viernes, 26 de abril de 2013

¿Cruzados ante el hambre? (2)



Héctor Manuel Popoca Boone.

El programa presidencial de la “Cruzada contra el Hambre” puede derivar en tres vertientes o en alguna de sus combinaciones: Como anzuelo para el lucro político; como controlador social y administrador de la pobreza nacional o realmente como programa complementario para disminuir la desigualdad social.

A.- Se inicia de la peor forma. Como programa que contempla a los ciudadanos electores pobres (beneficiarios de “Oportunidades”) como botín electoral en el contexto de un voraz e ilegal clientelismo político. Así fue delineada su puesta en marcha en el Estado de Veracruz. El PAN hizo pública la denuncia penal por intento de su beneficio político a favor del PRI, para y durante la campaña electoral próxima en ese estado, por parte de funcionarios estatales y federales.

Ojalá que lo sucedido en tierras veracruzanas no sea una constante de la política del gobierno federal y del PRI. Tampoco podemos ser omisos al hecho que los programas de protección social han sido utilizados de antaño, por los distintos gobiernos de todos los colores, con propósitos de presión o persuasión política a los pobres, en favor de un proyecto político electoral.

Lo de Veracruz representa una fuerte llamada de atención y alerta sobre la cooptación de votos a través de esos programas. En Guerrero, sabemos bien que son el ajonjolí de todas las elecciones. Así, vemos bodegas y camiones repletos para entrega de tinacos, láminas de cartón, despensas, fertilizantes, etc.

Es el afán de lucro político en su más elemental, prosaica y descarnada expresión: prostituir voluntades y consciencias, aprovechándose de las carencias que sufre el pueblo pobre. Por eso, todos los políticos triunfantes con esas artimañas, gobiernan después, corruptamente.

B.- Ignacio Lula da Silva vino a México a poner los puntos sobre las íes y colocar a los programas de protección social en su justa dimensión: El ex presidente de Brasil (con prestigio mundial por haber sacado de la pobreza extrema a varias decenas de millones de brasileños) dijo enfáticamente que no se puede combatir la pobreza y el hambre, tan solo con medidas asistencialistas o dadivosas.

Expresó que es reactivando la planta productiva -él lo pudo hacer- poniendo a disposición y acceso real de la pequeña y mediana industria, comercio y agronegocios, líneas de crédito productivo por más de 100 mil millones de dólares sin exigencia de garantías excesivas.

Al mismo tiempo, elevó el salario mínimo de los trabajadores de 80 a 350 dólares mensuales. Con esas medidas en su administración presidencial creo 10 millones de empleos permanentes. Hoy, Brasil es la economía más pujante de América Latina.

No hay que inventar el agua tibia. Sigamos los pasos dados por Lula en Brasil para enfrentar con éxito la atroz desigualdad social. Es cierto, se requiere afectar en parte los inmensos intereses y privilegios económicos de los plutócratas que detentan la riqueza económica de nuestro país. Lamentablemente la reforma laboral no se orientó en ese sentido y tampoco creo que las reformas fiscal y energética lo hagan.

Mientras, seguiremos inventando y reinventando programas de protección social que a la larga serán paliativos en el mejor de los casos, o de plano, instrumentos para la compra del voto que en el México pobre, creciente de hoy, es moneda de curso corriente.

PD1. Jamás será justificativo el vandalismo y la agresión física, sobre todo por aquellos que tienen como misión de vida mostrar una conducta civilizada. Serán cualquier otra cosa, menos maestros.

PD2. Que no haya desgarre de vestiduras: El PAN, cuando era partido en el gobierno federal influía de manera importante en la designación de los delegados de las distintas secretarías en las entidades federativas. Además, el visto bueno final lo daba la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y en su mayoría eran operadores políticos.

PD3. En el caso del plan de desarrollo socio-económico de los pueblos indígenas del municipio de Ayutla, no obstante la reiterada exhortación que la SEGOB le ha hecho al presidente municipal para que cumpla sus compromisos institucionales, éste muestra renuencia contumaz. Por eso (entre otras cosas) cargamos con pésima fama nacional.

viernes, 19 de abril de 2013

¿Cruzados ante el hambre?


Héctor Manuel Popoca Boone.

Un lector me cuestionó sobre mi aseveración de que el programa presidencial de la “Cruzada contra el Hambre” corre el riesgo de tomarnos desprevenidos y no obtener los resultados que todos ansiamos. A continuación explico algunos de los obstáculos que habremos de superar.

Parto de ciertas definiciones básicas: El hambre es provocada por la pobreza; y ésta por la falta de ingresos económicos remuneradores que necesitan percibir las familias; y la carencia de éstos emolumentos es consecuencia de que no hay empleos estables y dignos para aquellos que están en edad de trabajar; Y estos no existen mientras sigamos empeñados en un modelo de crecimiento económico que no alienta la inversión productiva y a la vez, privilegia la concentración del ingreso nacional en pocas manos a costa de la pobreza de la mayor parte de la población.

Por lo tanto, el hambre y la pobreza no se erradicarán tan solo con programas de protección social. Sirven y son convenientes para menguar la primera y administrar la segunda. Ambas dolencias sociales siguen creciendo en nuestro país, a pesar de que también crece el gasto público en ese rubro.

En el nuevo programa presidencial, el reto a superar es la descoordinación institucional que se presenta en los tres niveles de administración pública (federal, estatal y municipal). Es una mala inercia que se arrastra de antiguo, en donde cada institución está acostumbrada a actuar bajo su cuenta y en base exclusivamente a su campo de competencia y sus propias reglas de operación. Las instituciones acusan el “Síndrome del Llanero Solitario”.

Falta un plan integral de desarrollo regional que sea la guía rectora obligatoria que acuerpe todos los esfuerzos gubernamentales y que sea concertada con los grupos sociales. Hace mucho que la planificación dejó de ser un instrumento de gobierno con las nefastas consecuencias que actualmente padecemos.

La coordinación con visión estratégica es necesaria porque la pobreza, y por ende el hambre, están sobre-determinados por una multiplicidad de factores que actúan en diferentes dimensiones, ámbitos y en territorios con especificidades locales de gente, recursos naturales, tecnologías, mercados, idiosincrasias, hábitos de trabajo y alimenticios, entre otros.

La articulación de esfuerzos regionales bajo una sola estrategia requiere además trasvases interinstitucionales en por lo menos tres perspectivas: de sustentabilidad, de género (mujeres) y de generaciones emergentes (jóvenes), que hoy están desvinculadas, aisladas y sin prioridad programática.

Al no existir un marco global que vincule empeños y recursos públicos y sociales se desvanecen múltiples sinergias positivas que se pudieran generar. Es menester contar con una institución líder –tanto federal como estatal- con fuerza conectiva y articuladora del esfuerzo integral que se vaya a realizar.

Si bien es cierto que el decreto presidencial encomienda a la Sedesol federal esa responsabilidad, le tomara tiempo asumirla del todo, por el síndrome ya descrito y porque ningún funcionario, a estas alturas de inicio del partido, desea roces y conflictos con sus pares en los recién creados gabinetes de trabajo federal; y también con los gobiernos estatales y municipales.

Si a lo anterior se le suma la normatividad establecida (reglas de operación) “estandarizada a nivel nacional” en la aplicación de cada programa y en cada dependencia, nos encontramos que los desnutridos agraciados tendrán que sufrir el vía crucis de una tramitología kafkiana que cuando lleguen los apoyos, habrán muerto de inanición.

Permanece la consigna en la tecnocracia de que si la realidad no se ajusta a la norma, lo que debe cambiar es la realidad más nunca jamás las reglas de operación. A menos que los técnicos o funcionarios les auxilien en eludirlas con una módica mochada de por medio.

En este tipo de sobornos y corrupción se estima que de cada 100 pesos netos que deben de llegar al beneficiario para algún proyecto, en realidad recibe 60 pesos, en términos generales. Lo demás se queda para aceitar la gestión burocrática de funcionarios y técnicos.


viernes, 12 de abril de 2013

¡Ah, el poder!


Héctor Manuel Popoca Boone.

En el principio, el poder nació de un acuerdo entre los seres humanos con vocación gregaria, al sub-sumir sus voluntades delegándolas en un jefe para el supuesto beneficio común, en torno a algo que los unifique, pero a la vez que posibilite concretar el acatamiento social a ese empeño. Es una vinculación de arriba hacia abajo. El ámbito del poder es de tipo relacional, vertical y colectivo.

El poder brota con el peso de la dominación. Con la violencia en potencia, consentida y contenida, soportada en reglas de comportamiento legalizadas y acatadas por todos con la persuasión que dan los medios de fuerza institucionalizados.

La institucionalidad hace posible la existencia de una impunidad que garantiza inmunidad. La dureza institucional se usa para hacer valer el poder mismo en pos del fortalecimiento y defensa de posiciones populares, o bien, de propiedades e intereses particulares. Los más peligrosos y costosos factores de inestabilidad de una sociedad son la concentración del poder, político y económico, en unas cuantas manos en beneficio de esas manos.

El poder adquiere una dinámica propia, como si lo único que importara fuera el poder por el poder mismo. El poder ha arribado al campo de la auto-justificación, es decir, a la posibilidad de consumar arbitrariedades sin avergonzarse ante los gobernados justamente porque ha conquistado una naturaleza y jerarquía propia, un ritual y una dinámica específica, una fisiología peculiar donde el servicio a lo popular queda en su mínima expresión.

El poder provoca placer y se convierte en vicio. El poder excita. Quiere uno más y más y se quiere repetir al máximo posible una vez conocido y disfrutado. El poder es el mejor afrodisiaco -lo confesaba Kissinger- pues su usuario se siente galán, seguro de sí mismo, prepotente, perdonavidas, generoso, dadivoso, inteligente y gran estratega.

Buena parte de los políticos mediante el poder se creen reyecitos que todo lo consiguen o doblegan (por la  fuerza o la talega) y, por tanto, obnubilados quedan con el uso de él. Lo adictivo radica en no perderlo a lo largo del tiempo. Por eso todas las relaciones sociales tejidas a su alrededor son utilitarias. El que busca más poder, más radicalmente limita su cercanía con el pueblo. La pérdida del lenguaje y del contacto con la realidad son solo las dos caras de la misma lejanía.

La mayoría de los políticos de hoy son los grandes distorsionadores de la realidad. Son talentosos para el disimulo. Tratan de volver verosímil lo inverosímil. La verdad debe ser como ellos quieren que sea. Tarde o temprano, sin embargo, la realidad se impone y la verdad ficticia emanada del poder se desvanece.

El poder no funciona sin teatralidad, de ahí la capacidad histriónica que demuestran los profesionales del poder. Es, en mucho, imagen, impresión y apariencia. Importa más parecer que ser. Si falla la escenografía y el actor, el poder erosionado va quedando. Está en la naturaleza misma de su práctica la necesidad de fingir. Poder es hacer creer.

En el afán de más poder, los grupos políticos facciosos se asemejan mucho a los grupos mafiosos. Obediencia, sumisión, pertenencia, incondicionalidad y falta de escrúpulos. Lo dialectico es que el poder es apóstata por naturaleza (abandonar un grupo -o a una persona- para entrar en otro renegando del primero). Las amistades son eventuales y el puñal asoma entre las ropas.

PD1. Artículo elaborado después de la lectura del libro: “La invención del poder” de Federico Campbell.
PD2. “Todos para uno y uno para todos”. Rubén Figueroa Alcocer (en su juego dentro del PRD), auxiliado por David Jiménez Rumbo, quiere retomar el poder estatal postulando a Armando Ríos Piter ¡Bonita triada!
PD3. ¿Pues no que la CRAC actúa sólo en el ámbito de la seguridad y justicia comunitaria indígena? Involucrarse activamente en otro tipo de luchas sociales es deslegitimar su existencia y finalidad.
PD4. Vuelvo a insistir: Formulemos un pacto de reconciliación estatal, con compromisos realistas de transformación en la educación pública, seguridad popular, justicia y combate real a la pobreza estatal.

 1) h.popoca.b@gmail.com 2) hpopoca.blogspot.com 3) twitter.com/h_popoca





sábado, 6 de abril de 2013

Los maestros (2).



A la memoria de Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca. Compañero de intentos y comulgante en ideales.


Es ilógico y de contra sentido común presionar al congreso local para que apruebe adecuaciones a la ley estatal de educación, cuando es inminente que los diputados federales realizarán lo conducente con la legislación reglamentaria, ante las modificaciones ya aprobadas a la carta magna nacional. No olvidemos que estamos conformados como una república federada en donde las leyes federales tienen preeminencia sobre las locales. Lo sensato es esperar cómo quedan las modificaciones a las primeras, antes de meterle mano a las segundas. (Sí o no).

Es irrelevante, de poca efectividad y superfluo crear un instituto estatal de evaluación magisterial cuando el ordenamiento constitucional republicano mandata el establecimiento de uno de carácter nacional. Máxime si tendrá injerencia en la inmensa mayoría de las plazas, cuya financiación es federal. (Sí o no)

Es materialmente imposible dar plazas automáticamente, sin concurso de oposición, a todos los egresados de las normales públicas estatales de Guerrero, porque existe una sobreoferta real y un déficit presupuestal, en más de siete mil plazas otorgadas irresponsablemente por autoridades gubernamentales en tiempos idos. (Sí o no).

El sistema estatal de educación pública seguirá colapsado si se legisla en positivo para que los nombramientos en los puestos directivos y de supervisión educativa, tanto a nivel estatal, regional como local, sean emitidos (sin demostración verificable de aptitudes) a través de “las vías tradicionales y/o usos y costumbres” amañados, que en forma corrupta y a modo controlan las mafias sindicales en contubernio con los funcionarios del sector. (Sí o no).

En este evitable juego de “fuercitas” entre el gobierno y la Ceteg nadie hizo mayores reparos a “la conquista sindical del uso y costumbre” de vender, canjear o heredar plazas que se conciben vitalicias, ni de disminuir los miles de profesores comisionados en actividades extraescolares que son fuente de gran corrupción, sinecuras y por ende, de serios obstáculos para tener una mejor educación. De ahí lo endeble de este movimiento social que no concita simpatía popular del todo. (Sí o no).

Ante la vorágine de sinrazones, del todo o nada, y de engallamientos banales -que pueden derivar en descorrimientos de sangre- cuyas resultantes han sido triunfos y derrotas pírricas, mutantes hacia ambas partes, a causa de una reforma educativa inacabada y con preservación de privilegios vergonzantes para sindicatos y funcionarios del sector, seguiremos manteniendo la educación pública de Guerrero en el dominio de la mediocridad, con la hipocresía de los unos y el cinismo de los otros. (Sí o no).

El atentado hecho contra los posibles y necesitados ingresos económicos de cientos de miles de familias de Acapulco -por días turísticos de semana santa- cuando los maestros bloquearon la autopista fue, a todas luces, una injusticia social y un derecho al mal falsamente arrogado. El gobierno estatal no cayó en la provocación de la represión sangrienta. Y eso bien vale un engaño. (Sí o no).

PD1. Se dice que el movimiento magisterial no está integrado por vándalos o bárbaros, pero algunos de ellos apedrearon y dañaron las instalaciones de la ¡biblioteca pública! del congreso local.
PD2. Para realizar una verdadera reforma educativa popular que eleve la calidad de la educación en Guerrero, se requiere alta autoridad moral. Cosa que no veo en la soledad que me embarga este desierto ético en que nos desenvolvemos.
PD3. Nos queda poco más de 2 años para disminuir el desprestigio nacional que como gobierno estatal nos hemos ganado con nuestros errores. Empecemos a limpiar la casa de simulaciones, incumplimientos, corrupciones e impunidades.
PD4. Ante la profunda descoordinación interinstitucional, el desapego, clientelismo político y las corruptelas de técnicos y funcionarios públicos, junto con las kafkianas reglas de operación, el programa presidencial de la cruzada nacional contra el hambre nos agarrará como al “Tigre de Santa Julia”. Se los juro por ésta.