martes, 29 de septiembre de 2020

El gran engaño.

 

Héctor Manuel Popoca Boone.

            No es posible exhortar a una mayor participación y responsabilidad ciudadana, cuando los gobiernos conducen con engaños el combate a la pandemia y ésta queda fuera de control. En Guerrero, la infestación es demasiada y no pronto frenable; ya que la estrategia implementada no fue del todo correcta. Hubo obcecación del gobierno estatal en abrir apresuradamente las actividades económicas no esenciales, cuando el Covid-19 y sus efectos letales aumentaban.

El gobernador y dos de sus principales colaboradores, el Secretario General de Gobierno y el Secretario Estatal de Salud, son los responsables desde el punto de vista formal y político del combate y control de la pandemia. Solo ellos, a manera de triunvirato, firman los decretos estatales oficiales, publicados en el Diario Oficial del Gobierno del Estado, por medio de los cuales, se dan a conocer e implantan las medidas sanitarias epidemiológicas.

Como mandatarios gubernamentales, en los hechos, han priorizado la protección del capital económico por encima de la salvaguarda del ser humano; provocando así, exceso de pérdida de vidas; sobre todo de aquellos que tienen como único patrimonio, su mano de obra laboral formal o informal. De tal suerte que el haber permitido, dentro de la pandemia al alza, continuar con las actividades económicas no esenciales a más de la mitad de su capacidad, en vez de contenerlas al 30 %, ha traído como consecuencia potenciar contagios y muertes.

Reprobable es también que, contando el gobierno estatal con la información más fidedigna de la virulencia, la manipule, omita y sesgue su divulgación, con expresiones edulcorantes, con el fin de respaldar decisiones tomadas por el triunvirato, que a la postre han resultado contraproducentes.

Hagamos memoria: A principios del mes de julio pasado se transitó del color rojo al naranja; porque estábamos -nos dijeron- en la frontera entre ambas tonalidades y que valía la pena darle un pequeño respiro a la economía no esencial, abriéndola en 30 % de su capacidad de ocupación y aforo. Lo que no dijeron fue que traíamos a cuestas, como antecedente, una grave crisis hospitalaria.

Posteriormente, el tránsito al color amarillo, fue dado a saber -en forma sorpresiva e intempestiva- en los primeros días del mes de septiembre; permitiendo la liberación económica a un 60 %; a sabiendas por todos que teníamos, en los principales centros urbanos, un preocupante crecimiento de la pandemia. Este mayor destrabe de las actividades económicas y sociales, trajo como efecto lógico, una mayor dinámica en el crecimiento de los contagios y fallecimientos; lo que ocasionó una urgente recomendación federal de retornar al semáforo naranja, a más tardar, los primeros días de septiembre. Esa sugerencia se acató, pero no se cumplió.

El triunvirato gubernamental actuó bajo los cánones del gatopardismo, es decir, fingió vestir de nueva cuenta de color naranja a Guerrero. La realidad es que nos mantuvieron bajo el ropaje de color amarelo. La apertura económica sigue en un 60-50 % y no en un 30 % a lo más, como lo marca la normatividad sanitaria federal. Por ende, permanece un fuerte relajamiento social, desatado a partir del puente largo vacacional pasado.

Vamos de mal en peor. Ahora Guerrero ocupa el 1° lugar nacional en la tendencia de defunciones, el 4°, en ocupación hospitalaria y en déficit de recuperaciones, el 6°, en el número de hospitalizados. Estamos por arriba de la media nacional en los índices de letalidad, positividad y de pandemia activa. Al gobierno estatal se le empieza a desbordar la pandemia y, con razón, clama por un mayor auxilio de las fuerzas armadas para controlarla.

PD. El gobernador de Guerrero dijo: “Nosotros no somos responsables que la pandemia haya llegado… pero si somos todos, el presidente de la República, los gobernadores y presidentes municipales, responsables de la conducción de la misma” (El Sur/4 de agosto del 2020).

           

viernes, 18 de septiembre de 2020

Vacunas agrícolas.

 

Héctor Manuel Popoca Boone.

Se ha ido Octavio Augusto Navarrete Gorjón. Un extraordinario amigo.

Por el cuidado que nos merecen nuestras familias, tenemos que seguir combatiendo al Covid-19 con mayor eficacia que la mostrada hasta hoy. Máxime, cuando tenemos un gobierno estatal fallido y letal, en ese menester.  Hay dos frentes por atacar: el de la salud y el de la economía; en ese orden de prelación. Ambos están intercomunicados. Y una de las formas sincréticas de dar la batalla es acrecentando nuestra inmunidad biológica; al consumir productos agrícolas que muestran positividad para inhibir el desarrollo y propagación del virus. Avoquémonos entonces, localmente, a producir y consumir las “vacunas agrícolas” que permiten fortalecer las defensas de nuestro organismo.

En extensión a un artículo de opinión pasado (El Sur 13/7/2020), terminaré de reseñar lo platicado con el Ing. Agrónomo, Federico Lorenzana Arzate, acerca de los productos agrícolas regionales “anti Covid-19”; reiterando que no es un listado limitativo, sino todo lo contrario. Para las regiones, Centro y Montaña, recomendables son los cultivos de: mango (solo en la parte baja de la montaña), limones (mexicano y persa), mamey, plátano, maíz, jitomate, tomate de cáscara, garbanzo, chile, jícama, papa, lechuga, calabacita y chícharo. En la Región Norte, es recomendable la producción de guayaba, maíz, jitomate, tomate de cáscara, frijol, cacahuate, ajonjolí, sandía, jícama y cilantro. En la región Tierra Caliente, se da bien el mango, plátano, limón, maíz, ajonjolí, melón, sandía, jícama, jitomate, chile y calabaza.

Es perfectamente factible que, en las pequeñas unidades de riego, dispersas en todas las regiones, puedan establecerse bio-espacios o casas-sombra administrados por grupos cooperativos o en forma individual. En este tipo de instalaciones puede haber una producción hasta 4 veces más que a cielo abierto. La diversificación de cultivos, para que tenga éxito, habrá de acompañarse con capacitación y acompañamiento técnico a todo lo largo del ciclo, ya sea de corto o mediano plazo. Y en la comercialización…, ni se diga.

Conversando a distancia sobre el mismo tema con el ingeniero agroindustrial, Gerardo Santiago López, coincidimos en la necesidad de cambiar nuestros hábitos de consumo, para elevar la calidad de nuestra ingesta nutricional. Principalmente disminuyendo el exacerbado consumo de refrescos y alimentos chatarra; que son causa principal de alta obesidad y, a la vez, desnutrición en la población; y que son ahora padecimientos asociados al Covid-19. No olvidemos que tenemos, vergonzosamente, el primer lugar mundial de gente obesa y buena parte de la población con altos niveles de desnutrición. La Secretaría de Educación Pública debe de prohibir, tajantemente, la venta en las escuelas de dichas mercancías nefastas; por más que se irriten algunos corruptos directores, profesores y padres de familia, al dejar de recibir de los proveedores, las “mochadas” a las que están acostumbrados.

En tiempos de crisis económica, el pueblo pobre de Guerrero habrá de enfocar sus baterías a producir parte de sus alimentos en las microrregiones. Por ejemplo, sustituir el refresco con aguas frescas de frutas de la región; los cereales industrializados con las variedades de atoles a base de maíz, saborizados con frutas frescas; los picantes enlatados por las ricas salsas caseras. Con tan solo eso, disminuiría la desnutrición y habría ahorro en el ingreso familiar.

Es tiempo de iniciar también la producción y transformación casera y artesanal de productos agrícolas en el medio semiurbano y urbano; con todas las limitaciones que imponen los espacios disponibles. Empecemos por difundir las técnicas caseras para producir mermeladas de frutas y manojos de hortalizas; así como fortalecer las huertas familiares de la economía de traspatio en el medio rural. No hay en esto ninguna novedad excepcional, todo es cuestión de rescatar costumbres y tradiciones históricas, combinándolas con innovaciones tecnológicas apropiadas, bajo los principios de la agroecología sustentable.

PD1. Guerrero necesita con urgencia un mejor gobierno; una nueva forma de gobernar; una nueva manera de hacer política; un nuevo estilo de responsabilidad y trabajo; si es que queremos que el pueblo tenga mayor prosperidad.

PD2. Guerrero ocupa el primer lugar a nivel nacional en dinámica de crecimiento de casos positivos de Covid-19, según reporta la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

 

viernes, 11 de septiembre de 2020

La levedad de la consciencia ciudadana.

Héctor Manuel Popoca Boone.

            De acuerdo a los datos que nos reportan de la pandemia en Guerrero…, no vamos bien. La apertura apresurada de las actividades económicas y sociales, han causado más muertes y contagios de los que pudieran haberse esperado, de una pandemia sujeta a control en su crecimiento y posterior descenso. Muchas afectaciones epidémicas pudieron haberse evitado si el gobierno federal y el estatal hubieran enfocado desde un inicio la lucha antiviral en forma más eficaz y atinada. Combate apegado a las especificidades regionales, donde se dan diversas dinámicas del virus mortal; eliminando los errores de instrumentación genérica en la prevención de la infestación. No hay nada que festinar y sí mucho de esforzarse más. Pérdidas, dolor y lágrimas, permean la vida cotidiana que está en nuestro alrededor, sobre todo en el medio urbano.

            Causa pasmo grande, el hecho de que hoy somos la séptima nación en el mundo donde más afectaciones letales ha causado el Covid-19. Como país y como entidad federativa, tuvimos tiempo para prepararnos mejor. No fue así y los resultados están a la vista. En cinco meses de pandemia la mortalidad en México creció 55 %

            Rectificar es de sabios y afortunadamente se ha recapacitado bien al acordar volver al color naranja el semáforo epidérmico para Guerrero; con el objetivo primordial de disminuir drásticamente el crecimiento fuerte de contagios y decesos que hemos tenido en la semana que finaliza. Aplaudo que haya imperado la virtud de la prudencia. 

No lo hicimos antes, pero nunca es tarde para hacerlo. Mostramos escasa capacidad de persuasión para reducir el libertinaje desatado a causa de la liberalización y reducción de las medidas sanitarias, que la realidad dictaba mantener. En Guerrero, se privilegió más la actividad económica pudiente, a costa de la salud del pueblo. Aún habrá contagios prontos y en demasía en esté fin de semana, porque la normatividad anaranjada entrará en vigor hasta el próximo lunes.

            En mucho los yerros mostrados se deben a la fragilidad y minusvalía imperantes de ciertos principios humanos; enunciados por todos y simulados por muchos. Como guías reguladores de la conducta gubernamental y ciudadana los hemos extraviados. Como son la honestidad, veracidad, congruencia, integridad, bioética (respetar y no dañar al ser y a la naturaleza), generosidad, tolerancia, solidaridad, pluralidad, cooperación, compromiso social, vocación democrática, amistad o amor, entre otros.

En el tamiz de esos principios, gobiernos y ciudadanos habremos de contrastar la realidad coyuntural; para así encontrar respuestas constructivas, a importantes interrogantes surgidos en el manejo de la pandemia a la fecha. Preguntas que giran en torno al por qué no se le ha podido domar. Por ejemplo: ¿Qué tantas notas informativas sobre el Covid, estaban sesgadas y se enfocaban más a minimizar la gravedad de la pandemia? ¿Qué tanto ha existido manipulación de datos y omisión deliberada de otros? ¿Por qué no se aplican mayor número de pruebas de detección rápida del virus en todo el estado? ¿Qué tipo de intereses creados obstaculizan el convertir en albergue sanitario cuarentenario, el abandonado hospital general de Acapulco y evitar así mayores contagios inter e intrafamiliares, en esa congestionada ciudad?

            Los gobernantes y políticos, ¿cuidan más su imagen a la tragedia civil? ¿Cuánto dinero dedican a la publicidad de sus personas? ¿Qué tanto se auto victimizan para aligerar responsabilidades públicas? ¿Conqué frecuencia se miente y engaña a la población? ¿Seguirán destinando, en plena pandemia, el erario público a la construcción de obra pública ostentosa, en lugar de destinarlo a la protección sanitaria y económica de la población?

            También es pertinente que la ciudadanía cobre mayor consciencia de la parte que le corresponde hacer que es la observancia rigurosa de las medidas sanitarias establecidas contando con la debida vigilancia en su cumplimiento por parte del gobierno. Sobre todo, por lo que nos espera a partir de los repuntes habidos a la fecha y que van en expansión.

            PD. A tambor batiente, prosigue la extorción en la inscripción y reinscripción escolar en el sistema de educación pública de Guerrero; y no hay nadie que la detenga. ¡Uf!

 

viernes, 4 de septiembre de 2020

Consciencia Ciudadana

Héctor Manuel Popoca Boone.

Los gobernadores son la máxima autoridad sanitaria en sus respectivos estados. (Hugo Pérez-Gatell)

            Tomar consciencia ciudadana es, entre otras cosas, percatarse de la realidad circundante, para estar en capacidad de intervenir en ella; haciendo discernimientos para encontrar lo esencial de las personas, cosas y sucesos que acontecen en la colectividad civil. Es deliberar y dialogar, para tomar una posición autonómica al elegir y decidir realizar una acción (s) y poner manos a la obra; esto es, incidir activamente en la realidad para fortalecerla, cambiarla o transformarla, en función de lo armónica o no que sea con lo imaginado.

Tomar consciencia es evaluar una circunstancia a partir de paradigmas personales; moldeados a lo largo del tiempo, en el crisol de vivencias y experiencias tenidas; sumando los conocimientos y sabidurías acumuladas en la cultura amplia de la humanidad. Por tanto, uno no nace con consciencia ciudadana; ésta se hace, en el devenir de nuestra vida. Sin consciencia, no hay participación ni acción trascendental. Siempre habrá el intento o el hecho de un control externo, que nos reduciría a la calidad de autómatas.

La consciencia y los propósitos que de ella se derivan, están en tres núcleos axiológicos que son: los ideales, los principios y los valores. Ellos son los espejos que reflejan qué tan distantes estamos del objetivo último de lograr una vida plena y justa; con armonía, fraternidad y felicidad social, entre otros estadios. Esta trilogía ha sido la guía normativa de nuestras creencias y comportamientos a lo largo de nuestra vida y la de los demás. Desde que la humanidad es una humanidad consciente, los paradigmas sociales otorgan su impronta, con diferentes modalidades, a todas las civilizaciones del planeta.

Reseñemos sucintamente la primera. Los ideales son el principal motivo de la puesta en movimiento de la humanidad en pro de diversas finalidades. Son las convicciones de lo más deseable que debiera poseer el ser humano, en la conquista perenne de una permanente armonía planetaria; como parte integrante de un todo universal. Algunos de estos ideales son, entre otros: La noción de vida, justicia, igualdad, equidad, libertad, paz, humanismo, fraternidad, dignidad...

Hoy, la verdad es que no hemos tenido la suficiente consciencia y participación ciudadana para enfrentar con mayor eficiencia y eficacia los embates mortales de la pandemia. Nuestros endebles ideales se han visto opacados y disminuidos. Peor aún, algunos son enarbolados de dientes para afuera, como parte de nuestra desnudez moral.

“Es que la gente no entiende, es necia y reacia” en acatar las medidas sanitarias indicadas, dicen algunos. La contra respuesta subconsciente genérica es: “la vida no vale nada” “El virus no existe, es un invento del gobierno y de los poderosos”. Lo cierto es que buena parte de las personas salen a encontrarse con el virus, por tener que llevar sustento diario a su familia. Eso nos indica que hay falta de justicia social y equidad económica. Hay manipulación política para culpar al otro de lo que nos pasa. El egoísmo individual se abre paso para reducir a su mínima expresión el ya de por sí escaso humanismo y fraternidad. La delincuencia provocada por la caída de empleos, atenta contra la paz anhelada y la aleja. El no respeto y la rebeldía, dan señal de una irritación social in crescendo.

La falta de simetría en el trato humano es acompañada por la discriminación y estigmatización social. Resaltan los privilegios de unos cuantos y la falta de vigencia de los derechos humanos de muchos. Empieza la obstrucción de la expresión discrepante y empieza la predominancia de la heteronomía, que conlleva control de las masas. Hay oposición, consciente o inconsciente, a la convivencia comunitaria. Es carcomida la empatía y, por ende, el amor a nuestro prójimo, como a nosotros mismos. La crisis suscitada puede dar cauce hacia la dureza. La ética la hemos remitido al cesto de lo prescindible. (continuará).

PD1. El Covid-19 sigue activo; lo único que cambió es que nos dieron permiso para salir a buscarlo. (Celia Delgado)

PD2. Hará 10 años de la sentencia de Corte Interamericana de los Derechos Humanos en contra del Estado Mexicano, por las violaciones tumultuarias sufridas por dos mujeres indígenas del municipio de Ayutla. La sentencia no está cumplida del todo; debido a la soberbia y capricho del Gobernador y de su “maestro incómodo”. ¡Uf!   

PD3. Hay un posible pacto en lo oscurito, entre AMLO y Astudillo, para la sucesión gubernamental de Guerrero, a favor del corrupto e inepto, Amílcar Sandoval Ballesteros. Sagazmente el gobernador tendrá un pie en el PRI y otro en Morena. Al tiempo.