Héctor Manuel Popoca Boone.
Más que enfrentarse a un ejército, es
preferible sobornar a sus generales. El jefe es el jefe; hasta que deja de
serlo.
Doy continuidad a la
exposición de párrafos seleccionados del libro de AMLO cuyo título es similar
al de éste artículo: “Porfirio Díaz expresa que el asunto para él (el de
gobernar) no era de legalidad, sino de fuerza y ésta fue, desde el inicio su verdadera
convicción, …el Diario Oficial, que reproducía con estilo el pensamiento de
Díaz, descalificaba a la oposición lerdista con la máxima, según la cual,
“desde que el mundo es mundo, (la victoria) ha sido decidida por la fuerza”,
porque sin el poder militar, las convicciones, la perseverancia y la abnegación
de los opositores no pasarían de ser “…virtudes muy relevantes, pero
perfectamente inútiles”. Este pensamiento no solo se convirtió en la razón de
ser más íntima del Porfiriato, sino que continuó siendo, hasta la actualidad
(2014) el criterio básico del quehacer político de los hombres de poder en
México. (p.23).
Ante el salvaje episodio
(“mátalos en caliente”) …obligó al gobierno a iniciar una investigación, pero
sin voluntad sincera de justicia, solo para salir del paso y, con el tiempo,
mantener la impunidad, como se volvió costumbre muy pronto. (p.28)
Porfirio Diaz tenía
oficio y sabía del manejo político, pero lo esencial en él era su vocación de
mando sin límite. Su mérito fue saber esconder esa autenticidad como pocos, al
grado que en el proceso de construcción del poder absoluto que detentó, fue
creando una cultura política caracterizada por el disimulo. (p.29)
…sabía que no podía
gobernar con la Constitución (de 1857) pero, en vez de reformarla, optó por
respetarla en la forma para burlarla en el fondo; así mismo si limitar el
sufragio universal, él y su grupo se convierten en los grandes electores. Es
decir, acepta el sincero realismo de los intelectuales, cuidando las formas,
con el arte del disimulo. (p.33)
José María Vigil, con su
sensibilidad y buena pluma, el 16 de octubre de 1878, asegura que Porfirio se
proponía gobernar al país según su propio albedrío, al margen de la
Constitución. El Parlamento, decía, es ya un nuevo departamento del Ejecutivo y
…considera que el Ejecutivo se ha creído el dueño absoluto de la situación, el
director exclusivo de la política. Su influencia absorbente se hace sentir en
donde quiera y, todos sus esfuerzos se dirigen a nulificar los obstáculos que
puedan presentársele, y a hacer preponderar sobre todo sus ideas, sus intereses
y aun sus caprichos… pudiera decirse que vivimos bajo un régimen calcado sobre
el patrón del zar de Rusia. (p.34-35)
En ese tiempo se inventó
la regla no escrita de que tocaba al presidente la designación de diputados
federales, senadores, magistrados de la Corte y la postulación del candidato a
la presidencia de la República; por su parte, los gobernadores nombraban a
diputados locales, jefes políticos y presidentes municipales. El primer ensayo
de lo que popularmente se conoce como dedazo, se realiza cuando Porfirio impone
a Manuel González como su sucesor. Tiempo después, ésta practica se convertiría
en una de las reglas de oro de la política mexicana, con el ceremonial conocido
como “el destape”. En esta maniobra, Porfirio mostró sus dotes de político
marrullero. Primero guardó silencio, mientras operaba en la sombra; luego,
“destapó” a su candidato y lo rodeó de apoyo público prefabricado. (p.43)
En sus primeros cuatro
años en el poder, Porfirio había definido los lineamientos básicos de lo que
sería su largo mandato y la forma de hacer política para conservar el poder por
encima de todo. Ya tenía listo el esquema general de lo que sería el Porfiriato
con sus rasgos principales: el recurso de la fuerza para dominar; la simulación
como forma de gobierno; el fraude electoral; la centralización del poder; el
sometimiento de la prensa. En otras palabras, habría colocado los cimientos que
sostendrían el edificio de una dictadura encubierta que imaginó eterna.
Actuando en contra de todo lo que había prometido en los planes de la Noria y
Tuxtepec para regenerar al país mediante la aplicación del principio de la no
reelección. Porfirio, el gran simulador, tenía todo listo para perpetuarse en
el poder. Primero con la imposición de un mandatario a modo y luego con la
triquiñuela de la paz y el progreso para justificar seis reelecciones
presidenciales consecutivas. (p.48)
Y hasta aquí dejo la reseña
del libro de AMLO, escrito en 2014; dejando al lector su lectura completa para
discernir que tanta similitud guarda su mandato presidencial, con el de Porfirio
Díaz.
PD1. Felicito a los que
han hecho posible la existencia de radio UAGRO, al haber conseguido su licencia
federal de funcionamiento, después de la friolera de ¡40 años de duro trámite
burocrático! Larga vida, les deseo, con la libertad de expresión que los
caracteriza.
PD2. Haciendo valer su personal
decisión inicial, el presidente AMLO ya entregó subliminalmente la presidencia
de la República a la candidata seleccionada por él mismo. Como Gobernador Moral
de Guerrero y con esta fecha, convoco a todos los mexicanos a que, desde nuestros
territorios y trincheras de trabajo, iniciemos un movimiento de rescate de
nuestra soberana democracia vulnerada y burlada por el caudillo en el poder.
porelrescate@outlook.com
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