahí la importancia del establecimiento y uso de la planificación desde abajo, de base-local, autogestora, democrática y participativa, como instrumento para el desarrollo comunitario rural y urbano en las diversas localidades, municipios y regiones de Guerrero. Solo así, con la toma de consciencia de la utilidad de este instrumento, plural y diverso, referido a lo local, acompañado de un método de capacitación para sensibilizar, provocar y ordenar constructivamente el diálogo, colectivo o semi colectivo, se podrán fincar genuinos procesos de paz, serenidad y progreso, en un espacio en donde concurran y participen ciudadanos, líderes, autoridades de los tres niveles de gobierno y diversos actores del actuar territorial.

Hoy más que nunca, sobre todo en estas épocas de violencia e inseguridad, se requiere fomentar el diálogo ciudadano constructivo, colectivo e interactuante. Que nos incline más a la suma y multiplicación y no a la resta y división; identificando los principales problemas comunes que se presentan tanto por causas internas, como externas; así como las posibles vías de solución que verdaderamente sean las más viables y aglutinadoras en el corto y mediano plazo.



viernes, 6 de marzo de 2020

Certezas e incertidumbres.


Hector Manuel Popoca Boone.


Es un hecho por todos sabido que, en el estudio del comportamiento del mercado, el fenómeno de la incertidumbre existe, más que el de la certeza. Existe como característica propia de su pleno funcionamiento; en virtud de que es uno de los principales engranajes de las actividades económicas que en él acontecen, en un lapso de tiempo. Hacer referencia al mercado es hablar del número de empleos que se generarán, el monto de recursos económicos que se invertirán como inversión productiva, así como el indicador por antonomasia (qué, quién y cómo producir) de los productos y mercancías que se estiman colocar en el mercadeo en cuestión.


A partir de un conjunto de datos estadísticos, históricos y presentes, así como de tendencias de carácter político, psicosocial, potencialidad económica, de grados de vulnerabilidad gubernamental y de fortalezas de cohesión social, los analistas construyen los posibles escenarios que se presentarán a futuro en una economía. Sus datos los proyectan sobre todo para construir el entorno de estabilidad y crecimiento que se espera y así tomar las decisiones económicas más convenientes, tanto públicas como privadas. Eso, tomando también en cuenta factores externos determinantes como son las guerras, los desastres naturales o los graves deterioros de la salud pública.


Los especialistas en la materia dicen que, en la economía actual del mundo hay más incertidumbres que certezas para invertir. Por ejemplo, inestabilidades del comercio internacional para compensar economías nacionales, imponiendo aranceles a productos que inciden en sus mercados internos, como lo es EUA con China; como instrumento de presión directa como la ejercida por EUA a México, por factores de migración internacional; la salida de Inglaterra del Mercado Común Europeo; los vaivenes en los precios mundiales del petróleo; las presiones militares de EUA con Corea del Sur para fortalecer su industria militar, …entre otros factores. 


Así pues, la economía mundial atraviesa una crisis que gira en torno a cuatro aspectos relevantes: honestidad, eficiencia, credibilidad y confianza; La falta de uno de ellos en forma importante, semiparaliza la cadena de valor global, es decir la producción de los bienes y servicios que la sociedad requiere y obstruyen el buen desarrollo de las haciendas nacionales. Son lubricantes esenciales de la maquinaria del mercado global. La economía de México esta semi estancada por tener vulnerados los cuatro factores mencionados. Son procesos viciosos gestados a lo largo de los años, difíciles de desarraigar, pero no imposible.


En palabras de José Alberto Castro: En México y en el mundo hay ausencia de líderes sinceros y comprometidos con la sociedad que nos lleven a tener relaciones justas y dignas entre nosotros. 


A los valores enarbolados por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador: No robar, no mentir, no traicionar, le debemos agregar uno más: el no matarás. Y todos esos valores se pueden lograr, no sin fuertes dificultades, en un marco de respeto y responsabilidad; aun cuando se presenten conjuntamente con sus graves secuelas: impunidad, corrupción, pobreza, desigualdad, inequidad, inseguridad y violencia.


Si pretendemos sentar las bases para la cuarta transformación deseada es imperativo hacer vigente el “Estado de Derecho”, que permita una activa participación y expresión ciudadana con libertad cívica, sobre todo de la juventud. Los políticos, funcionarios y empresarios deben de dar muestra permanente de la congruencia en el pensar, decir y hacer frente a la sociedad. Necesario es que la incongruencia sea superada por la congruencia como estilo de vida.


Paralelo a lo anterior, requerimos construir una economía equitativa de bienestar ciudadano, con tasas de crecimiento económico mejores que las tasas de crecimiento demográfico, solo así habrá mayores y reales oportunidades de trabajo digno y decoroso; y por supuesto, indispensables es que en los gobiernos federal, estatal y municipal prevalezcan la ética, que acuerpe a la autoridad y la honestidad que acuerpe la eficiencia.