viernes, 25 de diciembre de 2015

La familia.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Hay tres fechas en el año que son propicias, por antonomasia, para que se reúnan festivamente las familias mexicanas; estas son, el día de la madre, el día de los muertos y las festividades navideñas. (Aparte de los días de cumpleaños, bautizos o casamientos).

La valoración grande que le damos los latinos al núcleo familiar, es muy diferente al que le otorgan los anglosajones. Mientras que en ellos la familia tiende a dispersarse en forma definitiva al entrar en la adolescencia los hijos; en nosotros, la unidad familiar la preservamos el máximo de tiempo posible, por los valores, virtudes, afectos y fortalezas que de ella sentimos, abrevamos y depositamos a lo largo de nuestra existencia.

Desde las clases de civismo que nos impartían (hoy canceladas por la educación utilitarista imperante), aprendimos que la familia es la célula básica de la sociedad. Cosa importante en nuestra conformación, porque sin ella las tendencias a la resquebrajadura y desmoronamiento social serían altas, al no existir mayor valladar ante lo disruptivo circundante. Además, la familia es elemento importante de cohesión social, frente a las acechanzas de un individualismo y egoísmo disgregante, una ambición voraz y desmedida, que solo se da en una sociedad deshumanizada, violenta y rapaz como la que vivimos.

También la familia latina tiene la virtud de ser una zona de refugio sentimental y bastión afectivo, para resistir o darse tregua, ante los impactos emocionales o connatos de ruptura amorosa o amistosa. No se diga de factores destructivos, como son las drogas y la delincuencia en los jóvenes, o aquellos de complicación vital como los embarazos indeseados en las muchachas, que encuentran en el núcleo familiar un apoyo para sobrellevar las obligaciones uni-parentales de temprana edad.

La familia es también, hoy en día, zona de defensa frente al avasallamiento de la inseguridad pública y la violencia social generada por la delincuencia organizada, hasta ahora incontenible. También se convierte en dique contra los abusos de fuerza de los poderes institucionales o reales que dominan la sociedad, en donde la familia actúa para su propia supervivencia en forma solidaria, amorosa y por demás desinteresada.

Qué decir de la familia como bálsamo confrontador de las tendencias al aislamiento, a la enajenación, al autismo social y al automatismo conductual, de una sociedad que somete a las personas a un estrés y tensión constante por motivos de faena laboral, en el contexto de un páramo colectivo.

Pero también el núcleo familiar es fuente de gozo, alegría y felicidad, en donde la calidez humana da cobijo y techo, a los que por su edad, enfermedad o discapacidad, ya no pueden seguir contribuyendo, con energía e ímpetu, a la subsistencia de la familia. En estas familias, los vulnerables no tienen el mísero destino de pasar sus últimos años en las soledades o en la indefensión física temprana, que aísla y retrae.

La familia se ve fortalecida cuando festina y se da a la recreación sana, para olvidarse aun cuando sea con fugacidad, de los trajines y preocupaciones del día a día; y así convivir en forma solaz y alegre las experiencias vitales, las anécdotas familiares, la gratas remembranzas, ilusiones y esperanzas delineadas para el futuro, mientras los infantes conviven con sus pares y los jóvenes platican sus cuitas y aventuras. Todo eso, adosado con deleitosa música, viandas y bebidas, por modestas que sean.

Cuando lamentablemente ya no tenemos familia con la cual reunirnos, las buenas amistades, los buenos libros, la reconfortante música y los agradables recuerdos nos hacen pasar una noche navideña placentera, máxime si tenemos a nuestros pies una cariñosa mascota.

Deseo a todos que sigamos cultivando los lazos de fraternidad familiar, a pesar de que algunos seamos resultantes de familias disfuncionales, desintegradas, de conveniencias, etc. Por unos días o momentos de un día o una noche, vale la pena darnos esa maravillosa oportunidad.

PD. Reconozco la intervención del Lic. Florencio Salazar Adame, Secretario General de Gobierno, para destrabar mis salarios devengados, que fueron retenidos en mala hora.

 

martes, 22 de diciembre de 2015

Atención a la violencia.

Héctor Manuel Popoca Boone.

La violencia social esta imparable es polifacética y multidimensional. Es estructural y no tan solo coyuntural. Su tratamiento debe ser integral, diversificado y de mediano plazo. Todos, como comunidad civilizada, debemos participar en su atención; “mediante un orden social justo y políticas públicas con enfoque preventivo, al otorgar medios y mayor educación para satisfacer las necesidades básicas de la población” (Marco Lara Klahr).

La violencia tiene solución en la medida que los conflictos que la alimentan desvanecen y la energía que contienen se reorienten hacia la paz. De lo que se trata es de convertir las contradicciones no zanjadas que se expresan en confrontaciones físicas, en proyectos de vida y no de muerte.

Las actuales causas que generan la violencia son conflictos no resueltos en por lo menos dos protagonistas principales: El Estado mexicano y la delincuencia organizada. Algunos de esos conflictos que generan violencia son de suyo irresolubles por naturaleza, y el esfuerzo deberá centrarse en mantenerlos bajo control, en un estado de invernación permanente. Porque la solución no es el uso de las armas a raja tabla para eliminar a una de las partes. Así lo enseñan las guerras o el holocausto, por ejemplo. En algunos casos, deja de haber conflicto por la pudrición que otorga la inmensidad del tiempo transcurrido. La guerra de Vietnam con EUA, es un buen ejemplo y aun así tuvieron que negociar los acérrimos enemigos para obtener la anhelada paz.

Otras contradicciones no son antagónicas (Mao Zedong, dixit). La solución no requiere de la aniquilación del otro. Es factible canalizar este tipo de conflictos hacia la construcción de una paz social duradera. Mediante el uso del diálogo, el intercambio de percepciones sobre la realidad, el convencimiento, el arte de ceder, la búsqueda de salidas dignas y la toma de acuerdos. Una paz, sustentada en la capacidad de los protagonistas para identificar factores de riesgo y trasmutar los conflictos a través del respeto irrestricto a la ley y a los derechos humanos (premisas sine qua non), por todos y para todos.

Parte importante de la violencia que sufre Guerrero se caracteriza por la constante violación a los derechos humanos, una delincuencia desatada, en un contexto de corrupción e impunidad, semi-paralización de la actividad económica, una escasa cultura de la legalidad y de la civilidad, tanto en instituciones como en la ciudadanía, no se diga en los delincuentes. Menester es comenzar, dando ejemplo público de enmienda, primeramente del Estado mexicano.

Para su verdadera extinción, a la violencia hay que analizarla y tratarla a partir de los conflictos que le dan existencia y que son su razón de ser. Para que eso suceda, tenemos que empezar por conocer la verdad del conflicto, sin ocultar o tergiversar nada, para conocer el verdadero peso específico de los hechos, circunstancias y partes concurrentes. Identificar así, con justeza, las responsabilidades, penalizaciones y reparaciones a que haya lugar.

Si a los ciudadanos nos toca afrontar los efectos colaterales, sumamente dañinos, de actos violentos por cualquiera de las partes en conflicto, no es dable estar pasivos; so pena de seguir siendo víctimas directas de la ruptura del entramado social. En este tema, la agenda de la corresponsabilidad social está por desahogarse en mucho, todavía. No somos parte directa del conflicto, pero sí de la solución; teniendo siempre presente que es un problema estructural y no solo de seguridad temporal que pueda conseguirse con actos de fuerza institucional y de justicia penal contra descuartizamientos y desollamientos. Por lo pronto a gobierno y sociedad nos falta intensificar el diálogo y la coordinación mutua hacia la transformación social y convertir un estado de chueco en un estado de derecho.


PD. El congreso local violó flagrantemente su propia ley orgánica, con un indebido proceso, para nombrar al nuevo Fiscal General Estatal. A pesar de eso, la dignidad de esa institución gubernamental fue salvada por la bancada del Movimiento Ciudadano, la diputada de Morena y algunos del PRD.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Caracterología de la violencia.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Hablar de violencia en Guerrero, es casi como hablar de pescado en las pesquerías. Pareciera que la violencia es consustancial a estas tierras. No en balde muchos políticos y estudiosos sociales nos advierten que no osemos despertar al “Guerrero Bronco”, porque llegará con su oleada de más violencia y delincuencia de la que ya padecemos.

Para fines analíticos, existen diferentes tipos de violencia: La directa, la cultural y la estructural. 1).- La primera, es aquella donde se ve coartada o amenazada la satisfacción de las necesidades vitales del ser humano, (lo cual puede incluir desde la integridad física y mental, la dignidad, la identidad, la equidad, hasta abarcar el hábitat, la alimentación, el sustento, la libertad de tránsito y expresión, y el desenvolvimiento social). Porque de ellas, depende la sobrevivencia misma de un individuo, grupo o sociedad en general. La violencia directa es efecto, casi siempre, del ejercicio de las violencias de carácter estructural y cultural. Se concretiza por ser la emanada de la delincuencia organizada, tráfico de drogas, asesinatos, robo, conflictos bélicos, civiles o personales psico-traumáticas, entre otros.  

2).- La cultural, que se manifiesta en varias vertientes, entre ellas: su presencia cotidiana dentro de la familia, teniendo como protagonistas a los padres, entre padres e hijos o entre hermanos. La existente en las escuelas; con los alumnos, en el llamado bulling, donde la tensión violenta prevalece con el ninguneo peyorativo permanente a ciertos educandos; sin dejar de mencionar la violencia ejercida por los maestros a sus discípulos o por las pandillas estudiantiles o entre bandas callejeras. No dejemos de mencionar, por supuesto, las sentimentales aparejadas con las sádicos-pasionales.

Los muchachos, a través de la televisión, visualizan en grado superlativo, escenas y temas de violencia pura y sanguinaria. Arropadas en películas y videojuegos de acción. Difuminan la apología mayúscula de que ejercer la violencia es sinónimo de superioridad; y por tanto, de ser merecedores de un estatus social privilegiado entre sus semejantes.

La violencia cultural se da y se reproduce también en un ambiente creado por ciertos medios de comunicación masiva, incluidas las llamadas redes sociales. Donde se magnifican una serie de delitos y sucesos sangrientos, que giran en torno a los conflictos sociales, familiares e individuales que tienen a la violencia como lógico desenlace.

La difusión, constante y amarillenta, de la violencia, de la nota roja, en ciertos medios de comunicación, también es negocio redituable. En la violencia de tipo cultural quedan incorporadas todas las suscitadas por razones de género, etnia, de fanatismo, sectarismo y fundamentalismo político y religioso, sobre todo aquellas que enarbolan la muerte como acto de redención, provocando verdaderas carnicerías humanas a lo largo de la historia.

 3).- La estructural. Es la que viven todos los habitantes de escasos recursos que están sometidos diariamente a variadas tensiones corporales, psicológicas y emocionales. Provocadas por no tener empleo o ingreso económico suficiente para tener comida, vivienda y bienestar, tanto para sus personas como para sus familias. Las clases medias sufren también la zozobra que en cualquier momento serán sujetas de extorsión o su patrimonio les será dañado o robado; así como las provocadas por el estrés laboral o las concernientes al áspero hábitat urbano y rural. Otras no menos importantes son las causadas por los modelos políticos, económicos y sociales de corte neoliberal, que nos dominan y que a su vez detentan el monopolio legal del uso de la fuerza institucional.

De lo expuesto anteriormente se deriva un primer gran reto para todos: proponernos transformar la cultura de la violencia, a una cultura para la paz.

PD1. Vale la pena enfatizarlo: Los policías y los políticos son los más corruptos, de acuerdo a una encuesta del Inegi.

PD2. Encomiable el desempeño de la bancada de los diputados locales del Movimiento Ciudadano al proteger los genuinos intereses del pueblo.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Planificación imposible.

Héctor Manuel Popoca Boone.

El ejercicio de la planificación como práctica de gobierno es obligatoria en Guerrero, de acuerdo a la ley estatal en la materia. Pero al igual que otras leyes, está solo para ser observada, más no para cumplirla cabalmente.

Casi nunca lo estipulado en un plan estatal de desarrollo se realiza en su totalidad. Tampoco el plan se convierte en guía y cause del esfuerzo gubernamental para la promoción del desarrollo y la aplicación del gasto público. Mucho menos en la implementación de políticas públicas acordadas con la ciudadanía.

Es un hecho de suyo antiguo que el ejercicio de gobierno está sujeto a determinaciones discrecionales y personales del gobernante en turno. Pasan a segundo término las prioridades consensadas con el pueblo. Frente a vastas carencias y demandas sociales hay una dotación muy limitada de recursos presupuestales para atenderlas.

De tal manera que el proceso de la consulta popular y la formulación del mismo plan devienen en ser distractores políticos o faramallas sociales, para salir del paso y cubrir el expediente legal. Lo malo es que se generan falsas y frustrantes expectativas en el pueblo. Sabido es por todos, que no habrá respuesta institucional a mucho de lo que ahí se recoja. La credibilidad gubernamental volverá a estar por los suelos. Sin embargo, lo bueno es que en tiempos de crisis de violencia, alentar la manifestación pública de anhelos de bienestar social es contribuir a edificar la paz.

Para 2016, como lo informó el secretario de finanzas estatal, el presupuesto de ing
resos para Guerrero se estima en 48 mil 409 millones de pesos, de los cuales el gobierno federal aportará ¡el 96.4 por ciento!

El grado de dependencia económica que tenemos de los recursos económicos provenientes de las participaciones fiscales y aportaciones federales es brutal. Eso reduce en mucho el grado de maniobra del gobierno del Estado, para implementar con mayor eficacia y cobertura las principales políticas públicas que sean señaladas en el Plan.

Tal subordinación económica contradice el federalismo constitucional y descubre un centralismo apabullante. Para colmo, la inmensa mayoría de los  recursos transferidos para el gasto público estatal llegan de antemano etiquetados para programas y proyectos previamente definidos por el gobierno federal. Además, estos recursos están sujetos a reglas y normas de operación estrictas, definidas por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria para posteriormente ser autorizadas por la cámara de diputados federal para su acatamiento.

De no hacer lo que indique la federación respecto al presupuesto público transferido, la Auditoria General de la Federación, por convenio firmado, puede levantarles a los funcionarios estatales y municipales, actas de observaciones, pliegos de responsabilidades, sanciones administrativas o demandas penales, según sea la gravedad de las irregularidades federales detectadas.

De tal suerte que una verdadera planificación es un imposible, porque las autoridades estatales y municipales tienen maniatadas las manos por cuanto a la aplicación de los recursos federales transferidos se refiere. El lema de un gobierno neoliberal, es que no hay mejor plan que aquel que no existe. Ahí está la causa de la inoperancia de la planificación, no tan solo en el nivel estatal o municipal, sino también en el nacional.

Con plan o sin plan, el hecho contundente es que cada seis años la pobreza se incrementa, el desempleo se expande, la seguridad se extingue y la paz social está vuelta trizas. Lo único que ha crecido y prosperado en estas tierras del sur ha sido la maldita corrupción e impunidad. ¿O no?


PD1. El gran error político del ex gobernante Rogelio Ortega fue haberse metido de lleno, subrepticiamente, a la campaña electoral para apoyar a la candidata que fue de su preferencia, cuando no era esa la verdadera e histórica misión que debió cumplir con el pueblo de Guerrero. ¡Qué lástima!

PD2. Uno que pretende y suspira, por ocupar la titularidad de la Fiscalía General del Estado, resultó ser todo un caso para la reflexión, ya que se ha destacado como abogado defensor de poderosos malandrines y no del pueblo. ¡Sálvese quien pueda!