viernes, 30 de octubre de 2020

Vamos todos, al rescate de Guerrero.

 

Héctor Manuel Popoca Boone.

Guerrero necesita un gobernante veraz; que practique la congruencia entre el decir y el hacer. Estamos urgidos de hacer bien las cosas; con más ética, escrúpulos, honestidad y transparencia. En días pasados, un acontecimiento resaltó, prístinamente, la pobreza moral de un integrante de la clase política sureña. Reseño en cinco actos y un colofón lo sucedido.

Primer acto. Una revista acapulqueña erigió una serie de al menos 35 “espectaculares” desparramados en el estado, con la imagen de un playmate de la politiquería. Con la intencionalidad de dar a conocer, en forma subliminal, la querencia del susodicho de ser el timonel del barco estatal donde todos estamos a bordo. Como el presunto anhelante es poco conocido en el estado, le urge hacerse mediáticamente presente; cuando todavía no es tiempo de ese proceder, de acuerdo a lo normado en el calendario electoral.

Segundo acto. Ante una demanda presentada, contra ese acto anticipado de campaña, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Guerrero, instruyó como medida cautelar, el retiro de esos espectaculares; fijando como plazo máximo 24 horas para hacerlo. Inmediatamente después, el tribunal electoral local, en una actitud revestida de laxa legalidad y galanura, dictaminó que no había fundamentos jurídicos de sustento, para llamarle la atención o amonestar al presunto suspirante.

Tercer acto. Con descaro y desacato público, (reportaje de Alondra García, “El Sol de Chilpancingo” 25/10/2020), el presunto inició una estrategia publicitaria desaseada, pero enjabonada con un delgado manto de licitud, que no de pulcritud. De paso, el tribunal electoral, en el ámbito estatal y municipal, también emitió una pésima señal: dio a entender, metafóricamente, que los dados estarán cargados en la inminente campaña electoral local; para infortunio de la democracia, mercantilizada y vulnerable, que padece Guerrero desde años ha. El resolutivo de exoneración puede que sea legal o legaloide, pero no legítimo y mucho menos ético. 

Cuarto acto. Legalmente el suspirante, cuidó de estar libre de toda impugnación. Pero lo jurídico no siempre cimentado está en la auténtica interpretación de la verdad o realidad. De tal suerte que lo justo, se visualiza desde el ángulo o prisma en que mire el juez, la aplicación de la ley. Puede ejercitarse con “un poquito de gracia y otra cosita”, para casos donde exista empatía; o aplicarla simplemente “a secas”

Quinto acto. El camuflajeado ilícito de carácter electoral, el esperanzado lo cometió en conjunción con el director de la revista de marras, cuando la mayoría del pueblo guerrerense sobrevive en medio de una mayor pobreza y hambruna a causa de la pandemia del Covid-19, que sigue en constante crecimiento. A la vez de bofetada y agravio popular por lo dispendioso del acto, el deseoso exhibió su talante frívolo y carente de sensibilidad social. La afrenta la hace cuando más le duele a la ciudanía no tener dinero para comer; mientras él lo gasta a raudales. Los que saben, estiman que fueron no menos de 35 espectaculares, en varios municipios del estado, con un costo mensual aproximado de ¡tres y medio millones de pesos! por concepto de renta y montaje.

Colofón. Flaco favor le hace el queriente aludido, a su máximo tutor político federal y a su recién protector estatal. En especial al nacional, que se afana por ser un adalid en el combate a la corrupción, al despilfarro y sobre austeridad, un ente ejemplar. No cabe duda, “el político del mes” comienza con pie chueco su andar electoral, con su forma socialmente insultante de darse a conocer. Confirmó su identidad personal: polémica, contradictoria y cínica; ya que no únicamente divide y resta ahí donde pisa; sino que gasta más de lo que el sentido común recomienda en estas circunstancias. Por eso, yo reafirmo contundentemente, que el pueblo ya está harto de tanta maña y artimaña. ¡Vamos todos, al rescate de Guerrero!

PD. La mata del Covid-19 en Guerrero sigue dando y dando. Uf.

 

viernes, 23 de octubre de 2020

Candidato Independiente.

Héctor Manuel Popoca Boone.

 

Mi aspiración a ser candidato independiente, en el actual proceso electoral estatal para elegir gobernador del estado, la asumo públicamente, con el mayor deber ciudadano; puesto que implica caminar, por una nueva senda, que no tiene retorno ni dobles. Subrayo el carácter de independiente, porque no quiero llegar atado por ninguna facción política, interés particular o para el pago de factura económica alguna.

 

Deseo, fervientemente, como muchos de ustedes, más prosperidad y bienestar para todos; pero lamentablemente veo en el horizonte, que eso no será posible a corto plazo. De lo que sí estoy seguro, es que podemos poner nuevos cimientos; para construir una nueva realidad justa y transformadora, con un empeño general que sea permanente; y no producto tan solo de las ruinas que está dejando el actual desastre.

Desde ahora, empezaremos a caminar por esta nueva senda, de un movimiento político y social al que hemos denominado “Por el Rescate de Guerrero”.

Visualizo un futuro inmediato de cambios y transformaciones, que requerirán necesariamente de la participación activa de todo el pueblo. Sin un pueblo organizado, no será posible superar la crisis en que ha caído la salud, la educación y la economía del estado. Mismas, que demandan una dinámica reactivación, en el corto plazo. 

 

Solo con esfuerzo y dedicación; templanza y fortaleza; férrea voluntad y gran motivación; aunado a firmes convicciones, valores y principios; daremos juntos, soluciones a los sufrimientos y carencias actuales. Estos serán, desde ahora, nuestros retos a superar, en un marco permanente de paz, honestidad, legalidad, equidad y concordia.

Con la franqueza con la que me he conducido siempre afirmo, tajantemente, que debe gobernarse sin corrupción, engaños, mentiras o demagogias; sin ilícitos y sin impunidades, egoísmos o farsas. El pueblo ya está harto de todo eso.

Es necesario tener un gobierno veraz; con mayor congruencia entre el decir y el hacer. Estamos urgidos de una nueva forma de gobernar, de hacer bien las cosas; con más ética, escrúpulos y con claros compromisos sociales.

Requerimos de una racionalidad y austeridad auténtica en el gasto público. Nada de dispendios u ostentaciones de ninguna índole. Las arcas públicas quedaran semi vacías, por la debacle económica que estamos padeciendo. Estos dineros públicos disminuidos, deberán ser canalizados, fundamentalmente, para atender las principales y más urgentes demandas ciudadanas. Es importante reflexionar, que no estamos entrando a una “nueva normalidad”; nos estamos enfrentando ya, a una “cruda realidad ruinosa” para la mayoría de la población.

 

Aspiro a contender por la gobernatura en forma independiente, para tener la libertad de ofrecer una nueva alternativa política al pueblo de Guerrero. Necesitamos levantarlo, en lo social, en lo económico y en lo político; y que esta nueva visión, sea limpia, democrática, justa e igualitaria. Una visión socialmente más comprometida con las esperanzas de los que menos tienen, tanto del campo como de la ciudad. 

 

Empezaremos a construir un nuevo estilo de gobernar no viciado; que contenga formas socialmente creativas, eficaces y revolucionarias; para enfrentar mejor, los desafíos que se derivan de la actual pandemia.

 

Reconquistemos lo material perdido, pero en una forma más justa y equitativa, con paz y seguridad pública, con la vigencia de la legalidad y respeto irrestricto de todos los derechos humanos.

 

Necesitamos recuperar a Guerrero, para trabajar desde una concepción menos explotadora del ser humano y saqueadora de nuestras riquezas naturales; así como del erario público. Todo, para lograr la prosperidad y el bienestar colectivo.

 

Esta ruda realidad por la que atravesamos, me impone iniciar esta gesta que pretendo sea popular; que va más allá de lo electoral y que se enfoca, primordialmente, a despertar consciencia ciudadana para su mayor participación en el rescate de este suelo suriano. Es un nuevo sendero que surge de la adversidad para trascenderla y abrir una mejor vida a nuestras familias.

PD. Para detener el crecimiento constante de los contagios y muertes, necesario es que el gobierno estatal adopte las medidas sanitarias propias del semáforo federal color naranja y no seguir con “el gran engaño” a la población; si no quiere terminar su gestión como el gobierno de la letalidad premeditada.

 

viernes, 16 de octubre de 2020

Recapitulando la pandemia (2)

 Héctor Manuel Popoca Boone.

A la memoria del Dr. Guillermo Soberón Acevedo. Ilustre guerrerense. Maestro emérito. Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Si queremos parar los contagios, es de gran importancia establecer albergues cuarentenarios sanitarios. Destinados a personas contagiadas en fase temprana y que son ambulatorias. Así evitamos la propagación del virus en el entorno social y familiar-casero del contagiado. Aunado a lo anterior, se requiere incrementar sustancialmente la realización de pruebas (test) de detección rápida del Covid-19, para que los resultados obtenidos nos determinen el grado de positividad, dinámica y localización específica de las personas que dieron positivo. Los rastreos y acompañamientos a contagiados domiciliados, también son pertinentes. Lo mismo, mayores filtros sanitarios en las principales entradas y salidas de las poligonales y puntos de mayor infestación, como también los muestreos móviles en gente que usa el transporte público para sus traslados.

Reconozcamos que no tenemos amplia visibilidad del comportamiento del virus a nivel local. Es importante construir una plataforma de inteligencia micro territorial, para enfrentar al Covid-19 con medidas sanitarias diferenciadas y urgentes; acompañadas con la elaboración de planes concretos de control de riesgos y de acciones inmediatas a nivel zonal. De lo que se trata es de prevenir territorialmente y no lamentar después desgracias que bien pudieron haberse evitado.

Todo lo anterior, conlleva la activa participación ciudadana organizada; así como una mayor intervención gubernamental en forma unísona. Para que sea más eficaz la alerta es conveniente promoverla a nivel de manzana, barrio, colonia, cuadra o comunidad rural. La fraternidad y la solidaridad vecinal, cuenta mucho en esto; porque comprobado está que la mayor movilidad social, con medidas sanitarias laxas, exacerba las muertes y contagios.

Es contraproducente ocultar, minimizar o tergiversar la información oficial que se le proporciona a la población, sobre la situación real que guarda la pandemia. El engaño y la mentira contumaz, lo único que provocan es inhibir la consciencia y participación ciudadana; incrementando a su vez, la incredulidad en el gobierno en turno. De vital importancia es advertir a la ciudadanía que la crisis de salud por el Covid-19, empalmándose está con la temporada del virus de la influenza. Por tal motivo y aunado a los errores institucionales en el manejo de la pandemia, ésta seguirá creciendo en Guerrero, hasta que haya vacuna disponible para su distribución masiva que, según estimaciones oficiales, será hasta abril del próximo año.

A la crisis de salud y como efecto colateral, sobrevino la debacle económica. Perentorio es entonces, apoyar la economía social de los más vulnerables de la sociedad; promoviendo los grupos sociales de ahorro y crédito; las tandas vecinales; los fondos mutuales; las compras en común; las reservas colectivas para gastos catastróficos de tipo familiar… Sin abandonar los programas de empleo temporal; los créditos a la palabra para pequeños negocios, la construcción ampliada de “un cuarto más”, la operación de los comedores comunitarios y en general, los programas de protección social implementados por el presidente de la República.  

De ética obligada es suspender toda construcción de obra pública no esencial para estos tiempos y lo mismo vale para los gastos desorbitados publicitarios de imagen política; reorientando los presupuestos públicos (con todo y moche) hacia el reforzamiento de los programas para la salud de la población y de la economía popular. Hay que tomar consciencia de que a corto plazo no tendremos “nueva normalidad”; sino “renovada realidad ruinosa”. ¿Estamos preparados para enfrentarla, ante la probable segunda oleada decembrina del Covid-19, misma que estará acompañada por la influenza? Por eso, no hay que bajar la guardia y estar en observación permanente.

PD1. Hace un mes, un periódico de circulación nacional publicó: “Pese a que Guerrero regresó a color naranja en el semáforo epidemiológico, el Gobernador Héctor Astudillo ordenó mantener la apertura económica hasta en un 60 por ciento, como si estuvieran en amarillo” Este miércoles volvió a refrendarlo; la prorrogó hasta el 28 de octubre. ¡Uf!

PD2. ¿Cuántos excesos en los fallecimientos y contagios evitables quiere de más el triunvirato gubernamental, para abandonar su letal insensatez?

 

 

 

 

sábado, 10 de octubre de 2020

Recapitulando la pandemia (1).

 Héctor Manuel Popoca Boone.

Partamos de hechos básicos: No estuvimos preparados cuando llegó la pandemia, a pesar de haber tenido un margen de tiempo para hacerlo desde su aparición en China. Tomamos a la ligera su llegada. Al principio, las autoridades gubernamentales mostraron liviandad. Eso provocó, el crecimiento y expansión de los contagios y los decesos, en forma rauda y veloz.

Las primeras medidas sanitarias establecidas para su control y combate fueron muy generales y blandengues; con insuficiente información y débil difusión pública de la naturaleza mortífera del virus. La poca propaganda para tomar en serio al Covid-19, provocó que se mantuviera bajo el nivel de consciencia ciudadana en torno al virus; cuya resultante ha sido la poca y lenta participación del pueblo en su combate.

Recibimos la pandemia con un sistema de salud pública muy endeble, tanto a nivel federal, estatal y municipal. Prácticamente inexistente ha sido el funcionamiento del sistema a nivel de colonia, barrio, manzana vecinal o comunidad rural. Pronto salieron a relucir los déficits, en todos los componentes del sistema: en la infraestructura hospitalaria; en los procesos y tratamientos; en la carencia de personal, equipo, medicinas y otros consumibles.

Algunas autoridades gubernamentales sanitarias en el país, no han estado a la altura de sus responsabilidades para mantener bajo control la pandemia; es decir, detener el crecimiento continuo de contagios y decesos; para luego propiciar sus declives. Las cifras oficiales que dan cuenta del desarrollo de la pandemia, acusan un sub registro importante. Más en los contagios que en los fallecimientos.

En el caso de algunos estados de la república, la apresurada apertura de las actividades económicas y sociales no esenciales, no fue acompañada con el adecuado control y rigor en el cumplimiento de las medidas sanitarias respectivas, que no siempre fueron acatadas del todo por la ciudadanía. No pasaron de las meras recomendaciones y advertencias. Eso trajo un mayor crecimiento de los contagios y por ende de las hospitalizaciones y muertes; ya que dicha liberación se dio ¡en pleno crecimiento de la pandemia!

Las principales estrategias iniciales, contenían más acciones curativas (atender a los enfermos para que no fallecieran), que preventivas (detener los contagios). Los programas de acción, han sido de tipo general en el plano nacional y estatal; y pocos han sido los específicos y diferenciados, para el nivel municipal, micro regional y local; ya sea urbano o rural. Las acciones sanitarias han sido también, fundamentalmente, reactivas y no proactivas. Eso no nos ha permitido anticiparnos a los probables sucesos epidemiológicos; en función a las diversas dinámicas que adquiere la infestación.

Toca ahora a las comunidades, en su territorialidad y desde abajo, diseñar y aplicar en estrecha coordinación con las autoridades sanitarias, acciones específicas, ajustadas a las particularidades de cada realidad concreta. De lo que se trata es establecer un perímetro (poligonales) para acorralar y controlar al virus. Detener su crecimiento con medidas adecuadas de aislamiento y distanciamiento social; de reducción sustancial de la movilidad social, del contacto físico y del mucho aseo de manos; para luego, inducir el declive de la curva epidemiológica, con un incremento de las fortalezas inmunológicas personales y de la aplicación de la vacuna, tan por todos esperada.

*Ponencia: “Organización comunitaria y el Covid-19”, presentada en teleconferencia, a invitación de la Secretaría de Salud, Gobierno de la CDMX. (07/10/2020)

PD1. En los últimos dos meses, no ha habido un solo día, en que no hayamos tenido contagios y fallecimientos. La pandemia sigue creciendo.

PD2. Mientras sigamos con las actividades económicas y sociales abiertas al 50 % y no al 30 %, que es lo que indica el semáforo federal naranja, seguirá habiendo fuerte mortandad y los contagios, que nos obligaran a regresar al semáforo rojo. Al tiempo

PD3. Por fin, el Secretario de Turismo de Guerrero acepta que fue un error que Guerrero haya pasado al semáforo amarrillo, a pesar de que estábamos en pleno crecimiento de la pandemia.

 

 

                                                       

sábado, 3 de octubre de 2020

Hoy, Covid-19 en Guerrero.

 Héctor Manuel Popoca Boone.

A los del 2 de octubre, no se nos olvidan los 43.

Amerita que reflexionemos sobre los acontecimientos sucedidos en estas tierras del sur, en el contexto del enfrentamiento mundial contra el Covid-19; el cual lacera fuertemente a la humanidad. Necesario es hacerlo para perfeccionar nuestras estrategias de combate y volverlas más eficaces, de lo que han sido hasta ahora. La pandemia va para largo y llegó para quedarse. Luego entonces, la existencia del virus lo seguiremos padeciendo anualmente, ya domeñado, aun cuando poseamos la vacuna correspondiente.

En Guerrero, la inicial presencia, expansión y rápido crecimiento, se debió a varios factores que ya prevalecían antes de su llegada, a saber: a) tener un sector de salud pública vulnerable; b) un sistema educativo de bajo perfil académico; c) una administración pública, deshonesta y anquilosada; d) un sector político faccioso, corrupto y desapegado de los genuinos intereses populares. Todo eso mezclado, arroja con el tiempo, una población incrédula, con baja conciencia ciudadana, escasa educación cívica y poco participativa.

Las estrategias implementadas contra el Covid-19, por las tres instancias de gobierno, centraron los esfuerzos sanitarios en aspectos curativos, más que preventivos. Eso ocasionó tener como una constante, mayores contagios y decesos. La mayor parte de los recursos humanos, materiales y financieros, fueron destinados a tratar de curar y evitar que fallecieran los enfermos hospitalizados; pero no a impedir que hubiera más convalecientes, ya sea internados o de atención externa.

Ambas pistas de actuación en la salud pública (prevención y curación), son necesarias en su sincronía, prelación, ponderación y oportunidad. Como lo dijo el secretario de salud estatal: hoy estamos pagando la factura, con más contagios, hospitalizaciones, intubaciones de enfermos graves y defunciones. No estábamos preparados para enfrentar la pandemia; ni aprovechamos el poco tiempo que tuvimos de ventaja para hacerlo. Además de que ciertas decisiones gubernamentales no fueron correctas; implementándose determinadas estrategias erróneas, inoportunas, no enérgicas u omisivas; tanto en el plano nacional como en el estatal.

También desde un inicio, hubo desconocimiento de su comportamiento y posterior desarrollo. El Covid-19 resultó ser un virus letal, de expansión exponencial, del cual no teníamos, ni tenemos aún, el suficiente conocimiento para su atención sanitaria exitosa. Todos, hemos aprendido a combatirlo sobre la marcha; subsanando déficits en nuestra fuerza sanitaria pública; así como remontando la rala consciencia y participación ciudadana. No hemos estado a la altura del desafío que embarga la gran mortandad, que ya alcanza la inaudita cifra acumulada de dos mil guerrerenses muertos y 18 mil 600 contagiados en siete meses de pandemia. A razón de 9 fallecimientos y 131 contagios por día, en promedio, en los últimos dos meses; colocándonos así, con mucha pena, por encima de Oaxaca y Chiapas.

La propagación del Covid-13 es fundamentalmente terrestre, por contagio cercano y directo. La estrategia para afrontarlo tiene que ser eminentemente territorial, local, y no únicamente con el implante de medidas sanitarias generales. Es imperiosa una adecuada regionalización de las mismas, con una serie de programas específicos de acción inmediata, en función de la dinámica y grado de intensidad del virus en sitio. De lo que se trata es de acorralarlo para contenerlo, detener su crecimiento y luego suscitar su declive. El mapeo estratégico, los indicadores y parámetros para la acción inmediata, deben elaborarse a nivel de ciudad, comunidad rural, colonia y barrio; definiendo perfectamente las poligonales del desarrollo de la infestación local.

Nos ha faltado creatividad, especificidad y focalización puntual, para hacer eficaces disparos de precisión. Digámoslo claro: la decisión tomada de una apresurada apertura de las actividades económicas no esenciales, dentro de una pandemia en crecimiento, trajo como consecuencia la agudización de la misma. En Guerrero, en este tema, hemos tenido un comportamiento gubernamental fallido y letal. Aún es tiempo para recular y corregir.

PD. Mientras no sea mi familia la afectada, que siga el jale. Así dicen los inconscientes, los incapaces, los irresponsables y los egoístas de todo tipo.