Héctor Manuel Popoca Boone.
Con especial dedicatoria
a los sectarios, que denostando están a cuanta persona difiere de ellos. No
siendo que la verdad, es lo único que nos hará libres.
Jorge G. Castañeda, columnista de El Sur y de otros medios a nivel nacional,
analista político, escritor, catedrático, integrante de la “comentocracia”
nacional, además que en sexenios atrás fuera Secretario de Relaciones
Exteriores, publicó el pasado lunes -y lo amplió el día de ayer- en este diario,
un artículo de opinión de alcance nacional, bastante interesante, donde nos
comparte una relevante presunción política, que a mí me proporciona elementos
nuevos para explicarme varios aconteceres de la política en Guerrero, en torno
a las elecciones del próximo 6 de junio.
Con indicios reunidos de tres años a la fecha, nuestro compañero
articulista casi está convencido que, en la campaña presidencial de 2019, donde
obtuvo un triunfo arrollador Andrés Manuel López Obrador (AMLO), candidato
presidencial de MORENA, se debió en parte a que tuvo el apoyo importante, a
tras mano, del presidente saliente, Enrique Peña Nieto (EPN) a la sazón, principal
dirigente factual del PRI; y que, por eso, actualmente goza de impunidad.
La conclusión a que llega Castañeda, es que hubo un “pacto” del entonces
presidente Enrique Peña Nieto (PRI) con el entonces candidato Andrés M. López
Obrador (MORENA), para favorecer la campaña presidencial de este último. Ese
fue el pacto “PRIMOR”, hasta ahora no desmentido por los protagonistas. ¡Chúpale
Pichón!
Una de las señales de ese pacto, PRI-MORENA, de ayuda política subrepticia,
fue descarriar la candidatura ascendente del entonces candidato del PAN,
Ricardo Anaya, cuando inesperadamente la Fiscalía General de la República le formula
una acusación de supuestos ilícitos hacendarios, en torno a la compra-venta de una
gran bodega de su propiedad en Querétaro. Cuestión que fue de amplia
resonancia; posibilitándole a AMLO ganar algunos puntos adicionales de ventaja.
Al mismo tiempo, el presidente Peña Nieto instruye a gobernadores priistas para
que en sus respectivos estados le “arrimen” más votos al candidato de MORENA.
Menciona Jorge G. Castañeda que uno de los mandatarios estatales destacados en
esa labor fue el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores (HAF).
Esa presunción da asidero a posibles respuestas en torno a interrogantes
sobre la simpatía pública que ya como presidente de la República, AMLO le ha
prodigado al gobernador en diversas giras presidenciales que ha hecho a
Guerrero; que, en hechos concretos, por ejemplo, fue permitirle operar de facto,
el Programa federal de Fertilizante Gratuito; que devino en sonoro fracaso en
su primer año de su aplicación semi centralizada.
De igual manera puede explicarse así, la inusitada disculpa pública que el
presidente AMLO le brindó al gobernador HAF, en un evento oficial en Tlapa;
donde un grupo de militantes de MORENA y del público en general, interrumpió en
forma vociferante e irrespetuosa el discurso que el gobernador estaba
pronunciando. Ese hecho después ameritó, en lo discreto, un jalón de orejas
presidencial al malogrado político y superdelegado federal, Amílcar Sandoval
Ballesteros, que recibió la indicación de convertirse en el “mozo de estoques”,
del gobernador priista guerrerense.
En su siguiente gira por estas tierras del sur, sorpresa causó a muchos, la
respuesta subliminal que el presidente AMLO manifestó, cuando un reportero le
preguntó sobre el perfil deseable que debería tener el próximo gobernador de
Guerrero; respondiendo con una gesticulación sonriente de su cara, dirigida a
quien estaba a su lado en el templete; y que era nada menos que el gobernador de
Guerrero que tiene ¡herraje del PRI! Así consta en las crónicas y videos de los
diversos medios asistentes al evento.
Conclusión: muy posiblemente el gobernador HAF apoyará con la mano derecha
al candidato del PRI y con la mano izquierda a la candidata de MORENA; asi se
asegura total impunidad de post mandato.
PD1. Como candidato moral a la gubernatura, convoco de nueva cuenta, al
electorado decepcionado, irritado, indeciso o indiferente (40 por ciento), a
salir a votar el próximo 6 de junio y tachar con una X toda la boleta electoral
para elegir gobernador. Será un voto nulo, que se contabilizará y será un indicador
de repudio (no de abstencionismo), a un sistema electoral mercantilizado,
mafioso, corrupto, falsario y, por ende, con graves grietas anti democráticas.
PD2. Ojalá ya estén completamente limpias las barrancas y encauces que
conducen las aguas pluviales del anfiteatro de Acapulco al mar de la bahía.
porelrescate@outlook.com
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