viernes, 29 de marzo de 2013

Aislamiento forzado.



Héctor Manuel Popoca Boone.

En Estados Unidos de Norteamérica (EUA), la Oficina de Inmigración y Aduanas (Por sus siglas en inglés: ICE), no le pide nada en el uso de procedimientos de tortura refinada a otras instituciones oficiales, como lo son los reclusorios de alta seguridad, las fuerzas armadas y agencias de espionaje internacional. La ICE se encarga de identificar y apresar a los inmigrantes indocumentados, recluirlos y arraigarlos por un lapso no menor de 15 días, para luego deportarlos a sus países de origen. Recientemente ha salido a la luz pública que el encierro de los indocumentados es a veces en celdas de total aislamiento. Me imagino que lo hacen para torturarlos psicológicamente y traumarlos como escarmiento, de tal manera que no intenten internarse en ese país de nueva cuenta.

Alberto Gómez Tornéz, de 37 años de edad, es mexicano y guerrerense de nacimiento. Oriundo de Técpan de Galeana. De raíz humilde. Hijo de familia campesina. Al igual que millones de mexicanos pobres, lucha denodadamente por salir adelante en la vida: labrarse un buen presente y futuro de vida. Ha trabajado desde temprana edad como peón, campesino, carpintero, plomero, pintor, chofer..., por destrezas manuales y agudeza mental no para, pero siempre usándolas con carácter eventual e informal ante la imposibilidad de encontrar plaza laboral estable. Así, Alberto se vio impelido a dejar México y entrar clandestinamente al país vecino del norte en búsqueda de lo que no encontró en su patria grande y chica: trabajo para sostener económicamente a su esposa y cuatro hijos.

La mayoría de los inmigrantes indocumentados que ingresan a EUA en busca de trabajo honesto no son delincuentes, asesinos o terroristas. De ninguna manera ameritan que se les recluya en aislamiento total. No cometen delito penal alguno, sino que incurren en falta civil-administrativa. Es inaceptable el aislamiento forzado puesto que cae dentro del infame catálogo de la tortura inhumana. En psiquiatría, comprobada está la evidencia que un individuo recluido en condiciones de segregación absoluta puede empezar a tener trastornos mentales severos después de estar más de dos semanas en condiciones de solo poder hablar consigo mismo y, además, perder la noción del tiempo al no percibir la luz del día.

Alberto Gómez T. se apalabró con un “pollero” (traficante de personas). Le pagó por adelantado cuarenta mil pesos para su paso y traslado hasta Phoenix, Arizona. Allí lo esperarían amistades suyas que lo ayudarían a buscar trabajo de indocumentado, es decir, a emplearse en labores extenuantes, poco remuneradas y rechazables por otras minorías.
  
En México no hay suficientes empleos para las crecientes generaciones emergentes de hombres y mujeres aptos económicamente hablando, porque no hay las necesarias inversiones productivas, públicas y privadas. Nuestra economía nacional es más especulativa (de rentas financieras) que productiva (de fuentes de trabajo). Es concentradora de la riqueza socialmente generada, en reducidos grupos de grandes empresarios y políticos. Para colmo de males, sacan dicha riqueza del país estos malandrines voraces del dinero. Cito a Roberto González Amador: “empresarios y particulares mexicanos transfirieron entre 2007 y 2012 recursos al exterior por 160 mil 573 millones de dólares para abonarse directamente en cuentas bancarias o financiar actividades productivas fuera del país. Se trata de una cantidad comparable al saldo actual de la reserva internacional de divisas y a más del doble de la deuda externa del gobierno federal, según datos del Banco de México”

El de Alberto Gómez Tornéz fue el segundo intento de cruzar la frontera, pero esta vez la “migra” lo capturó. Hoy cumple 4 meses de estar recluido en un centro de arraigo del ICE ubicado en San Antonio, Texas. Para él, intentar tener un trabajo honesto y remunerador le ha significado arriesgar su vida, perder dinero, y estar encarcelado. Espera, con añoranza, salir y regresar a su tierra y con su familia; pero lo hará sin trabajo y anímicamente doblado.

PD. Aplicar adecuadas políticas públicas de beneficio para el pueblo en un contexto de corrupción, simulación e impunidad es cimentarlas en arenas movedizas.



viernes, 22 de marzo de 2013

Los maestros


Héctor Manuel Popoca Boone.

 

Los maestros pueden y deben ser los protagonistas de la regeneración social. Sin magisterio activo, preparado y con compromiso popular no puede haber más que sociedad pasiva anodina y convenenciera. Si a los maestros los concebimos como seres violentos, fracasados e indolentes, entonces también debemos concluir que la sociedad democrática en que vivimos es un fracaso redondo.

 

La educación es el empeño más humano y a la vez humanizador de todos. Por eso no es irrelevante el debate sobre los contenidos y mejores métodos para emprenderlo, así como procurar tener docentes de gran calidad para llevarlo a cabo.

 

La enseñanza presupone un optimismo permanente por la vida. Los maestros deben irradiar siempre una vitalidad creadora y constructiva; evitando al máximo actitudes destructivas o rijosidades castrantes. El primer requisito para enseñar es haber vivido con la marca de bien nacido.

 

Lo segundo para educar a otros, es haber tenido experiencias positivas antes que ellos, es decir, no el simple haber vivido en general, sino haber sentido el conocimiento que desea trasmitirse. La condición humana nos da a todos la posibilidad de ser al menos en alguna ocasión maestros de algo para alguien.

 

El proceso de enseñanza nunca es una mera transmisión de conocimientos objetivos o de destrezas prácticas, sino que se acompaña con un ideal de vida y de un proyecto de sociedad. Eso es educación integral. Y en eso cuenta mucho las circunstancias y vivencias que hayan tenido en su vida los maestros.

 

Los humanos nacemos siéndolo ya, pero no lo somos del todo hasta después de hacernos con la educación que nos da la escuela. Si no hay reconocimiento, aceptación y/o atribución de ignorancia con la debida humildad, tampoco habrá esfuerzo por enseñar o ganas de aprender.

 

Humana es la vocación de compartir lo que ya sabemos con otros, enseñando a los recién llegados cuanto deben de conocer para hacerse socialmente válidos y trascendentales. Si la cultura puede definirse, al modo de Jean Rostand, como lo que el individuo añade de positivo al individuo, la educación es el acumulamiento efectivo de lo humano y allí donde solo existe como posibilidad, el magisterio siempre será la correa de transmisión para su concreción.

 

Lo propio del individuo no es tanto el mero aprender como el aprender de otros seres humanos, ser enseñados por ellos. Lo importante es la propia vinculación ínter subjetiva con otras conciencias, con otros seres pensantes. El hecho de enseñar a nuestros semejantes y de aprender de nuestros semejantes es más importante para nuestra humanidad que el propio bagaje de conocimientos concretos que así se transmite.

 

La verdadera educación no solo consiste en enseñar a pensar, sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa, y en ese momento reflexivo constatar nuestra pertenencia a una comunidad de criaturas pensantes. La educación nos viene siempre de otros seres humanos;…las ausencias y carencias de los que nos instruyen reducen las posibilidades de perfectibilidad e integralidad de los alumnos por la vía educativa.

 

Jaime Blanes dice que el arte de enseñar a aprender consiste en formar fábricas de reflexión y no puros almacenes de información. Por supuesto, dichas fábricas funcionarán en el vacío sino cuentan con provisiones almacenadas a partir de las cuales elaborar nuevos productos cognitivos.

 

El profesor tiene que fomentar las pasiones intelectuales, porque son lo contrario de la apatía esterilizadora que se refugia en la rutina y la conformidad con un ralo confort material que es lo más opuesto que existe a la cultura.

 

Lo primero que se debe aprender en la escuela es que no se puede estar toda la vida jugando. Que en este mundo de derroche, corrupción y de vida facilona, la escuela debe ser lugar donde se tomen responsabilidades en serio, soportar una disciplina, comportarse éticamente y cumplir los programas académicos trazados. Solo así cobra razón de ser la educación.

 

PD. Extractos del libro, con agregados propios, de Fernando Savater: “El valor de educar”

 


hpopoca.blogspot.com

twitter.com/h_popoca

 

 

viernes, 15 de marzo de 2013

Sí a una reforma educativa popular (4)



Héctor Manuel Popoca Boone.

Otro de los aspectos sensibles que afecta a los maestros es la aplicación de exámenes de evaluación “estandarizados”. Tienen razón cuando afirman que no son aplicables del todo en México por su rasgo distintivo de heterogeneidad y desigualdad. Existen diferentes circunstancias regionales donde sería injusto aplicar un mismo rasero de evaluación, tanto para maestros como para alumnos.

Hay que tener en cuenta las complejidades geográficas y sociales en las que el profesor lleva a cabo el cumplimiento de sus responsabilidades. Dar trato igual a desiguales es profundizar la desigualdad, decía el maestro y licenciado Don Alejandro Cervantes Delgado.

No es lo mismo un maestro o un alumno ubicado en el alejado pueblo rural de Chilixtlahuaca a los que residen en la ciudad de Chilpancingo, por ejemplo. O educandos con capacidades disminuidas. Las oportunidades de nutrición y desarrollo cognitivo para el infante que reside en la comunidad rural son mucho menores que para el que vive en la capital del estado.

Lo mismo puede decirse del personal docente rural y urbano en cuanto a posibilidades de acceso a mayor capacitación y actualización magisterial. Hacer exámenes estandarizados es ilógico ahí donde prevalecen fuertes brechas de desigualdad en el acceso a medios y procedimientos didácticos y pedagógicos.

Temen los maestros que la reforma educativa se alinee a los mandatos de los organismos internacionales que presionan por una educación no de mejor calidad, sino de mayores destrezas utilitarias para los mercados laborales. Regidos por paradigmas de lucro económico voraz, cuya condicionante es la no criticidad y la aceptación de un “status quo” inmodificable.

Fundamentan tal preocupación al señalar la poca importancia que otorgan, en dichos exámenes estandarizados, a la valoración del conocimiento de las humanidades, cultura, civismo y de las convivencias sociales armónicas y pacíficas.

Quedó coja la reforma educativa constitucional al no establecer con claridad en su mandato qué tipo de educación pública nacional se intenta establecer y por ende qué tipo de educando se pretende formar para que todos comulguemos con el ciudadano requerido por nuestro país para alcanzar mayor progreso y prosperidad social.

La reforma educativa aprobada no es integral. Si bien es importante el magisterio y la infraestructura escolar como componentes importantes de la misma, tocará tratar en la reglamentación de la Ley General de Educación y otras secundarias, aspectos no abordados relativos a los educandos, padres de familia, planes de estudio, programas académicos, estructuras de administración, métodos y procedimientos de enseñanza, textos básicos, etc.

Por último, el Estado no puede abdicar de su obligación de construir, mantener y rehabilitar la infraestructura y el equipamiento escolar. Riesgo grave se corre de no reglamentarse bien ese aspecto de la reforma constitucional donde se estipula que el director de un centro escolar y los padres de familia tienen autonomía de gestión para la obtención de recursos económicos privados para tales fines.

Si se deja abierta tal facultad, cualquier persona física o moral (Ya sean políticos, empresarios, religiosos, caciques, narcos, fundaciones, sectas, etc.) tendrá la posibilidad de controlar y subordinar a sus intereses particulares el o los centros escolares en donde hagan aportaciones económicas significativas.

A mi juicio, en la ley reglamentaria debe quedar establecido que el financiamiento de la infraestructura pública escolar es obligatorio para el Estado y las aportaciones privadas adicionales no rebasaran, por ningún motivo, un 30 por ciento del presupuesto total anual del centro escolar.

PD1. Pretender dialogar bajo presión de fuerza ilegal e ilegítima es un imposible para una autoridad pública. Es buscar una confrontación insensata; máxime si lo pretendido escapa a la competencia estatal.

PD2. Expreso mi solidaridad al amigo Hilario Mesino y a sus hijas, sobre todo a Rocío, por los momentos difíciles que están pasando. Familia emblemática de la lucha social de muchos años atrás en los municipios de Atoyac y Coyuca de Benítez. Hago votos porque todo se esclarezca lo más pronto posible.

 

viernes, 8 de marzo de 2013

Sí a una reforma educativa popular (3)



Héctor Manuel Popoca Boone.

La parte más sensible y preocupante de la reforma educativa es, sin lugar a dudas, la referida a las nuevas reglas laborales, que modificaran el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia en una plaza magisterial. El nuevo ordenamiento se da dentro de una reforma laboral aprobada con antelación para beneficio de los patrones y de las mafias sindicales renuentes a rendir cuentas públicas.

Lo que no puede seguirse éticamente tolerando es la privatización de las plazas por parte de funcionarios inescrupulosos y líderes sindicales, como fuente privilegiada de enriquecimiento personal, o sea: una plaza magisterial es vitalicia, inamovible, hereditaria, reconvertible y en su caso, susceptible de venderse.

En la actualidad y en términos reales no se puede despedir ni liquidar a un maestro si cae en falta grave, como ausentismo reiterado, incompetencia magisterial frente a grupo, mercadeo en la labor docente, sadismo con los infantes, alcoholismo manifiesto en clase, acoso sexual a los educandos u otras lindezas. Ese fenómeno es tolerado con impunidad por parte de autoridades educativas y líderes sindicales, cuando se presenta el caso.

Aceptemos que existe la venta de plazas, maestros comisionados en tareas improductivas y otras anormalidades dentro de un sistema nacional educativo que estructuralmente es corrupto en su funcionamiento, años ha. No es problema nada más de los maestros. La mediocridad educativa la hemos incubado todos.

La pérdida de un puesto docente debe reglamentarse como medida extrema y no de primera instancia. Deben de prevalecer con antelación procesos de rehabilitación, actualización y fortalecimiento de competencias académico-pedagógicas. Tampoco la evaluación debe servir como medida punitiva y de depuración laboral con carácter discrecional hecha por grupos facciosos de interés y de poder enquistados en el sector.  

Un maestro que con esmero y a pulso logra obtener una plaza, su desempeño como educador será totalmente diferente a otro que la compró o la heredó. Existe inequidad cuando un mentor es contratado por concurso, gracias a sus conocimientos demostrados, con aquel que privilegiadamente lo es sin haberlos evidenciado. En el primero habrá vocación y empeño. En el segundo no.

Por otra parte y desde el otro lado de la moneda, ¿Quién aplicará los exámenes de oposición y la evaluación a los maestros? ¿Quién definirá los parámetros, procesos y criterios para reconocer méritos? ¿Los políticos demagogos? ¿Los gobernantes incompetentes? ¿Los funcionarios de una administración pública que sistémicamente es corrupta? ¿Aquellos diputados que cobran sin trabajar? ¿Seguirán siendo las mafias sindicales? ¿Los consejeros de un Instituto Nacional de Evaluación que serán designados a través de cuotas partidarias?  

¿Por qué no se les aplica primero el examen de oposición y evaluación a los que pretenden implementar la reforma educativa?  ¿Por qué no primero una reforma moral del sistema político mexicano que nos gobierna?

Esas son algunas preguntas pertinentes que de buena fe he recibido de maestros y que no puedo identificar quién puede aventar la primera piedra. De ahí la necesidad de debatir para construir las leyes reglamentarias de la educación, realistas y pertinentes.

PD1. Da pena que la Secretaría de Gobernación exhorte al secretario de salud estatal para avanzar en el cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos en materia de tratamiento médico y psicológico a la agraviada Inés Fernández Ortega, esposo e hijos.

PD2. Es vergonzoso el requerimiento también realizado al gobierno municipal de Ayutla para que destine 4 millones de pesos para el desarrollo socioeconómico de los pueblos indígenas de ese municipio, según la aplicación pactada para el año 2012. 

PD3. Causa tristeza que una promotora comunitaria pagada por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas fuera la intermediaria para que un proveedor voraz vendiera maquinaria usada a precio de nueva, a un grupo de mujeres indígenas beneficiadas para poner un taller de huarachería en Ayutla. ¡Uff!

 

 

viernes, 1 de marzo de 2013

Sí a la reforma educativa popular. (2)



Héctor Manuel Popoca Boone.


Analizar la reforma educativa requiere despojarnos de maniqueísmos –todo es blanco o todo es negro-, de amarillismos, –exagerar desmedidamente los efectos de un acto-, de afirmaciones generalizadas o adjetivaciones satanizadoras. Necesitamos ecuanimidad para reconocer con franqueza aciertos, omisiones y retrocesos en el esfuerzo de tener una educación de mayor calidad que nuestro país mucho ansía. Ubiquémonos en el justo medio para avanzar.

Reconocer que lo que no cambia para bien representa estancamiento y en el caso que nos ocupa, involución en el aprehender y aprender de la ciencia, la tecnología y la cultura en general. Como reprobable también es intentar hacer el cambio sesgadamente para propósitos particulares.

Los cambios constitucionales ya están aprobados y publicados: lo que interesa ahora es debatir sobre los pros y los contras para incidir en las reglamentaciones que se darán en la nueva Ley General de Educación y otras, para que sea esclarecedor y acertado el hoy mandato constitucional o lo menos lesivo.

Es conveniente partir del principio que el sistema nacional de educación pública no es patrimonio exclusivo de nadie en lo particular sino del pueblo en general a través del Estado Mexicano. La rectoría y control de la educación pública debe de estar en manos de éste último, en cuyo seno estamos todos.

También convengamos que hay maestros que cumplen muy bien su responsabilidad y otros que no lo hacen. Lo mismo decir de funcionarios y directivos del sector, de gobernantes y políticos en sus compromisos en la materia, sin omitir los deberes de los padres de familia.

Tengamos en cuenta que la actual reforma educativa realizada no es integral y existen faltantes importantes que se dejan para las leyes secundarias. También hay escaza información o ésta se difunde en forma parcializada e interesada sobre sus alcances e implicaciones que provocan temor e incertidumbre entre el magisterio y confusión en el pueblo.

Aceptemos la existencia de graves problemas de diversa índole en el sistema educativo público de Guerrero y no únicamente los de naturaleza administrativa y laboral: sino también académicos, de promoción y superación magisterial, de financiamiento, de infraestructura física y equipamiento, entre otros.
Que es menester anteponer, como propósito principal de la reforma, la mejor educación y preparación de la niñez y juventud. Porque es de justicia para ellos y de respeto al derecho humano de recibir educación; además de urgente requerimiento para nuestro país a fin de mantener nuestra identidad propia y soberanía nacional frente al mundo entero.

Necesitamos profesores certificados que estén verdaderamente frente a grupo y que realmente enseñen lo que nuestros educandos necesitan saber. Con las actitudes suficientes para ser buenos transformadores sociales y con las aptitudes indispensables para su ulterior desempeño laboral y cumplimiento de sus compromisos sociales.

Reconozcamos que México es un mosaico multifacético, pluri-idiosincrático, desigual e inequitativo en accesos y oportunidades para el cultivo de la mente y la educación. Poliédrico en la interpretación de nuestra sociedad y del mundo. Desigual en las condiciones de vida material y cultural. Todas ellas, peculiaridades enraizadas en lo local que es también diverso.

Lo diferenciado marca pauta en la educación e impone varias idoneidades en los actores y en sus interacciones, procesos, programas, técnicas, materiales; y en los métodos de ingreso, promoción, superación y evaluación de tipo magisterial, apropiados y pertinentes.

Concibamos una reforma educativa popular e integral como un gran esfuerzo colectivo de renovación, cuantitativa y cualitativamente, para la reconstrucción social; con la condición inexcusable de no vulnerar ningún derecho justo y legítimo de las partes. Tampoco se vale la apropiación facciosa del sistema educativo por alguna de ellas.

En estos momentos la reforma educativa debe ser causa de generación de ideas a debatir para reglamentar. Los tiempos electorales para detentar el poder ya pasó. El nuevo ordenamiento constitucional de la reforma educativa ya se publicó. No perdamos el tiempo en luchas estériles.