Héctor Manuel Popoca Boone.
Llámese así a las
estratagemas ilícitas, por marrulleras, utilizadas para alterar o robar el
número de votos con los cuales los ciudadanos señalan su voluntad democrática
de elegir tal o cual gobernante o representante popular. Los grandes maestros
de estas triquiñuelas fueron y son, políticos y gobernantes del PRI. Emularon
la práctica del régimen dictatorial de Porfirio Díaz de rellenar urnas con
votos falsos, a favor de él mismo para poder reelegirse una y otra vez. En esa
época surgieron los denominados, peyorativamente, “mapaches políticos”.
Después de la revolución
mexicana, la alteración de los votos revive con el “dedo flamígero” del partido
único controlado por Plutarco Elías Calles. Los presidentes de la república
empezaron a elegir personalmente a sus sucesores, instruyendo rellenar las
urnas a modo. Hasta que los movimientos sociales, partidos y líderes de
oposición pusieron un alto a esta forma del PRI de permanecer en el poder como
partido hegemónico.
El repudio social fue
producto del hartazgo de la ciudadanía a un sistema político que dejo de
representar los intereses populares. Dicho rechazo se concretizo en las
elecciones de hace 30 años con el triunfo arrollador de Cuauhtémoc Cárdenas,
que le fue escamoteado a través de un gran fraude electoral a favor de Carlos
Salinas de Gortari.
En dos sexenios
posteriores, el PAN le arrebató el poder ejecutivo federal al PRI con la “ola
política” levantada por Vicente Fox, quién logró superar todas las marrullerías
empleadas por los mapaches priistas; para que años después, obstaculizara el
triunfo de Andrés Manuel López Obrador. “Haiga sido como haiga sido”, la banda
presidencial se la dieron a Felipe Calderón del PAN.
Dicen que la verdadera
encuesta se dará el 1 de julio; con los votos que se depositaran en las urnas.
Por eso será el día culminante del fraude electoral del PRI que lo ha ido
construyendo a todo lo largo de la campaña política, con el mismo molde usado
en el Estado de México el año pasado. Donde ilícitamente el aparato
gubernamental intervino descaradamente para coaccionar o comprar el voto a
favor del PRI a través de dinero, dádivas o miedo, entre otras artimañas.
En dichas elecciones,
cobró extraordinario protagonismo la “mapachería política” ejecutada por todo
el sistema político-partidario-gubernamental priista federal, estatal y
municipal. Participaron los mapaches políticos mayores, ubicados en los mandos
superiores de gobierno y del partido, que son los que planean las principales estrategias
a seguir como son: conseguir sumas millonarias de dinero, la división de la
oposición en varias vertientes, las conspicuas deserciones políticas opositoras,
la creación de candidatos independientes para dispersar el voto, así como la
coordinación de los “mapaches” que están en contacto directo con los ciudadanos.
A los mapaches menores “de tierra”, les corresponde la faena dura ya que
conocen el terreno donde viven los electores adversos al PRI que serán la
materia de su trabajo de compra, coacción o amedrentamiento, junto con el mapeo
de las sesiones y casillas opositoras.
Para ese extenso trabajo
de persuasión “sui generis” a escala nacional, requieren contar con cuantiosos
recursos económicos, la aplicación de todos los programas sociales
gubernamentales con réditos de clientelismo político; la compra, en efectivo o con
tarjeta electrónica del voto, o con el chantaje de supresión de dádivas; incidiendo
particularmente en colonias y comunidades, rurales y urbanas, caracterizados
por su pobreza y precariedad.
Están en la fase de intentar
desprestigiar al candidato presidencial triunfante AMLO, publicitando
reiteradamente sus supuestos calcetines sucios (como dijera Pablo Neruda). Los
actos de amedrentamiento o del retiro de los programas sociales están a la
orden del día. Descaradamente también distribuyen despensas del Fondo Nacional
de Desastres Naturales que estaban retenidas inescrupulosamente y el día “D” o
un día antes, harán la compra masiva del voto y de funcionarios y
representantes de casilla.
PD. ¿Cuánto costó la
deserción del PT local de la alianza que tenían con Morena? ¿Quién pago?
No hay comentarios:
Publicar un comentario