domingo, 30 de octubre de 2022

Balance de un año de gobierno.

 Héctor Manuel Popoca Boone.

¿Alguien ha visto a Vicente Suastegui Muñoz?

 

Como Gobernador Moral de Guerrero, hago un recuento de lo significativo ocurrido durante el primer año de gobierno constitucional de Evelyn Salgado Pineda (ESP). No haré énfasis en detallar aciertos y logros, que los hay aun cuando no en la cuantía esperada. ESP cuenta con un aparato de publicidad, propaganda y panegíricos que enaltecen, diariamente, su persona, pensamiento y obra.

 

I.- Me centraré en lo no cumplido y que fue prometido. En los errores tenidos; pero no reconocidos. En las mentiras y engaños. Del cómo, con sombrero ajeno federal, cubre lo faltante en el hacer local gubernamental. El análisis no es con ánimo de menospreciar su potencial capacidad de gobernar, pero lamentablemente es errático y sujeto a la total manipulación de su “papá incómodo”. Cuestión sabida por todos.

 

II.- No se atienden del todo las ingentes demandas de supervivencia de un pueblo empobrecido, pero sí las pasarelas sociales que otorgan glamour al dar oportunidad de realizar Fashions con un buen performance. No se habla con la verdad, acerca de la fea realidad que enfrentamos todos, en todos los aspectos. Viene a mi memoria la novela “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll.

 

III.- Desde el inicio de su período como gobernante electa, en su gira triunfal por todas las regiones, además de embelesar al auditorio con sus agraciadas canciones y lucir hermosos huipiles, engañó a la población junto con su “papá incómodo”, al prometer el oro, el moro y las perlas de la virgen; comprometiéndose a resolver casi todos los problemas que aquejan a estas tierras del sur; esbozando a la vez, un horizonte de bellas realizaciones sin par.

 

IV.- La cruda realidad ha terminado por imponerse. No tuvo ESP ni sus asesores, la suficiente honestidad de decir lo que íbamos a enfrentar en cuanto precariedad de recursos humanos, materiales y económicos sin par; resultantes de una grave, letal y prolongada pandemia; así como una severa crisis económica derivada de ella; y con la no menos lamentable herencia del desastre financiero que dejó el réprobo gobierno de Héctor Astudillo Flores y su “maestro incómodo”.

Las arcas públicas quedaron endeudadas a más no poder; encubierto parcialmente el déficit corrupto, gracias a un pacto, secreto y vergonzoso, entre Félix y Héctor. También del conocimiento de todos, en sus aspectos generales. La consigna presidencial de “no robar” quedo comodinamente relegada.

 

V.- Al comienzo de su mandato constitucional, ESP manifestó públicamente que no necesitaba dialogar con nadie puesto que tenía una estrategia bien definida sobre el tema de seguridad pública en Guerrero. El año transcurrido demostró el fracaso de “Abrazos, no balazos” con la recién masacre ocurrida en Totolapan, región de Tierra Caliente, donde la “Mesa Estatal de Coordinación para la paz”, gracias a la inteligencia militar que se aplica de tiempo atrás, se sabía de antemano el horror, que provocaría el terror que desataría la delincuencia organizada. No hicieron nada con antelación para evitar tan criminal suceso.

 

VI.- No menos irresponsable fue haber integrado su equipo de trabajo con personas impuestas por su “papá incómodo”, a partir de un sorteo en una ¡Tómbola de puestos burocráticos!, sin importar capacidades sino únicamente incondicionalidades o méritos en campaña electoral. Los resultados están a la vista: nombramientos a partir de concebir la administración pública como botín bucanero electoral; dando por resultado: corruptelas iniciales por doquier, irresponsabilidades y falta notable de aplicación en lo cometido, sin faltar el acrecentado e histórico desorden directivo-administrativo y de trafique de plazas laborables en el sector salud y en el educativo, entre otros. Las noticias periodísticas diarias de inconformidades en esas áreas, dan cuenta pormenorizada.

 

VII.- A un año de ejercicio de gobierno, hay notorios incumplimientos que no tienen justificación o pretexto. Como es no haber aplicado en beneficio de los campesinos guerrerenses un fondo de garantías complementarias de 200 millones de pesos, aprobados en el presupuesto de egresos estatal del 2021, para llevar a cabo un “histórico” programa de mecanización agrícola en todo el estado. A la fecha no se ha otorgado un solo tractor.

 

Eso sí, el secretario del ramo se da el lujo de faltar a sus responsabilidades laborales un día hábil, para dedicarse al proselitismo político a favor de su “corcholata” favorita. Lo mismo podemos afirmar, en otro tenor, de la hasta ahora frustrada venta de las mansiones de “El Partenón” en Zihuatanejo y de “casa Acapulco” a favor de los pobres. “No mentir” es la consigna presidencial vilipendiada.

 

VIII.- Hay cuatro instituciones estatales afamadas desde años atrás, por ser las cajas chicas de los gobernantes en turno; Protur, Dif, Cicaeg y la propia Sefina. Esta última sobresale por ser la histórica incubadora de facturas apócrifas o medio chuecas, para encubrir toda clase de desvíos de cash. No pidan pruebas, porque son acusados de pillos, no de tontos. No en balde el Contralor estatal de la gobernadora, fue también el contralor del tristemente célebre ex gobernador del desastre financiero.

 

IX.- No hay la tan pregonada austeridad republicana. Basta un botón de muestra. Se mantienen comisionados al servicio privado de cada ex gobernador y de relevantes ex funcionarios públicos, a seis “ayudantes” en forma permanente; con vehículo y gasolina con cargo al erario público, para servicios privados y personales. ¡Uf!

 

X.- En síntesis: En Guerrero estamos cerca de afianzar los cimientos para la “Cuarta Deformación”.

viernes, 21 de octubre de 2022

A buenas horas, mangas verdes*

 Héctor Manuel Popoca Boone.

¿Alguien ha visto a Vicente Suastegui Muñoz?

Taxco era una ciudad tranquila, ordenada y con un ambiente urbano pacífico. Aún tengo buenos amigos y amigas en ese centro turístico. Son parte de sus habitantes emprendedores, que permanecen al frente de sus negocios. No hace más de dos décadas, las autoridades municipales trabajaban más o menos bien, para el bienestar de toda la comunidad. Los taxqueños eran amables, pero a la vez exigentes en tratándose de los servicios públicos y de la seguridad pública, puesto que pagaban sus impuestos puntualmente y hacían valer su fuerza ciudadana en el campo electoral; por lo que la alternancia bipartidista, en las riendas de la comuna, era cosa normal. Las principales actividades económicas giraban en torno a la orfebrería de plata, el turismo y la agricultura, en el contexto de sus bellezas naturales y de sus edificaciones históricas de su pasado colonial. Había moderada pero constante prosperidad.

De unos años para acá, los taxqueños empezaron a escuchar de los estragos económicos y la zozobra social que se presentaban en ciudades vecinas, a partir de violencias delincuenciales emanadas de bandas organizadas, dedicadas al mal que se iban expandiendo en toda la región, cual cáncer de amplia metástasis; pero los taxqueños la consideraban como un fenómeno ajeno y alejado de ellos. No creían que les iba a llegar, dado que no eran ruta de trasiego de enervantes; razón principal de existencia de los “chicos organizados” que empezaban a llegar de fuera y que, para el infortunio de la región, sentaron sus reales en esa singular, bonita y tranquila ciudad. Lo hicieron ante autoridades municipales y estatales ineficaces e imperturbables; que sabían lo que estaba pasando en tiempo real, pero que no hacían nada en absoluto para impedirlo. Ante esa situación, nadie osaba decir o hacer nada. La consigna presidencial es: “Abrazos, no balazos”

Los malosos comenzaron a tener presencia en el medio rural, con los productores agrícolas y pecuarios. Querían dinero, de manera fácil y rápida, para su sostenimiento local. Imponen, por tanto, cuotas en cash, por derecho de piso, por venta de productos y por compra de insumos. Era y sigue siendo a la fecha, un sistema de extorción directa a los pequeños y medianos productores y comerciantes del ramo alimentario. La “persuasión” la hacen a punta de AK-47 o de violencia directa a las personas, económicamente activas, que mostraran resistencia a la sumisión exigida; acompañada en algunos casos con el incendio de sus vehículos o del “rafagueo” de sus negocios.

Después, los productores estaban obligados a vender sus productos a través de un único canal de comercialización indicado por los malandros. Ellos fijarían los precios y las cantidades por productor, en un esquema mercantil oligopólico. Resultando ser un negocio redondo para los “chicos organizados” fuereños; contando siempre con el “estratégico” inmovilismo cómplice, de las autoridades gubernamentales que fingían desconocer lo que estaba pasando en el medio rural.

La gente constató con pasmo, que sus reclamos de seguridad pública, justicia y aplicación de la ley, caían en el vacío. Confirmaron que no eran escuchados ni atendidos por las autoridades correspondientes. Verificaron que, cínicamente, los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) tenían un comportamiento omiso y autista. Con esa impotencia a cuestas, comenzó a imperar en el municipio una economía de expoliación, tipo feudal, domada y subyugada.

Ingenuamente los productores, empresarios y comerciantes, creyeron que los primeros malhechores les darían protección ante otros grupos de malandrines acechantes, puesto que los primeros decían tener el control de la plaza. Pero no era así y en algunos casos la extorsión fue por partida doble. No se valía rezongar o rebelarse, porque en ello les iba la vida y la de sus familias.

La ausencia manifiesta de autoridad institucional volvió imparable la pingue extorsión, robo y crimen organizado; teniendo bajo control un mercadeo forzado por gente externa que impone su mandato en la economía micro regional en Taxco. Así, con su voracidad desatada, los “chicos organizados” obligan a pagar cuotas mensuales por concepto de carne de res, pollo, cerdo, huevo, pan, tortillas, aguacate y hortalizas en general. El cierre de negocios y la emigración de la gente es asunto cotidiano, ¡Uf!

 

*Dicho español que significa: “Que lo que se esperaba, llega demasiado tarde, cuando ya no sirve para nada”.

 

 

viernes, 14 de octubre de 2022

Estrategia para la paz micro regional.

 Héctor Manuel Popoca Boone.

¿Alguien ha visto a Vicente Suastegui Muñoz?

A la memoria de Luis Tomás Cervantes de Vaca. Compañero de ideales y de lucha. Destacado dirigente del movimiento estudiantil del 68.

 

Lo que tenía que reventar, reventó; y en forma fea en la Región Tierra Caliente. La masacre de Totolapan, ocurrida el pasado 5 de octubre, fue una matanza anunciada y provocada por una circunstancia del todo conocida en lo general: el poder territorial, político, económico y social lo detenta la delincuencia organizada. Prácticamente no hay ningún municipio de esa región que se salve de dicho control.

Los hechos ocurridos confrontan brutalmente la estrategia por la consecución de la paz y contra la violencia, enarbolada por la gobernadora constitucional, Evelyn Salgado Pineda (ESP), que, a su decir, sigue a la consigna presidencial: “Abrazos, no balazos”. En Guerrero ha resultado ser un eslogan insuficiente, que habrá de complementarse con otras acciones urgentes más eficaces y concretas; porque hoy, lo único seguro, es la inseguridad pública.

No hay lugar para eludir responsabilidades por parte del gobierno estatal, que lamentablemente sigue estando bajo la férula del “Papá incómodo”; tampoco vale achacar la culpa completa a la apatía de los presidentes municipales de la región, que están atados por financiamientos electorales oscuros e ilícitos; mucho menos recae en segmentos de la población que están sometidos y subordinados, convirtiéndose en cómplices involuntarios.

La gobernadora del Estado empieza a pagar la factura de su soberbia inicial. De no querer escuchar voces de ciudadanos preclaros, preocupados por el predominio creciente de la paz-narca, que es la paz de los sepulcros. No puede gobernar exclamando únicamente frases certeras, pero vacuas de acciones concretas; ni de cuentas alegres, medias verdades o de metas infladas de beneficiarios; tolerando que el magro erario público sea desviado en forma corrupta e impune por algunos integrantes de su “Gabinete de Tómbola”. Muerto el niño, a tapar el pozo; lo único que pedimos es que no haya simulación o amordazamientos.

“Por el Rescate de Guerrero, A.C.”, con ánimo constructivo, se adhiere a las propuestas en pro de una paz digna, presentadas por Jesús Mendoza Zaragoza, (El Sur. 26/sept./2022) al colectivo “Guerrero es Primero”. Mismas que, programáticamente sistematizadas y con agregados propios, entregaremos a la Oficialía de partes del poder ejecutivo estatal y del poder legislativo local. A saber:

I.- Prioridades en territorios micro regionales con fuerte vulnerabilidad. Realizar la delimitación de la extensión micro territorial. Ya sea, barrio urbano o comunidad rural; identificando activistas voluntarios iniciales, promotores y con-motores ya sean estos, locales o externos; institucionales o de naturaleza civil. Lanzar las primeras convocatorias para las reuniones vecinales con el objeto de diseñar la estrategia especifica.  

II.- Análisis de la problemática múltiple agravada. Principales indicadores socioeconómicos que caracterizan a la micro región. Ponderar los niveles de conciencia ciudadana prevalecientes y procesos extraescolares para incrementarla. Recuento de los diversos liderazgos y asociaciones locales susceptibles de aglutinarse en torno a la estrategia micro territorial. Contar con la presencia y actuación de las diversas instituciones gubernamentales y civiles que inciden en el micro territorio; identificando las causales específicas provocadoras de la problemática que encarece la paz; sean estas de tipo social, económica, política, cultural, medio ambiental o de otra naturaleza. Mismas que darán pauta para el diseño de las intervenciones conjuntas acordadas previamente.

III.- Diseños de participación, intervención y programas. Partir de las siguientes premisas básicas: Ni el gobierno (federal, estatal o municipal) ni los pobladores por sí solos, pueden superar las vulnerabilidades existentes. Todo acuerdo o análisis deberá emerger de las reuniones o asambleas vecinales de pobladores, a partir de los siguientes enunciados: Cada uno de los promotores y protagonistas (exógenos y endógenos) poseen recursos diferentes: los del Gobierno tienen autoridad; programas y proyectos, tanto de inversión como de acción, así como de recursos públicos y estructuras institucionales. La ciudadanía cuenta con capacidades y procesos propios para la reconstrucción del entramado social y el fortalecimiento de los núcleos familiares.

IV.- Mecanismos. Alentar una mayor participación activa de la mayoría de los habitantes, identificando las dinámicas que despierten mayor interés y entusiasmo. Tener presente que las intervenciones externas cambian o desaparecen con el tiempo; los procesos internos pueden permanecer y agrandarse, siempre y cuando sean gestados y promovidos desde abajo, a partir de comités vecinales; buscando siempre su empoderamiento sano y legítimo; evitando ser objetos pasivos y manipulados al convertirse en sujetos activos del diario acontecer, para así frenar las circunstancias o grupos externos que vayan en contra del bienestar colectivo.

V.- Los medios. Son el diálogo, la coordinación y una estructura organizacional, ad hoc, que desate sinergias para hacer valer la vigencia de todos los derechos, para todos los pobladores. Buscar el reencuentro sano, cimentado en la honestidad, de autoridades y ciudadanía; acrecentando la confianza, la fraternidad y la solidaridad, en la construcción de un tejido social de nuevo tipo.

VI.- Abordaje temático: Justicia, seguridad pública, economía social, salud, educación, medio ambiente, buena gobernanza, marginación, discriminación o racismo en lo micro territorial.  

porelrescate@hotmail.com

domingo, 9 de octubre de 2022

El Ejército en Tlatelolco. (1968)

Héctor Manuel Popoca Boone.

 

 “La Imaginación al Poder” Consigna del movimiento estudiantil del mayo francés.

“El poder nace del fusil” (Mao Tse Tung)

 

No se olvidará nunca el 2 de octubre del 68. Es uno de los momentos estelares de la historia de México. Marcó el inicio de la gesta de uno de los procesos democratizadores más importantes ocurridos en el país, en la segunda mitad del siglo pasado. Su costo fue grande: inmolar a cientos de jóvenes estudiantes y pueblo en general en Tlatelolco, Ciudad de México (CDMX). Ellos fueron los principales protagonistas libertarios.

 

Esa fecha condensó la cruda y bárbara utilización de la violencia institucional, encarnada en el Ejercito, la policía federal y la policía metropolitana, para reprimir y eliminar la expresión política coyuntural de un importante segmento de la juventud mexicana: el Consejo Nacional de Huelga (CNH) del movimiento estudiantil que estaba en boga y que tuvo la osadía de incorporar la imaginación democrática en las artes para la conducción política de los destinos de México.

 

Para el presidente de la República de aquel entonces, Gustavo Diaz Ordaz (GDO), la irrupción juvenil significó gran insolencia; puesto que su formación política personal la forjó dentro de un sistema seudo democrático, con un poder centralizado, transfigurado en un presidencialismo exacerbado de carácter sexenal; teniendo como soporte un partido hegemónico, el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

 

Con esa soberbia y despotismo que lo caracterizaban, GDO no quiso escuchar ni dar soluciones razonables y pacíficas a las demandas de los jóvenes que pugnaban por el acceso del pueblo al Olimpo, morada exclusiva de los dioses y semidioses de la política nacional. Exigían disminuir el déficit que como país teníamos en materia de democracia, justicia y buen gobierno.

 

Exasperado por ese tipo de demandas y por la muy próxima Olimpiada de 1968, donde México era el país anfitrión, el presidente GDO instruyó al secretario de la defensa nacional, al secretario de gobernación y al jefe de gobierno de la CDMX, a parar en seco, lo más rápido posible y de una vez por todas, la existencia dinámica del movimiento estudiantil y encarcelar a toda su dirigencia colectiva personificada en el CNH.

 

Ese 2 de octubre fatídico, a temprana hora de la mañana, sostuvieron una reunión en Lomas de Sotelo, en las oficinas centrales de la Secretaría de la Defensa (SEDENA), los dos secretarios y el jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP), para ultimar detalles tácticos de la “Operación Galeana”; destinada a reprimir un mitin en la plaza de Tlatelolco, convocado por el CNH, para la tarde de ese día y la captura de los dirigentes estudiantiles.

 

La masacre de los jóvenes se dio en el marco de pugnas internas en el gobierno federal. Entre “las corcholatas” a la candidatura del PRI para la presidencia de la República: Luís Echeverría Álvarez, Alfonso Corona del Rosal, Emilio Martínez Manatou y Alfonso Martínez Domínguez. También por la rivalidad dentro del poder militar, detentado por los Generales: Marcelino García Barragán, titular de la SEDENA y Luís Gutiérrez Oropeza, jefe del EMP.

 

El Batallón Olimpia (integrado por militares del EMP y agentes civiles de la Dirección Federal de Seguridad) se distinguió en Tlatelolco por dos cosas: el camuflaje de su vestimenta civil (oscura llevando un pañuelo o guante blanco en la mano izquierda) y por el desempeño letal, perverso y siniestro de francotiradores, apostados previamente en las azoteas y pisos de los edificios aledaños a la “plaza de las tres culturas”.

 

Con los primeros disparos de los francotiradores, comenzó la provocación planeada para desatar la continua balacera que duró toda la noche del 2 de octubre. Eran balas de grueso calibre y con una trayectoria de arriba hacia abajo, dirigidas indiscriminadamente a los estudiantes, maestros y ciudadanía en general que se encontraba ya reunida en la plazoleta de Tlatelolco. Un grupo pequeño de estudiantes radicalizados, ajenos al CNH, dieron respuesta con el uso de pistolas de bolsillo.

 

También los tiros de los francotiradores fueron dirigidos hacia ¡soldados! pertenecientes al cuerpo regular del ejército, quienes iban entrando al lugar bajo las órdenes del General, Hernández Toledo. El cual cae herido por una bala de guerra, una vez que fueron lanzadas tres luces de bengala que cruzaron el atardecer de Tlatelolco. Así lo hace del conocimiento público, el General, Marcelino García Barragán, en sus memorias auto biográficas, publicadas 10 años después de acaecida su muerte.

 

Conclusión: la presencia y conducta del ejército y fuerzas policiacas federales en Tlatelolco, estuvo planeada y configurada a detalle, para realizar un crimen de Estado.

 

PD1. El poder, obnubila, El poder total obnubila completamente. Eso le está pasando al presidente AMLO. ¡Uf!

 

PD2. Cierto, no son los mismos ni tampoco iguales; pero ¡cómo se asemejan! Aun cuando en los tiempos del ayer relatado, el Ejército no estaba todavía penetrado por la narco-delincuencia. ¡Uf!

 

PD3. El senador, Félix Salgado, máximo dirigente de la facción de izquierda que tras bambalinas detenta el poder institucional en Guerrero, se pronunció y votó a favor de la militarización del país, por seis años más. Craso e histórico error. ¡Uf! ¡Uf!

porelrescate@hotmail.com