viernes, 12 de mayo de 2017

Taller en Técpan.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Fuimos a dar un taller de capacitación política a militantes y simpatizantes de Movimiento Ciudadano en la ciudad de Técpan, región de Costa Grande. El primer tema que abordamos fue la situación que guardan los partidos políticos en la actual coyuntura preelectoral. Del forcejeo inicial entre ellos, a partir del pronóstico de los votos supuestamente garantizados que dicen tener. Concebidos los ciudadanos como objetos más que como sujetos activos del quehacer político.

Esos votos esgrimidos, son patrimonialistamente considerados como mercancías de uso y de cambio. Por tanto, es en la plaza pública donde exhibidos quedan los “músculos políticos”. Ahí los partidos políticos dan cuenta cuantitativa de la base social que dicen tener. Hacen valer su voto duro para mejor mercadear. Para el estira y el afloje, para la toma y daca, de las posibles concesiones que den pie a las buscadas alianzas. Pero como de un proceso electoral a otro, las circunstancias son diferentes, los votos obtenidos varían para cada cual. Éstos pueden darse a la fuga o verse incrementados. Luego entonces, también los partidos políticos se precian o deprecian por su actuación en el tiempo. “Dígame cuantos votos tiene y le diré cuánto vale” La misma medida es válida para ponderar a políticos suspirantes a cualesquiera de los cargos de representación popular.  

Las ideologías, los principios y los valores son mera coreografía teatral, dijeron algunos asistentes al taller.  Lo prevaleciente en el ámbito de la ambición política partidaria son los provechos del poder por el poder mismo; así como de las riquezas materiales, expeditas e inauditas, que solo el erario público, los barones del dinero y la narco-política pueden dar en un contexto de corrupción e impunidad. Privan, por mucho, las conveniencias sobre las convicciones. Es así como la democracia electoral mexicana se ahoga, casi en su totalidad, en un gran fariseísmo, vulgar y ramplón.

A pulso, los partidos políticos y sus conspicuos integrantes, se han colocado en los últimos lugares de la estima ciudadana. Solo ven por sus propios intereses de grupo o individuales, aun cuando navegan con las banderas de las causas de la gente. Desde que la política se volvió negocio económico redituable, nadie la deja. De ahí el enraíce de la partidocracia que lucha con ferocidad por mantener el poder alcanzado; valiéndose de todas las artimañas y recursos posibles, lícitos o no, escrupulosos o no. Este tipo de oligopolio político también lo defienden los partidos pequeños o los que van en declive; que luchan por mantener sus prerrogativas económicas, sus escaños de partido o para vender caro sus votos, al visualizar la posibilidad de direccionar el fiel de la balanza de la victoria electoral. Así, lo que caracteriza hoy en día a la política nacional es su enorme plasticidad y pragmatismo utilitario, orientado más a lo monetario que a la motivación social reivindicadora. Disminuye lo anterior, las ya admitidas candidaturas independientes de carácter ciudadano.

Cada día, los guerrerenses cobran más conciencia de la importancia de su participación en la política. Cada vez más valoran el destino de su voto y lo que significa no ejercerlo por decepción o frustración civil, provocadas por las circunstancias económicas adversas en que vivimos, por la galopante inseguridad pública (que nos resta libertad, patrimonio y vida), por la mar de corrupción e impunidad de los intereses de antaño y de hogaño vigentes y por la machacona ineptitud de los gobiernos en turno.

Mientras tanto, los militares continúan en las calles y en las veredas, asumiendo responsabilidades que los gobiernos civiles dejaron de cumplir y que hoy reconocen su impotencia e incompetencia para volverlas asumir a cabalidad.

PD. ¡Ningún! diputado asistió al foro sobre el tema de los desaparecidos, ejecutados y desplazados en Guerrero, llevado a cabo en la mismísima biblioteca del Congreso local, donde estuvo presente el representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México y el Primer visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. ¡Uf!


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