sábado, 28 de marzo de 2015

La policía municipal de Acapulco.


Héctor Manuel Popoca Boone.

El sistema policíaco del municipio de Acapulco no escapó de ser infiltrado por la narco-delincuencia, misma que había sentado sus reales hace muchos años atrás. Las valientes declaraciones del Gobernador Rogelio Ortega vienen a confirmar lo que era un rumor a sottovoce: El paro de la policía municipal ha durado poco más de 11 meses y fue sostenido gracias al apoyo que subrepticiamente otorgó presuntamente el jefe de cártel: Víctor Aguirre Garzón, recientemente encarcelado.

No es casualidad que días después de la aprehensión del capo, los policías paristas hayan aceptado, en principio, los acuerdos posibles que les había ofrecido Luis Walton de tiempo atrás. El propósito desde el primer momento fue doblegarlo, como siempre lo habían hecho con los presidentes municipales que le antecedieron y que tácitamente rehusaron enfrentar la corrupción imperante. Walton no se sometió a los propósitos deshonestos de algunos policías malandrines.

Tristemente memorables fueron los tiempos del reinado de los hermanos Beltrán Leyva en Acapulco, a través de la Barbie, donde en algunas de las lujosas residencias de Las Brisas, todo tipo de personajes inescrupulosos del mundo empresarial y de la política acordaban con ellos su libre quehacer y permanencia en el puerto, sin que hubiera mayor molestia alguna. La vox populi aseveraba que un candidato a gobernante aceptó grandes cantidades de dinero para refrendar el pacto de cohabitación pacífica dentro de la impunidad, si llegara a triunfar.

Cuando recibió el poder municipal Luis Walton, el cuerpo policíaco de Acapulco constaba de 2 200 elementos entre preventivos y de tránsito. La primera renuencia que presentaron los policías fue a la rotación de puestos y a la reasignación de zonas de trabajo, debido a los intereses inconfesables enraizados en sus inamovibles lugares de adscripción. La segunda oposición fue, por obvias razones, al Mando Único con el sistema de policía preventiva federal y estatal. Pero la tercera y más fuerte resistencia, que concitó el paro laboral general, fue cuando se puso en marcha la depuración del cuerpo policíaco a través del programa de certificación, en base a los protocolos federales, realizándolos fuera del Estado de Guerrero para evitar cualquier contaminación.

Faltan por aplicar las pruebas de certificación a 700 elementos policíacos. Del primer grupo de 1500 policías evaluados, no aprobaron los exámenes de permanencia, control y confianza, 948 (63 %), por lo que se procedió a iniciar su liquidación legal. La comuna acapulqueña aprobó la erogación de cuarenta millones de pesos para finiquitar los servicios de un primer grupo de 250 de ellos. A los otros 698 reprobados, no se les ha podido liquidar por falta de recursos presupuestales, ya que a la fecha eso tiene un costo de 85 millones de pesos, aproximadamente.

Estando bajo fuerte presión, también los policías certificados se sumaron al paro y todos irresponsablemente dejaron en la indefensión a Acapulco. A raíz del asalto a mano armada a un minisúper de la Av. Costera, perpetrado por un policía en paro, el ejército y la marina desarmaron a todos. Paradójicamente con esa medida los índices delictivos bajaron en el municipio.

Es de reconocerse el apoyo del gobierno federal y estatal, que entraron al quite durante todo ese tiempo, con sus varios cuerpos de policías, además de la presencia imprescindible de la marina y el ejército. No cabe duda que en estos tiempos se está librando una guerra civil de baja intensidad entre los cárteles contra el pueblo y el Estado mexicano, donde este último aún sigue infiltrado, lamentablemente.

PD1. Existen fuertes indicios ministeriales que señalan a Zeferino Torreblanca Galindo como presunto autor intelectual del asesinato del diputado Armando Chavarría; además de que como gobernante cínicamente declaró en público que ni podía ni quería combatir a la delincuencia organizada. Ahora es candidato del PAN para la presidencia municipal de Acapulco. ¡Sálvese quien pueda!

PD2. ¡Es la política estúpido! Lo que cuenta es la percepción popular y no los seudo-argumentos legaloides.

h.popoca.b@gmail.com

viernes, 20 de marzo de 2015

Demos una oportunidad a la opción.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Ganar la campaña electoral con triunfo inobjetable, conquistar la credibilidad ciudadana para remontar la profunda crisis que estamos padeciendo, movilizar a los electores para que con su voto vuelvan a creer en la política al servicio del pueblo; todo eso, se antoja fácil en comparación a lo difícil que será gobernar bien esta entidad una vez conquistado el poder. A Guerrero no lo han gobernado adecuadamente la mayoría de los gobernantes que ha tenido. Esa es causa importante de la desventura histórica por la que atravesamos.

Ser gobernador debe servir para algo más que hincharse de dinero, dar rienda suelta a la frivolidad palaciega, marearse con el poder, exacerbar el ego personal acosta de la discriminación social y perder piso al evaluar con suma distorsión la realidad circundante. Junto con la corrupción y la impunidad, son los factores que caracterizan la separación abismal entre el pueblo y la clase política gobernante. En buena parte dentro de las instituciones y partidos públicos prevalecen los intereses facciosos e individuales sobre los anhelos superiores del pueblo.

No es tarea menor reconstruir lo deteriorado y perdido en los muchos años de mal gobierno. Hay una destrucción generalizada de la paz y de la estabilidad social. No es ocioso repetir que los niveles de inseguridad pública, violencia e ilegalidad que tenemos, son de los más altos a nivel nacional; producto de nuestro colapsado sistema de justicia y el escaso respeto a los derechos humanos que tenemos de larga data.

Encontrar la civilidad perdida y el debido resguardo al patrimonio de las familias son cosas urgentes de lograr. El gobierno solo, no puede. Hasta ahora, los gobernantes y los políticos institucionales han menospreciado la fuerza ciudadana como aliada para nulificar estas graves perversidades que laceran Guerrero.

Solo en alianza con los ciudadanos, en coordinación con ellos (no en subordinación y sumisión) recuperaremos la paz colectiva, porque los partidos políticos, sus políticos y gobernantes, son parte importante del problema que ha causado la descomposición moral, política y social que nos tiene económicamente empantanados en una pobreza agrandada y agravada, reduciendo a polvo nuestra dignidad e identidad, tanto a nivel nacional como internacional.

Estamos hundiéndonos más en las arenas movedizas de la hipocresía, la falsedad y el cinismo, cuando no de la demagogia y mendacidad reiterada, con promesas incumplidas, que traicionan reiteradamente las esperanzas populares. El repudio expresado públicamente por el pueblo nos lo hemos ganado a pulso los políticos, por la mediocridad de miras, en un marco de autismo convenenciero. Por supuesto, existen las buenas excepciones, que marcan derrotero promisorio.

Son estas las condiciones lastimosas de una postración social generada por el partido político que está en el poder y que no merece más tenerlo. También de aquel partido que desea regresar a gobernar, mejor dicho, a desgobernar con el mismo estilo que dejó en herencia. Es la hora de la renovación de la gobernanza con una alternativa diferente. Guerrero necesita una opción que no traicione ni claudique en la defensa del bienestar popular.

PD1. ¿Vamos a volver a llevar al poder al partido político que ha sentado las bases legales para el saqueo de nuestro petróleo, electricidad, agua y recursos mineros? ¿Vamos a permitir que permanezca en el poder el partido político dizque de izquierda que está atravesado por la traición a los ideales, la narco-política, la corrupción y el desapego popular? Yo digo que no.

PD2. ¿Vamos a creer en una nueva alternativa para Guerrero? ¿Le concederemos la oportunidad? Yo digo que sí.

PD3. En los espectaculares instalados en Chilpancingo, en la autopista y en Acapulco, el lema de campaña del candidato a gobernador del PRI, es casi similar al que prevaleció en la dictadura de Porfirio Díaz: “ORDEN y PAZ”, la primera palabra relacionada con el famoso  “mátalos en caliente y después averiguas” y la segunda, con la paz de los sepulcros y de las fosas clandestinas, que prevalecieron en ese período. ¡Ay, nanita!

viernes, 13 de marzo de 2015

Irresponsables.

Héctor Manuel Popoca Boone.

El otorgamiento de plazas laborales sin el debido sustento presupuestal, es un acto de gobierno irresponsable que debiera sancionarse sin que mediara impunidad alguna. Al gobernador Rogelio Ortega, sin deberla ni temerla, le detonó la bomba que venía armándose desde varias administraciones federales y estatales pasadas.

Los problemas salariales por los que están atravesando varios miles de trabajadores de la educación, al retenérseles sus sueldos y salarios por parte del gobierno federal -desde enero del 2015-, obedece a varias causas que es necesario dilucidar. Entre ellas está que en el padrón de trabajadores de la secretaría de educación pública en Guerrero (SEG), recientemente elaborado por el Inegi, no quedaron censados por renuencia del personal afectado en el momento del levantamiento. Años atrás, también una razón justificable era que con el pago sin techo presupuestal (de manera eventual) se reducía el déficit de maestros frente a grupo escolar. Si existe buena voluntad, estas dos situaciones se pueden resolverse inmediatamente entre el gobierno federal y trabajadores de la educación.

Un factor viciado fueron los actos realizados por gobernantes, altos servidores públicos del sector y líderes de los sindicatos magisteriales de nivel estatal, que las crearon sin contar con el debido respaldo presupuestal, cubriéndolas en forma irregular con otras partidas del gasto público o del entero fiscal. Lo peor fue su utilización en forma corrupta y de manera amplia para los siguientes propósitos: 1) Venderlas al mejor postor. 2) Favoritismo en su otorgamiento para gente cercana a funcionarios públicos, líderes sindicales o personajes de la política. 3) Para fines de cohesión grupal o clientelares y 4) Con propósitos de mantener la “gobernabilidad” del sector.

La SEG junto con la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la SHCP realizó un primer cotejo de las nóminas estatales y federales, donde se detectó que el gobierno estatal entregó 8 mil plazas sin techo presupuestal en la nómina federal; de la nómina de personal subsidiado creó más de 12 mil plazas que abarcaba el subsidio Federación-Estado, por lo que la SHCP no las reconoce ni las paga y de la nómina de confianza se encontró que la SEG dio de alta a 2 mil 500 trabajadores, entre recomendados y familiares de funcionarios, diputados, periodistas y gente cercana a los gobernantes, líderes sindicales o políticos encumbrados. De ese tamaño está el problemón.

Tenemos pues, miles de plazas sin soporte presupuestal dentro del personal educativo, que podemos clasificarlos en tres categorías: 1) “comisionados” es decir, profesores que no están frente a grupo, sino que están adscritos a tareas administrativas. 2) “comisionados sindicales” que están incorporados a labores del sindicalismo. 3) Personal sin adscripción alguna que se la llevan “de a muertito” 4) Personal comúnmente denominado “aviadores” que no trabaja en ninguna de las instituciones de la secretaria de educación Guerrero ni en los sindicatos correspondientes.

La creación de plazas sin mayor proyección financiera, suele darse también en los ayuntamientos de Guerrero, donde el presidente municipal en turno las autoriza al final de su mandato, sin ton ni son, convirtiendo a la comuna, en una institución muy obesa, burocráticamente hablando.
A título de ejemplo, comparativamente, el ayuntamiento de Acapulco cuenta con 8 400 trabajadores de base, mientras que el de Mexicali y Culiacán (que atienden una población mayor) tienen 6 105 y 6 500 trabajadores respectivamente. En la actualidad, lo destacable es que Luis Walton, como presidente municipal de Acapulco, no autorizó la creación de plaza ni base alguna.

PD1. Héctor Astudillo del PRI, debe reflexionar que en su campaña electoral para gobernador, Manuel Añorve es el problema. ¡Chúpale pichón!
PD2. La fuga de bases y dirigentes del PRD en apoyo a Walton, es más fuerte y desbordante de lo que se esperaba. ¡Sopas!
PD3. Y ya me voy a apuntalar al PRD que se está desmoronando y al PRI que se está desquebrajando. ¡Ay nanita!



sábado, 7 de marzo de 2015

Luis Walton Aburto



Héctor Manuel Popoca Boone.
 
Años atrás, supe de Luís Walton por referencias. Amistades comunes me comentaban su aspiración por lograr ser presidente municipal de Acapulco. Eso, cuando el PRI era casi el universo total de la política mexicana. No tuvo los padrinos adecuados para que el dedo electivo lo favoreciera. Buscó ser el candidato del tricolor, el mismo número de veces que le dieron la negativa partidaria. Más de tres.

Conocí de su personalidad y condición humana, a través de charlas que tuve con Don Alejandro Cervantes Delgado, cuando vivía en Acapulco. En dichas conversaciones me expresaba su pesar de no haber conocido a Walton cuando fue gobernador, porque consideraba que hubiera sido de gran valía contar con él como colaborador en su gobierno. Pude constatar que Walton se convirtió en uno de sus mejores amigos en las postrimerías de su vida.

Dichas pláticas fueron mi aliciente para tratar de conocerlo personalmente, tiempo después. La ocasión propicia se dio en su segunda campaña electoral, cuando lo busqué para ofrecerle mi apoyo político, sin pretensión alguna, solo en reconocimiento a las distinciones de amistad y calidad humana que le obsequió al excelente gobernador que fue Don Alejandro.

Al ser parte de su equipo de campaña, pude conocer un poco más los modestos orígenes de Walton. Hijo de pescador, desde la infancia vendía lo obtenido del mar, en el mercado acapulqueño “El Parasal”. La discapacidad de su padre, aunada a la entereza de sacar adelante a su familia, fueron los motores fundamentales que lo impulsaron a luchar y superarse como estudiante y como profesionista, hasta llegar a ser el hombre que hoy es reconocido por su alta sensibilidad, ante la vulnerabilidad física humana, entre otras buenas prendas.

En Acapulco, de donde es orgullosamente oriundo, Walton es un personaje destacado y exitoso en el mundo de la abogacía, lo mismo que en el empresarial. Sus bienes materiales son fruto del empeño, disciplina, preparación y sagacidad personal. Sin embargo, la política fluía por sus venas, más no hallaba la plataforma para desplegar sus capacidades y fuerza en el logro de sus aspiraciones.

Ante la cerrazón de los priistas, Walton decidió crecer políticamente al margen de ellos; dándole vida, desde la nada, al nuevo partido Convergencia en Acapulco, hasta convertirlo en una de las principales fuerzas políticas del municipio más importante de Guerrero. En el hoy denominado Partido Movimiento Ciudadano, ha tenido la oportunidad de ser su presidente estatal y nacional, además de que le ha dado la oportunidad de ser diputado federal, senador y primer edil de Acapulco. 

Como político con tesón, más no tozudo y con razonada vocación de servir a sus semejantes, ahora busca la gubernatura estatal para atender a la ciudadanía sureña en sus más ingentes demandas. Sabe que gobernar Guerrero, sin comprensión por la pobreza y la marginación social, es hacerlo con frivolidad propia de un autócrata, discriminante y deshonesto.

El hecho de pertenecer a un medio social pudiente, no le ha impedido el conocimiento, penetración o solidaridad permanente con los que menos tienen. Con sencillez aprendida, firmeza forjada y ética profesada, ha transitado la vida pública, no sin raspones y errores, pero haciendo de la dignidad y el respeto –por los otros y por sí mismo- insobornables banderas de lucha. Tiene presente que es de humanos errar, de tontos no reconocerlo y de necios no enmendar.

Sabe que buena parte de los políticos de cualquier ideología, dejan los intereses y anhelos populares en segundo plano, manifiestando una permanente incongruencia en los hechos, con los principios y valores que públicamente dicen sostener.
Walton, de recibir el ayuntamiento de Acapulco en bancarrota y saqueado, hoy lo deja colocado en uno de los tres primeros lugares a nivel nacional en materia de buen manejo presupuestal, gasto público eficiente, dotado de transparencia y con una cultura de entrega sistemática de resultados, de acuerdo a una evaluación nacional realizada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del gobierno federal.

h.popoca.b@gmail.com