Héctor
Manuel Popoca Boone.
Dentro
de “la estrategia perversa” que el PRI está implementando en Guerrero para
tratar de ganar a como dé lugar las elecciones, (o, mejor dicho, que no sea tan
aparatosa su derrota), se incluye la de generar temor entre los electores, para
que no salgan a votar el 1° de julio. Sabedor el PRI de que no cuenta con la
mayoría de los votantes a su favor; entonces, entre menos acudan a las casillas,
mejor para ellos porque se respaldarán, dicen, en su voto duro, que por lo
demás, está carcomido por el hartazgo ciudadano de los malos gobiernos emanados
de ese partido.
El
método priista de violencia directa y de amedrentamiento social para inhibir el
voto popular, no es nuevo en estos lares. Baste recordar que, en Acapulco, en
unas elecciones municipales, años atrás, se apostaron “hombres de negro del PRI”,
para ahuyentar a los electores en las casillas donde todo indicaba que no les
iban a ser favorables los resultados.
Hoy, sin querer queriendo, el
principal amedrentador electoral es el gobernador del estado, Héctor Astudillo
Flores (HAF). Al tenor de lo siguiente: El lunes 26 de febrero pasado, HAF
se reunió con presidentes de partidos a quienes entregó un mapa de riesgo donde
se señalaban las zonas álgidas para la acción electoral, 2017-2018, debido a la
violencia prevaleciente en el estado. Más específicamente, Notimex informó que incluso
entregó dicho mapa a
la Junta Local del Instituto Nacional Electoral (INE) y al Instituto Electoral
de Participación Ciudadana (IEPC) de Guerrero. Dijo que HAF, al entregar el
mapa de riesgo a los responsables de esas instituciones electorales en y de Guerrero,
les informó también que se reuniría periódicamente con ellos y con los
dirigentes de los partidos políticos para dar a conocer los lugares que no se
pueden recorrer porque el grado de riesgo es variante.
Pero resulta que el 2 de
marzo, Nazarín Vargas Armenta, consejero presidente del IEPC, informó que el gobernador
no le había entregado ningún mapa de riesgo, por lo que desconocía el contenido
del mismo y afirmó que el IEPC atendía solamente lo electoral y no la seguridad;
que ellos estaban abocados únicamente a identificar zonas de atención especial
de tipo electoral para ubicar casillas con endeble infraestructura, a visitar
posibles funcionarios y representantes de casilla (a resultas de la
insaculación), que por motivos de ausentismo, migración, enfermedad, fallecimiento,
rechazo o analfabetismo no pudieran cumplir con la responsabilidad asignada.
Sostuvo que el convenio que firmaron con el gobierno del estado, solo busca la
prevención de los delitos electorales, no propiamente en diseñar una estrategia
de seguridad, denominada “mapa de riesgo”.
Tomando como base el citado “mapa
de riesgo”, el presidente estatal del PRI-Guerrero, Heriberto
Huicochea Vásquez, informó a la opinión pública que “cambiarían las estrategias
de campaña para este proceso electoral y ya no movilizaran a sus militantes
para mítines. En el caso de Chilapa recomendaba a su estructura y candidatos
realizar sus actividades, visitas y actos políticos máximo a las 5 de la tarde,
por ser una zona de riesgo por la inseguridad.”
Por su parte,
y ante todo este margallate atemorizante, la candidata al Senado, Beatriz
Mojica, declaró que el mapa de riesgo de Astudillo “implica que nos quedemos
sentados en nuestra casa y que hagamos campaña solamente desde las redes sociales…”
Publicitar
machaconamente que se elaboró un mapa de riego electoral por la violencia e
inseguridad imperante en Guerrero, es sencillamente amedrentar e inhibir a la
ciudadanía para que no salga a votar el 1 de julio. Consciente o
inconscientemente, es HAF el que queda como el principal protagonista de todo
eso.
PD. Sin ambages,
apoyo la posición del Obispo Rangel, por
cuanto a la búsqueda de un dialogo humanitario, a fin de parar tanta matazón de jóvenes guerrerenses. El gobierno federal y el estatal no pueden esgrimir el
imperio de la ley, porque ellos mismos se rehúsan a acatarla. Así lo patentiza
el caso de los 43.
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