domingo, 27 de noviembre de 2022

Por un INE: autónomo, imparcial, eficaz y austero.

 Héctor Manuel Popoca Boone.

¿Alguien ha visto a Vicente Suastegui Muñoz?

 

La principal disputa en el campo electoral que tenemos en puerta, gira en torno a ¿qué tipo de institución controlará y dictaminará las próximas elecciones federales y estatales? En mucho contará la configuración de su estructura orgánica, las leyes, reglamentos y requisitos que la regirán; los recursos humanos, materiales y financieros de los que dispondrá; así como su real sometimiento a la rendición de cuentas y entrega de resultados, en forma honesta y transparente, para el buen acatamiento civil de sus resolutivos.

 

Ese es el quid de la pretendida reforma electoral enviada al Congreso de la Unión por iniciativa presidencial. Lamentablemente, buena parte de la clase política dirigente del país, los gobernantes; los mandones de territorios regionales y los del poder económico-financiero, siguen considerando el voto electoral ciudadano como manipulable, comprable y, por tanto, controlable …hasta cierto punto.

 

Recordemos que en la actualidad tenemos una democracia dominada por una partidocracia mercantilizada, que cuenta con vastos recursos económicos públicos y se desenvuelve a sus anchas, en un universo electoral de bajo nivel educativo y de pobreza social generalizada.

 

También es desmesurado el monto del erario fiscal que para su funcionamiento se le asignará el próximo año electoral; frente a un semi estancamiento con inflación económica nacional que impone una férrea austeridad; si es que no queremos arribar a la nefasta devaluación de la moneda. Todo eso, en el marco de un país con una amplísima desigualdad social, que alberga a más del 60 por ciento de su población total en condiciones de pobreza y con serias carencias en los sistemas cuasi colapsados de seguridad pública, educación, salud, vivienda, alimentación y nutrición. Por no decir de la insuficiente creación de empleos y de inversión productiva.

 

México se distingue por tener uno de los procesos electorales más oneroso a nivel mundial; arriba de los países más ricos del planeta. Hoy, los directivos y altos funcionarios del INE reciben los sueldos y salarios más altos del país, además de otros privilegios económicos, que no gozan el resto de los funcionarios de la administración pública federal.

 

De consideración no menor, están las muy codiciadas “prerrogativas electorales”, recibidas anualmente por los partidos políticos, también provenientes del erario público, destinadas a sufragar sus operaciones cotidianas; incrementándose, sustancialmente, en los años de campañas electorales porque también están destinadas a financiar ¡las campañas electorales de sus candidatos! en virtud de que las cuotas de los militantes son ínfimas y famélicas sus finanzas propias, no obstante que algunos partidos practican la extorsión mensual en la nómina salarial, por puesto laboral otorgado. Huelga decir que los financiamientos externos vergonzosos provenientes de los barones del dinero y de la droga, están en el orden del día.

 

El excesivo financiamiento a los partidos políticos ha dado lugar a la creación de una partidocracia cuasi mafiosa que se mueve más por conveniencias e intereses de grupo que por convicciones o ideales. Hoy la postulación a ser candidat@ puede estar también a disposición del mejor postor. El resultado es que tenemos procesos electorales corruptibles, con enraíce en la compra, al cash o en especie, de conciencias, dignidades y de votos.

 

Conclusión: El INE siempre ha estado bajo el asedio, en mayor o menor grado, de las presiones políticas y económicas ilegitimas de los gobernantes en turno, a efecto de imprimirles determinado sesgo político; y del no acatamiento íntegro a la voluntad real de los ciudadanos; haciendo a un lado el espíritu de las normatividades, hipócritamente por todos aceptadas, más nunca del todo acatadas; los recovecos para eludirlas legalmente es lo imperante.

 

Dejo para una próxima entrega, el tema del costo-rendimiento para el pueblo, de sufragar el descomunal ejército de la parasitología política nacional, conformado por las legiones de políticos profesionales y legisladores, federales y estatales, así como de los numerosos batallones de regidores.

 

PD. La Auditoría Superior de la Federación informó que, dentro de los seis estados de la república que peor usaron los recursos públicos federales, entregados para su aplicación en el año 2020, se identificó a Guerrero con más de 3 mil millones de pesos observables, en la cuenta pública nacional. Las principales irregularidades detectadas se localizaron en el sector salud, educación y seguridad púbica. (El Universal, 21/noviembre/2022). Por su parte, el Auditor General Estatal, en reunión cerrada, entregó a diputados locales comisionados, solo recomendaciones sin especificar montos y conceptos de su Cuenta Pública. (El Sur, 29/octubre/2022). ¡Uf!

 

 

 

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