Héctor Manuel Popoca Boone.
De las elecciones pasadas, el Partido Movimiento
Ciudadano (MC) emerge como la tercera fuerza político-electoral en Guerrero,
bajo el liderazgo de Luís Walton. Viene a aportar al espectro de la política
estatal mayor pluralidad democrática, nuevos enfoques y estilos de gobernar y
una mayor apertura para que la ciudadanía participe activamente en la política.
Irrupción que se realiza en buena hora por el predominio creciente de la
partidocracia que es, a final de cuentas, el gobierno exclusivo de los
dirigentes políticos partidarios, sin tomar en cuenta a la militancia y mucho
menos a la sociedad civil.
El MC reafirma la convicción de muchos ciudadanos que
el cambio, la alternancia en el poder y la transformación social deben ser
encauzados por la vía democrática, a través del voto en la paz y sin violencia.
Está en contra de los oligarcas de la política y de la economía neoliberal
mexicana, que han venido moldeando gobernantes acotados y subordinados a sus
intereses particulares y al de sus congéneres del extranjero, desde hace
treinta años.
El resultado de su participación político-electoral
fue decoroso para el MC en los pasados comicios. Sumó 114 mil votos, mismos que
le permitieron acceder, como autoridades municipales electas, a 6 presidencias
municipales, 6 sindicaturas y 81 regidores con presencia en 45 municipios.
Además, por la vía plurinominal tiene en su haber, una diputación federal y dos
diputaciones estatales.
La importancia de su crecimiento en Guerrero estriba
en que ya es una fuerza política imprescindible de tomar en cuenta para
incrementar las probabilidades de triunfo con partidos políticos progresistas,
en futuras alianzas y coaliciones electorales. Hoy en día el MC se ha
convertido en fiel de la balanza y bisagra política electoral por lo que
respecta a la gubernatura estatal y a otros puestos importantes de elección
democrática. Sus militantes y simpatizantes han tomado consciencia que pueden
influir en el destino de Guerrero a través de su participación ciudadana
concretada en el voto electoral.
Cierto, el MC corre el riesgo que se le cuelen uno que
otro político corrupto colmilludo que trate de pasar como limpio ciudadano
interesado en la política. Aun cuando no está exento de eso, los principios
políticos de honestidad y transparencia que sustenta su ideario, lo vacunan, en
buena parte de los casos, de los avezados en las malas artes de hacer política
para provecho personal y no de la gente.
El fuerte crecimiento que tuvo el MC con sus genuinos
votos (sin ir en coalición) radicó básicamente en la apertura de sus
candidaturas a la ciudadanía no militante. Puso a disposición de ciudadanos, la
mitad de ellas. No solo lo hizo con personas sin militancia, sino también con
organizaciones sociales fraternas, sin el requisito de afiliación. A diferencia
de los otros partidos que ofertaron sus candidatos previamente seleccionados a
los electores, el MC lo hizo al revés.
Esa postura política además de oxigenar la vida
democrática del Estado, lo ha convertido en un partido político que privilegia y
promueve, con mayor énfasis, la participación ciudadana, la socialización de
sus opiniones y la exigencia del cumplimiento de las demandas sociales, así
como la posibilidad real de ser protagonistas en la toma de decisiones
político-gubernamentales del Estado. Sin dejar de mencionar su contribución a
una mayor y mejor cultura política de la sociedad civil. Consiguió de esta
manera un número decoroso de presidentes, síndicos, regidores y legisladores-ciudadanos
a través del voto.
PD1. Por su involucramiento político en la masacre de
Iguala, moralmente era imposible el triunfo del PRD en las pasadas elecciones
para la gubernatura del estado.
PD2. Me uno al reconocimiento público realizado al
diputado Ricardo Mejía Berdeja del MC, por su destacada labor como legislador
federal.
PD3. Respecto a los repudiables sucesos acaecidos en
Iguala, estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por el gobernador electo
Héctor Astudillo Flores: Ni perdón, ni olvido. ¡Justicia!
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