domingo, 29 de septiembre de 2013

Sociedad en pie


Héctor Manuel Popoca Boone.

Como en el sismo de septiembre de 1985 en el Distrito Federal, este pueblo sureño se ha organizado y activado por sí solo, para ayudar a sus coterráneos en desgracia. Sorprende, y anima a la vez, conocer y reconocer de la entrega y participación de la ciudadanía guerrerense en las tareas de rescate y asistencia a habitantes damnificados por el meteoro Manuel. ¡No esperan a la burocracia, actúan!

Lo hacen sin mayor interés económico o político, al margen de los programas de apoyos gubernamentales o de reflectores en fotos de inserción pagada de protagonismo personal.

Fui invitado a conocer lo que está haciendo el colectivo civil: “Levantemos Chilpancingo”; establecido en alianza con la Cruz Roja de la capital del estado. Conformado fundamentalmente por jóvenes entusiastas, empresarios altruistas y ciudadanos filantrópicos, en general, de todas las clases sociales, en un número que oscila entre 350 a 500 brigadistas que cotidianamente brindan auxilio, no solo a colonias y pueblos de Chilpancingo sino también de otros municipios circunvecinos.

Otro ejemplo es el promovido, a través de las redes sociales, por un respetado amigo que con su equipo de voluntarios han concretado un modesto pero valioso puente aéreo civil, con un pequeño helicóptero que prestó un empresario del Estado de México, para el envío de medicinas aportadas por ciudadanos mexiquenses, bajo la condición y garantía de transparencia y honestidad en su dación. El destino final de los medicamentos son habitantes convalecientes de más de 10 poblados afectados de la Sierra de Atoyac y que aún permanecen aislados por la rotura de las vías de comunicación terrestre.

Es meritoria la labor de voluntarios civiles que están haciendo uso del internet para acceder a las redes sociales, convocando y concretizando apoyos insospechados. Las transforman, como bien lo dice Julio Ocaña, en redes de solidaridad humana, donde la comunicación socializada se convierte en acción y materialización de ayuda colectiva focalizada.

Otro esfuerzo ciudadano es el realizado por “Unidos por Malinaltepec” o los de Tlacoapa, con sus mesas de recepción de ayuda instaladas en la Alameda, la de universitarios, de diversas regiones, a las puertas de Radio Uagro y otras en el Zócalo de Chilpancingo, destinadas a sus poblaciones y municipios de origen que claman por agua, víveres y fármacos.

De Atoyac, me informan lo siguiente: “El Ayuntamiento quedó totalmente desbordado. Surgieron diversas iniciativas ciudadanas (académicos, alumnos, iglesia, organizaciones sociales, madres de familia, etc.) convertidos todos en verdaderos activistas para enfrentar la emergencia. Propusieron a las instancias gubernamentales la formación de un Grupo de Trabajo Mixto para la Reconstrucción de Atoyac. Desgraciadamente no solo no hubo eco sino lo que es peor: algunos funcionarios federales empezaron a sabotear las acciones, matando con ello la iniciativa ciudadana. Como siempre, llegan de fuera a sobarnos la espalda, a preguntarnos que nos duele y decir que el gobierno apoyará en todo; luego nos mandan a llenar cuestionarios para después ellos elaborar los programas de apoyo, como si la gente no supiera lo que necesita con urgencia”

PD1. Reprobable es que ante la desgracia acaecida, algunos buscan lucro político o económico con los apoyos que llegan de fuera. Ya hay demasiadas denuncias en Acapulco sobre la conducta de la restaurantera Susana Palazuelos, sempiterna delegada estatal de la Cruz Roja. Y de los politicastros, ni se diga. ¡Uff!

PD2. Bien por aquellos medios de comunicación que visibilizan las localidades y dan voz a las víctimas del desastre que aún no reciben y necesitan ayuda.

PD3. Es acertada, democrática y pertinente la solicitud ciudadana hecha al Presidente de la república para hacer una consulta directa al pueblo mexicano sobre la iniciativa de privatizar los yacimientos de petróleo, su extracción y refinamiento; antes que el congreso de la unión legisle sobre la reforma energética. ¡Los tiempos no están para mayores tensiones sociales!

 

h.popoca.b@gmail.com

 

 

viernes, 20 de septiembre de 2013

trastornos emocionales.



Héctor Manuel Popoca Boone.
 
Manuel no únicamente trajo pérdidas y trastornos materiales, económicos, y humanos. El meteoro dejará secuelas psíquicas de mediano plazo, en materia de salud mental y conductual a buena parte de la población afectada que tiene ante si el gran reto de reconstruir sus vidas y patrimonios.

La atención psicosocial también es parte importante en los socorros de primera mano. Los sentimientos de pérdida, tristeza, depresión, ansiedad, incomprensión, confusión, enojo, aumento de adicciones, conflictos interpersonales, violencia intrafamiliar, maltrato de menores, robos, asaltos, etc., podrán aumentar si no se abordan dichos comportamientos antisociales provocados por el evento desgraciado.

Son más vulnerables los niños y los adolescentes quienes aún no han construido las defensas suficientes para enfrentar la adversidad y dependen de la ayuda y el apoyo externo. Asimismo, las mujeres, enfermos mentales, personas de la tercera edad y las personas sometidas a una confluencia de múltiples situaciones traumáticas.

Los desastres inciden más duramente en los más pobres quienes tienen limitaciones en el acceso a los servicios sociales y en particular a los de salud, las comunidades pobres carecen de planes y recursos para prevenir y enfrentar a las tragedias. Incluso pueden carecer de redes sociales para enfrentar lo cotidiano y ello los convierte en grupos de mayor riesgo que se encuentran en límites de un equilibrio precario.

Adquiere prioridad trabajar en varias líneas de atención de los traumas psicosociales provocados por las secuelas desastrosas de la tormenta tropical. Una importante es contar con un buen sistema de comunicación social orientado a fomentar la tranquilidad y el sosiego social reduciendo el miedo y la aflicción al dar información oportuna, veraz, dimensionada, focalizada, de los lugares y hechos de riesgo y de fuerte impacto. Ello ayudará a mitigar y enfrentar con certeza y de mejor manera el desastre. El papel de los medios de comunicación masiva es relevante en esta tarea.

En segundo término cobra mucha importancia la organización comunitaria para la mejor participación civil. La participación social y fomento de la auto-responsabilidad, involucrando a los líderes comunales coordinados con la red interinstitucional. Es importante promover el apoyo grupal y comunitario que permite identificar tempranamente los problemas psicosociales y actuar. Una red social cohesionada puede minimizar el sufrimiento de las personas y evitar que se torne un problema psicológico.

La organización comunitaria sólida puede ayudar a tomar en cuenta los valores, tradiciones y costumbres de la población, así como características de edad, sexo, lugar de residencia. Asimismo, es importante tomar en cuenta que el acompañamiento humano de carácter grupal es recomendable para complementar las intervenciones de apoyo psicológico. El papel de las organizaciones sociales es básica en estas tareas.

Un tercer campo de acción son los tratamientos psicológicos individuales o grupales tendientes a ayudar a la víctima a enfrentarse y entender su nueva realidad y a comprender la naturaleza y el significado de sus reacciones (psicológicas y somáticas), favorecer la expresión oral de las emociones y la elaboración del duelo, aliviando la aflicción y el sufrimiento, reforzar la autoestima y detectar y tratar o remitir los enfermos. Todo eso con el propósito de mejorar y estabilizar las condiciones psíquicas de los afectados, aumentar la capacidad de las personas para afrontar y resolver las más variadas situaciones en la etapa posterior al desastre, así como favorecer el retorno a la normalidad.

PD1. Artículo elaborado a partir de la lectura del documento técnico: Salud mental y desastres. Organización Mundial de la Salud.

PD2. No engañemos al pueblo. La privatización del petróleo mexicano implica modificaciones a la Constitución política de nuestro país. La modernización del aprovechamiento de ese recurso nacional, no las necesita. El gobierno federal, el PRI, el PAN y los grandes empresarios intentan lo primero. Con la movilización social pacífica de mañana en el DF lo impediremos en forma unitaria.



jueves, 19 de septiembre de 2013

Organizarse para ayudar.



Héctor Manuel Popoca Boone.
 
Los que hemos participado en labores de ayuda a la población víctima de desastres naturales (huracán Paulina y otros) tenemos presente cuestiones básicas para que el esfuerzo gubernamental sea lo más eficaz posible. Menciono algunas de ellas, esperando que sean de utilidad en la organización y funcionamiento de la ayuda en el gran percance que la tormenta tropical “Manuel” ocasionó en la vida y patrimonio de miles de guerrerenses. Por la magnitud e intensidad del fenómeno climatológico estimo que los trabajos de apoyo institucional se prolongarán más allá de seis meses.

I)                   La coordinación institucional fue muy estrecha porque trabajamos juntas aquellas dependencias, tanto federales como estatales, que teníamos afinidades funcionales, por ejemplo: La Sedesol federal con la Sedesol estatal, La Sagarpa con la Sdr; La Sedatu junto con Invisur; la SCT con la Sduop; la Conagua con la Capaseg, etc. Se reforzaba el equipo si el ayuntamiento respectivo tenía dependencias municipales similares en propósitos. Era valiosa la colaboración para actuar como un solo equipo de trabajo.
La conjunción de recursos materiales, económicos y humanos fue fundamental; así como el destierro de toda burocratización dejando a un lado las “reglas de operación” en virtud de que estábamos actuando en condiciones de emergencia ante un desastre natural de gran calibre.

II)                Una vez constituidos los grupos interinstitucionales de trabajo procedíamos a delimitar el campo de acción territorial para definir responsabilidades y logro de resultados en las tareas y en la entrega de apoyos a los damnificados. Los puntos de acción de primer nivel (los más cercanos a la población) fueron en lo rural: ejidos o bienes comunales, y en lo urbano: colonias o barrios.

III)             El segundo nivel de atención y coordinación más agregado lo conformaban varios puntos de atención y acción comunitaria colindantes de primer nivel, en donde se establecía una coordinación interinstitucional de zona. Ahí se establecía una bodega de acopio de apoyos de emergencia (agua, víveres, ropa, enseres domésticos, tanto gubernamentales como de aportaciones civiles, etc.), así como de herramientas e insumos para la rehabilitación primaria del patrimonio dañado, ya fueran viviendas o parcelas.

IV)             El tercer nivel de atención era de tipo zonal en donde se ubicaba un almacén regional de acopio de apoyos que se encargaba de abastecer a las bodegas del segundo nivel de atención, así como de llevar el control y registro de lo demandado, programado y entregado en la zona.

V)                El primer nivel de atención ciudadana estaba integrada por brigadas de técnicos de los tres órdenes de gobierno y autoridades comunitarias con el auxilio de ciudadanos escogidos para tal fin por la gente de la localidad en asamblea pública. Para evitar robos y mal uso de los apoyos recopilados, las bodegas de acopio eran resguardadas por elementos de la policía municipal, estatal y/o ciudadanos que tuvieron esa encomienda. En el tercer nivel de atención, los almacenes de acopio fueron cuidados por policías junto con funcionarios públicos, ya fueran federales y /o estatales. Hubo un cuarto nivel de atención donde se ubicaron los grandes almacenes sub estatales o regionales que estuvieron a cargo del ejército mexicano junto con mandos superiores de dependencias federales y estatales.

VI)             Para levantar el padrón de beneficiarios se le pedía a los líderes locales, así como a sus partidos políticos y organizaciones sociales, permitieran a las brigadas institucionales interactuar libre y directamente con la población damnificada sin intermediación de ninguna especie y que las listas de los beneficiarios se formaran a la luz pública en asambleas comunitarias o de colonos, a la vista y sanción de todos.

VII)          Los apoyos eran entregados en forma programada y escalonada según su naturaleza. Lo inmediato y urgente fue la distribución de agua, ropa, víveres y dotar de medicamentos de primeros auxilios y antibióticos a las casas de salud, así como el inicio de campañas contra plagas y enfermedades provocadas por agua y alimentos contaminados.  Después se entregaron los materiales, insumos y herramientas para apuntalar viviendas y parcelas. Posteriormente, se otorgaron apoyos económicos equivalentes al salario mínimo de un mes, por trabajos realizados y constatados para su propio beneficio de rehabilitación, a través del programa de empleo temporal.

VIII)       La entrega de auxilios fue en forma directa a cada uno de los beneficiarios y en el seno de asambleas públicas de pueblo. Quedó estrictamente prohibido todo intento de lucro político, económico o social por parte de organizaciones, líderes, funcionarios públicos o policías. A quienes intentaban hacerlo se les denunciaba públicamente y, en su caso, se les cesaba laboralmente, sin distinción de jerarquías. (Más de uno quiso hacerlo).

IX)             La honestidad, la focalización hacia los más perjudicados, la eficiencia y la eficacia en la aplicación de los programas de ayuda fueron claves para el éxito de los mismos.

X)                Condición indispensable para todo lo anterior fue darle prioridad a la restauración de la infraestructura básica de caminos, carreteras, puentes y medios de comunicación; así como servicios públicos de agua, alumbrado y seguridad pública.

La restauración de la vida “normal” de Guerrero tardará más en la medida en que no busquemos y contemos con la participación y la coordinación adecuada de la ciudadanía en las tareas de rescate. Ello es necesario dado el tamaño de los daños y porque solos, el gobierno, sencillamente no podemos.


viernes, 13 de septiembre de 2013

Sensatez



Héctor Manuel Popoca Boone.
 
El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, dio cabida a la sensatez en el contenido de la iniciativa de reforma hacendaria que envió a la cámara de diputados federales la semana pasada. Hubiera sido una imprudencia política recargar el incremento de los impuestos principalmente en las espaldas de la población de menores ingresos económicos. En la miscelánea fiscal prorrateó tal aumento bajo el principio de que “pagarán más los que más ganan”. Criterio distributivo de carga justo, por ser progresivo, en función de las retribuciones económicas que obtienen los habitantes y empresas del país.

El hecho de que la mitad de los mexicanos sean pobres, el pagar más impuestos potencializa el descontento social. Ya hay cuerdas demasiado tensadas después de la aprobación de la reforma educativa y de la álgida polémica que ha desatado la iniciativa de reforma energética. Han provocado resistencia e impugnación social creciente.

Con una economía semi-estancada y al borde de la parálisis total (recesión), donde la cadena virtuosa: inversión-producción-empleo-consumo está dislocada y a punto de romperse, el aumento de gravámenes irrita a cualquiera. Además, no habría base real para recabar impuestos y la estructura gubernamental entraría en inviabilidad financiera con serias restricciones en el erario público disponible para el gasto.

También, destacable es que en esta iniciativa hacendaria el gobierno federal contemple gastar, o mejor dicho invierta, un poco más de lo que recaude con el propósito de financiar un “Programa de aceleración del crecimiento económico”, que detone la inversión productiva para sacar a la economía nacional del marasmo en la que actualmente se encuentra. Su éxito dependerá de la disminución de la corrupción y despilfarro que caracterizan a nuestra economía.

Tal medida se aleja de los cánones de la economía neoliberal de no tener déficit público para reactivar o provocar crecimiento económico. Toma distancia de implementar medidas draconianas de austeridad en el gasto público, del congelamiento de los salarios de los trabajadores, de las devaluaciones de la moneda y de altas tasas de interés bancario, que han causado pobreza generalizada con convulsiones sociales recurrentes tanto en países de América Latina, Europa, como en la misma meca del neoliberalismo: Estados Unidos.

La iniciativa de reforma hacendaria no es rechazable del todo al no incrementar el IVA y sí gravar lo que antes injustamente se esquivaba hacerlo: tasar los extraordinarios excedentes económicos que los dueños reciben de sus empresas, las ganancias especulativas obtenidas en la bolsa de valores y eliminar, en parte, los tratamientos preferenciales y los regímenes especiales que provocaron elusiones fiscales que han contribuido al acaparamiento del ingreso nacional por unas cuantas manos.

A reserva de lo que aprueben los diputados, por los conceptos y porcentajes impositivos propuestos, vista en su justa dimensión, más que una reforma hacendaria es solamente una modernización de nuestro sistema fiscal. Algo es algo.

PD1. Por lo sucedido en Ayutla y denunciado por la UPOEG, se incrementa la presunción que las policías institucionales han sido caballos de Troya para que la delincuencia y la impunidad hayan dañado vida y patrimonio de cientos de miles de mexicanos, desde hace décadas.
PD2. Los representantes de la policía federal, al no asistir al congreso local para declarar lo conducente dentro del juicio político en curso, sobre las ejecuciones extrajudiciales de dos normalistas de Ayotzinapa, dan pie a la mayor conjetura de que en elementos de dicha corporación recae la culpabilidad de esos lamentables sucesos acaecidos en el régimen del ex presidente Felipe Calderón.
PD3. Estimados Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador: Si anteponemos los intereses de nuestra patria, a los intereses políticos de cada cual, seguro estoy que la defensa del petróleo mexicano la haremos con mayor contundencia y eficacia. ¿Es mucho pedir?
PD4. En comparación a Morelos, la mayoría de los gobernantes, políticos y funcionarios públicos actuales somos unos enanos.
h.popoca.b@gmail.com


viernes, 6 de septiembre de 2013

Tensiones sociales.


Héctor Manuel Popoca Boone.

La buena o mala aceptación de un gobierno está en función de las tensiones sociales que pueda su actuación desatar. Audazmente, el presidente de la república las provoca de diferente índole, manera e intensidad, al iniciar una serie de reformas a instituciones y leyes. De tal suerte que entre más expeditas sean aprobadas las modificaciones legales, menor será el tiempo de cavilación sobre sus consecuencias y por ende, la resistencia popular menguada quedará para su puesta en marcha.

Por lo que se refiere a la reforma laboral, que fue aprobada en las postrimerías del régimen presidencial del panista Felipe Calderón, su diseño fue realizado en conjunción con el equipo priista del actual presidente. Sus panegiristas argumentaron que con ella se incrementará la productividad de la economía nacional traducida en inversiones y empleos adicionales.

Los suspicaces decimos que con ello se abaratará la mano de obra y se perderá estabilidad laboral en las fuentes de trabajo. Esta reforma generó poca resistencia social al garantizarles previamente a los principales dirigentes sindicales sus privilegios corruptos y antidemocráticos. La aprobación en el Congreso de la Unión fue con poco debate y relativa oposición.

La reforma en las telecomunicaciones, consistente en la apertura de las concesiones para una mayor competencia de mercado, no suscitó mayor resistencia social. La percepción es que la misma no deviene mayor agravio popular salvo la demasiada idiotez funcional por adición electrónica que padecerá el pueblo. Sus apologistas argumentaron que disminuirán las tarifas en la prestación de los servicios. Fue negociada previamente con el oligopolio establecido y con ello fue aprobada en el Congreso de la Unión sin mayor problema.

En cambio, la reforma educativa generó fuerte escozor social de una parte del magisterio. Sobre todo al percibir que la nueva ley general del servicio profesional docente afectará seriamente sus “conquistas históricas” y otros derechos laborales que sí son de resguardo constitucional. Los reformistas neoliberales argumentaron que con las modificaciones se accederá a una educación de mejor calidad por medio de una controvertida evaluación al desempeño magisterial y por la erradicación de la compra-venta de plazas.

La estrategia para reducir la resistencia social fue anular previamente la participación de la líder vitalicia del sindicato de los profesores, no tanto porque fuera un obstáculo sino presuntamente por el alto costo de factura que cobraría por su apoyo. La ley fue aprobada por el Congreso de la Unión de manera exprés haciendo uso del mayoriteo para evitar una acalorada discusión, en el contexto de marchas y bloqueos citadinos de profesores llegados a la capital.

¡Ah! Pero la iniciativa de reforma energética está provocando una tensión social de pronóstico reservado, de acuerdo a sondeos y encuestas de opinión pública realizadas. Hay seria oposición ciudadana para la mayor participación de capital privado, con utilidades compartidas en la industria del petróleo, así como para la respectiva concesión de los yacimientos nacionales. De la misma manera hay gran inconformidad contra la privatización en la generación de energía eléctrica aún cuando ya operan empresas extranjeras produciendo cerca de la mitad de ella, para luego revenderla en parte a la CFE. ¡Uff!

PD1. Según algunas autoridades comunales, los únicos programas de desarrollo regional que están teniendo impacto y resultados en los pueblos indígenas de Ayutla son: “Transformemos nuestro entorno”, coordinado por la Sra. Laura del Rocío Herrera y el implementado por el Estado Mexicano dentro del marco de la sentencia internacional emitida a favor de la Sra. Inés Fernández Ortega.

PD2. Mañana es la concentración ciudadana en el DF en repudio al bazar republicano que implementa el actual régimen presidencial.