viernes, 20 de septiembre de 2024

La transformación deformada.

 

Héctor Manuel Popoca Boone

 

Como Gobernador moral de Guerrero insisto que una reforma constitucional que permita la verdadera transformación de nuestro país para lograr mayor y mejor libertad, paz, justicia, eficacia institucional e igualdad y equidad social, en el marco de una buena gobernanza integral de nuestra patria, debe abarcar los tres poderes de la nación que, en mayor o menor medida, están podridos y acusan cierta obsolescencia en su funcionamiento. De lo contrario, estaremos limpiando solo un tercio de nuestra maltrecha gobernabilidad. Una transformación es estructural y trascendente, cuando se realiza para beneficio de todo un pueblo. Una reforma es coyuntural y efímera, cuando es ejecutada solamente para el beneficio individual o de una camarilla fanatizada.

 

La novísima reforma judicial de carácter constitucional, aprobada por la mayoría de los legisladores federales y estatales (que no directamente por el pueblo con mayoría de edad) se dio en el marco de una democracia mercantilizada, con una partidocracia corrupta, en forma precipitada, con mucha irreflexión y definida bajo consigna. Cuya iniciativa legal fue emanada por una personalidad política para favorecer intereses personales y grupales, pero no de la nación y un pueblo en su conjunto.

 

Para su aprobación fue utilizada la vía del fast track (de rápida resolución) con intenciones ex profesas de eludir la posibilidad del conocimiento pleno de la iniciativa presidencial y, por ende, de un amplio análisis de su contenido, para tomar una decisión perfeccionada en lo máximo posible; antes de modificar una parte de nuestra máxima guía legal de estructuración y actuación que norma el quehacer cotidiano de las instituciones gubernamentales y de los integrantes de la sociedad civil. Lamentablemente prevaleció el dogma y la consigna, para evitar toda clase de discusión. Tengamos en cuenta el dicho popular que dice que, lo que mal enraíza, endeble crece; independientemente de tener o no buena savia. Lo que mal empieza, a la larga, mal acaba.

 

La reforma judicial de naturaleza constitucional recién aprobada representa un cambio de la estructura y de los procesos legales que nos rigen como país y que, por su forma de haberse hecho, lejos de aproximarnos a un Estado de Derecho de mayor certeza, honestidad, imparcialidad y transparencia, bien puede derivarnos a un Estado de Chueco, con un núcleo axiológico tronchado, parcializado y sumamente politizado. - “No me vengan con ese cuento que la ley es la ley”, dixit presidencial de López Obrador (6/04/2024) –

 

Quedo destrozada en su espíritu auténticamente de justicia la reforma judicial aprobada, cuando lleva plasmada la firma, de autoría principal, de un gobernante cuyo principio político del quehacer público es justipreciar más la lealtad que la capacidad. Tengamos también en cuenta que, una buena ley se acata por convicción; una ley mal elaborada, se desacata por conveniencia: ya sea por arriba, por abajo o por los lados.

 

El momento culminante para su incorporación a la máxima legislación del país fue la voluntad de un solo individuo ubicado en la cúspide del poder (AMLO); y del respaldo determinante y, en última instancia, del voto de un legislador ubicado como uno más de los mercaderes de las voluntades individuales (Miguel Ángel Yunes Márquez. PRI-PAN) por sus prácticas deshonestas pasadas. De tal suerte que, la reforma judicial se aprobó gracias a un voto corrupto; ergo, mal parido.

 

En su primera actuación importante, la recién legislatura federal, de mayoría morenista, ha mostrado oficio con escasa legitimidad en sus procesos. ¡Uf!

 

Pd. ¡Aguas! Como ya no hay mucho que robar y/o extorsionar en la desastrada Ciudad de Acapulco, la delincuencia está trasladando su “campo de labor” a la Ciudad de Chilpancingo, donde el Ayuntamiento de Morena cuenta únicamente con 25 policías municipales en activo de una plantilla de 125 elementos que cobran sueldo constante y sonante. ¡doble uf!

porelrescate@outlook.com

viernes, 13 de septiembre de 2024

Posibles consecuencias económicas

Héctor Manuel Popoca Boone.

Para progresar, México requiere la reforma integral de los tres poderes de la Federación.

La corrupción, la impunidad, el nepotismo, la democracia mercantilizada, la ley al mejor postor, la obesidad burocrática, la falta de transparencia y la falsedad, entre otros son, lacras que corroen y están enquistadas en todos los ámbitos de nuestro quehacer gubernamental nacional. Si realmente queremos fortalecer a nuestro país, hagamos el esfuerzo de limpiarlas todas de una vez; de lo contrario el esfuerzo será vano a la larga. No es cuestión fácil ni pronta; pero no imposible si el inicio es integral. La parcialidad en hacerlo solo en el poder judicial, descubrirá tan solo la intencionalidad grupal que lo anima. Los tres poderes de la Unión federativa están podridos. Expongo algunos retos económicos que enfrentaremos con la apresurada reforma del poder judicial ya iniciada en el marco de un diálogo de sordos y autistas.

En el año 2016, en su primera campaña electoral para ocupar la presidencia de Estados Unidos (EUA), Donald Trump, prometió que terminaría de construir el “muro de la ignominia transfronterizo” con México y que nosotros, los mexicanos, pagaríamos en su totalidad su erección, que de no hacerlo así amenazó lesionarnos en nuestra economía

Al año siguiente, ya elegido presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lanzó otro ultimátum público al presidente de México, Andrés M. López Obrador, para que detuviera la inmigración masiva transfronteriza, centro y sudamericana, que se realizaba a su hacia su país; enviando más tropas militares mexicanas a la frontera sur del país; o de lo contrario, elevaría los aranceles hasta en un 25 por ciento a las importaciones de mercancías y servicios provenientes de México.

Esa medida afectaría negativamente en forma grave a más del 84 por ciento del total de nuestras exportaciones no petroleras; puesto que somos el segundo socio comercial más importante de EUA, con un monto de aproximadamente           miles de millones de dólares (INEGI. Primer trimestre del 2024). O sea, tenemos una relación comercial altamente desigual y desequilibrada. Por más que hagamos, podemos salirnos de la esfera de influencia económica de EUA a corto plazo.

También nuestro sectorlaboral serían saldría muy afectado puesto que un cuarto de la población ocupada en México (14.6 millones de personas) están involucradas, en el marco de nuestras relaciones de comercio exterior con EUA, integradas principalmente en los sectores agrícolas, manufacturas, comercio, transporte y almacenamiento. (ENOE-INEGI primer trimestre del 2015).

Además, las deportaciones masivas de nuestros millones de paisanos migrantes no documentados, que ahora trabajan en puestos de trabajos no deseados por otros ciudadanos, sobre todo en las áreas agrícolas, de limpieza en centros hospitalarios, en la industria de la construcción y en servicios a hogares y restaurantes, principalmente. Tengamos en cuenta que alrededor del 96 por ciento de las remesas que recibe nuestra nación cuyos montos están por arriba de las divisas petroleras que provienen de EUA (Banxico. Primer semestre del 2024). En esto, ambos países saldríamos perjudicados económicamente.

Ante esas amenazas de daño económico al país, al principio de su mandato, AMLO no tuvo más remedio que dejar en la CDMX nuestra soberanía y la honra de su investidura, para trasladarse, con sus principales colaboradores, a negociar públicamente con el neo nazi, Donald Trump, a la frontera norte y ante la prensa internacional; refrendarle diplomáticamente nuestra aquiescencia en la construcción del “muro de la ignominia” fronterizo y el envío de miles de soldados de la Guardia Nacional personal y gubernamental de migración para incrementar los patrullajes fronterizos a fin de elevar sustancialmente la vigilancia de nuestra frontera sur y disminuir sensiblemente la migración de personas provenientes allende el Río Suchiate. Fue un momento triste de subordinación contemporánea en las relaciones exteriores de México con EUA.

Por si fuera poco, en una parte de su campaña electoral para ser de nueva cuenta presidente en su país, Donald Trump y su compañero de fórmula, el senador, James David Vance, (julio del 2024), amenazan con su injerencia directa en México para resolver, según ellos, los temas del a) narcotráfico fronterizo principalmente de opiáceos sintéticos (fentanilo), b) migración y c) contrarrestar el near-shoring en sus fronteras, mediante la imposición de mayores aranceles; denunciando el “arrebato” de puestos laborales y por ende, plantas fabriles de automotores y electrónicas a la población blanca sajona de su país (agosto del 2024).

Para rematar, en este mes de septiembre del 2024, en forma contundente, los Departamentos de Estado de Canadá y EUA, portavoces oficiales de los gobiernos de los países mencionados, han emitido sendos comunicados públicos, donde expresan la preocupación oficial por un posible deterioró que sufrirán nuestras relaciones comerciales trinacionales, con las reformas del poder judicial de México recién aprobadas por el Poder legislativo federal a iniciativa del poder ejecutivo respectivo. Tema que ha suscitado fuerte incertidumbre jurídica y nerviosismo, a las empresas transnacionales radicadas en México; así como de potenciales inversionistas con proyectos “llave en mano” de gran cantidad de dólares; por no mencionar la fuga de capitales; además de violaciones a lo ya estipulado en el Tratado de México, Canadá y EUA (T-MEC), firmado en el 2020. Habrá que hacer mucha diplomacia internacional en este asunto de vital importancia que es la certidumbre legal, por todos exigida.

Dadas las premuras poco prudentes, los triunfalismos apasionados y fanatismos políticos vengadores, así como la fragilidad de nuestros indicadores económicos de comercio exterior, que obnubilan en el corto plazo, la visión estratégica necesaria y requerida para analizar concienzuda y con calma todas las consecuencias e implicaciones de haber soñtadp este tigre en las postrimerías de su mandato presidencial.

porelrescate@gmail.com

viernes, 6 de septiembre de 2024

Comparativo de indicadores de salud Dinamarca México

 Héctor Manuel Popoca Boone.

Miente, miente, que algo dejaras como simiente.

En su último informe sexenal que como presidente de la República rindió, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ante un lleno de mexicanos, reunidos en la explanada del zócalo de la Ciudad de México, expresó que en nuestro país teníamos un sistema de salud pública mejor que el de Dinamarca.

Dos días después, en su “mañanera”, a pregunta expresa de una periodista de si lo que aseveró era en serio o lo dijo en broma. Con sarcasmo AMLO respondió que lo había dicho “mañosamente” para provocar una de las “notas periodísticas” de su informe. Sea lo que fuere, involuntariamente también reflejó el grado de mendacidad, cinismo y chabacanería que, a lo largo de estos seis años, impregnó la investidura presidencial que le fue otorgada por la mayoría de los electores mexicanos.

El cuadro adjunto, contiene los datos y/o indicadores cuantitativos que la Organización Internacional para la Cooperación y Desarrollo (OCDE) tiene registrados del año 2023 sobre la situación que guardan los dos sistemas nacionales de salud pública. Es obvio que, nuestros indicadores están por debajo de los que tienen los daneses. Además de haber sido un plan con maña, fue una más, de las patrañas a las que nos tuvo acostumbrados a oír y contemplar en sus “mañaneras. Con el pueblo no se juega. Pobre México.