Pandemia, economía y política.
Héctor Manuel Popoca
Boone.
Mas vale una
temporada en auto encierro, que una perpetuidad en entierro.
PANDEMIA. El gran desastre humano que hoy tenemos en Guerrero a causa de la
pandemia del Covid-19, fue catapultado a finales del año pasado por la
insensatez, imprudencia, irresponsabilidad, soberbia y obcecación del
gobernador del Estado que, junto con el secretario general de Gobierno y el secretario
de estatal de Salud, son quienes en última instancia, firman los acuerdos
oficiales mediante los cuales dan a conocer las diversas medidas sanitarias de
obligada observancia por la ciudadanía, en las diversas actividades económicas
y sociales consideradas no esenciales, de acuerdo al color determinado en el semáforo epidemiológico
estatal.
El 21 de diciembre del año pasado, poco
antes de las fiestas de Navidad y de fin de año, el gobernador anunció que el semáforo
estatal pasaba del color naranja (Riesgo Alto), al color amarillo (Riesgo Medio)
en los municipios de Acapulco, Chilpancingo e Ixtapa Zihuatanejo. Que son,
junto con Iguala y Taxco, los principales epicentros municipales de la pandemia
en estas tierras del sur. Privilegiando así, a las claras, el cuidado de los
negocios y no la salvaguarda de la vida y salud de los guerrerenses.
Las fatales consecuencias que ocasionó tal decisión, las estamos sufriendo
ahora; al tener un exceso de fallecimientos y contagios, junto con colapsos
hospitalarios focalizados. Situación que pudo ser evitable, y así lo advertimos
por distintos medios de comunicación a las autoridades responsables. Después de
empujar al niño al pozo, lo quisieron tapar demasiado tarde. Tuvimos que
regresar al semáforo color naranja. También fue demasiado tarde, puesto que la
pandemia descontrolada nos ha obligado a retroceder al color rojo; es decir, de
“Riesgo Máximo”.
ECONOMÍA. Los datos que da a conocer el INEGI indican la magnitud del
efecto colateral más grave que suscita la pandemia: el deterioro de la economía
popular. Ésta ha quedado abruptamente desplomada. Muy disminuidas están la
inversión, el empleo, la producción y comercialización de bienes y servicios; así
como el funcionamiento de muchas micro y pequeñas empresas de índole familiar, por
no haber poder de compra popular que de existencia a la demanda efectiva.
A la mortal asfixia respiratoria y
obstrucción cardio-vascular, que provoca el Covid-19; se le une la estrechez aguda
si no es que inanición económica. En Guerrero, los primeros sufrientes son los
de siempre; los condenados a ser parias en su propia tierra: los carentes de
los bienes para una elemental sobrevivencia.
La economía sureña que vulnerada ya estaba, ahora lo está más. Al ser muy
dependiente de consumos de mercancías y servicios traídos de fuera. Es una
economía generadora de prácticamente productos primarios sin mayor valor
agregado. Menguados están sus recursos naturales por estar semi agotados, depredados
e históricamente saqueados, por empresas de voraz vocación extractivista. Eso,
ha hecho que tengamos una mono actividad económica de mercado: el turismo, en
su modalidad de enclave, como la columna vertebral de la economía estatal. Aun
cuando ahora empieza a tener auge la minería a tajo abierto, altamente
mecanizada y sumamente contaminante.
Todo lo anterior en el contexto de una desigualdad social brutal y
sempiterna. Con un muy bajo nivel de desarrollo humano, en cuanto a nutrición,
salud, educación e ingreso familiar se refiere. Esas son, junto al abandono del
campo y de las zonas indígenas, las principales causas por las que estamos dentro
de una crisis económica que nos empieza a circundar en forma de una vorágine
ascendente y avasalladora. La mayor intensificación de la pobreza social, ha
traído el incremento de la delincuencia de toda índole y de un egoísmo,
individualismo y agandalle exacerbado, como nefandos modos de conducta civil que
se hacen presente ya, en los principales centros urbanos.
POLÍTICA. Sorprende que en las nuevas medidas sanitarias publicadas en el periódico
oficial del gobierno del Estado, el pasado
27 de enero y que regirán hasta el próximo 14 de febrero del año en
curso-, no se haga mención específica a las medidas concernientes a la
actividad política-electoral; no siendo que, en este mes transcurrido, hubo una
verdadera orgía imparable de concentraciones, aglomeraciones, marchas y
reuniones, promovidas por políticos de diversos partidos, en el marco de la
contienda electoral sin observancia de los debidos protocolos sanitarios.
PD1. Mi candidatura moral
independiente para ser jefe de gobierno, sigue vigente. Hoy más que nunca participaré
legítimamente en el marco de la contienda electoral; tratando de contribuir a
libertar conciencias ciudadanas, para lograr un sufragio efectivo y
reflexionado; no vendido, engañado o coaccionado.
PD2. Mario Moreno, candidato del PRI a la gubernatura,
manifestó su compromiso de continuar con la misma forma de gobernar del mandatario
estatal en turno. ¡Sálvese quien pueda!
porelrescate@outlook.com
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