Héctor Manuel Popoca
Boone.
Los tres partidos
políticos que en México captaban la mayoría de los votos ciudadanos hasta en
las últimas elecciones habidas en el 2015 (PRI, PAN y PRD), no cumplieron con
las esperanzas y expectativas deseadas por la mayoría del pueblo; esto es, salir
del bache profundo en que estamos atorados con una economía estancada, una
política minusvalorada y una violencia-delincuencia social, desbordada.
Sangre, lágrimas y
carencias. Es lo que le han proporcionado a la mayoría de la población esas
organizaciones políticas, cuando han sido gobierno. El marco de comportamiento
civil e institucional que han alentado ha sido de gran corrupción e impunidad, de
aplicación de la justicia al mejor postor, de avidez económica inhumana, todo
eso aderezado con procesos de democracia electoral muy mercantilizados, que han
abierto la puerta de par en par a la injerencia activa y financiera de la
narco-política que ha provocado un desgobierno nacional.
La nobleza y generosidad
del pueblo, ya de suyo demasiado lastimadas, no dan para más. Difícil es
otorgarles adicionales oportunidades de confianza y credibilidad. La trilogía partidaria
fallida, anteriormente mencionada, hizo de la alternancia en el poder un
ejercicio de gatopardismo en su más
clásica expresión. Es decir, hacer más de lo mismo, pero con diferente fachada
y color. Seguro estoy que muchos seguidores y militantes de esos partidos mudarán
en el 2018 a otras opciones políticas; tratando de encontrar la diferencia que
a muchos les fue prometida y por nadie cumplida.
La pérdida y dispersión
de votos del PRI, PRD y PAN, tendrán como destino final partidos políticos
pequeños o en proceso de crecimiento, candidaturas independientes o el
abstencionismo. “Cacharan” más votos aquellos partidos políticos que no hayan demostrado
ser rémoras de otros o que sus dirigentes nacionales o candidatos
independientes no hayan evidenciado deseos fuertes de medrar y enriquecerse personalmente.
No debemos olvidar que nuestro oneroso sistema nacional democrático electoral y
los respectivos estatales, han permitido que, gracias a la corrupción, la
oposición política institucional sea buen negocio económico de índole familiar
o grupal para la mayoría de los dirigentes.
Es por eso que, como
producto de la decepción ciudadana, de nueva cuenta aparece la idoneidad de la candidatura
a la presidencia de la república de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), para
los próximos comicios del 2018. Su perseverancia y tenacidad, acompasada con
sus firmes principios ideológicos, a pesar de los fraudes y triunfos
escamoteados en diferentes ocasiones en que ha contendido, lo colocan en la radiografía
política actual, como uno de los punteros a nivel nacional.
No en balde, ahora AMLO
está tratando de construir puentes con diferentes segmentos sociales que antaño
lo estigmatizaban; ha suavizado su tajante deslinde con la “casta divina” que detenta
el poder en México. Fue aquí, en Guerrero, en Acapulco, semanas atrás, donde
públicamente ofreció salvaguardas a quienes han saqueado al país de antaño. Sabe
bien que no puede ganar por si solo y su partido Morena.
Si además de eso, AMLO le
baja dos rallas a su vocación caudillista y sectaria, también atraerá hacia su
persona votos de militantes y ciudadanos progresistas, que manifiestan renovado
hartazgo por los estragos sociales, que los estilos neoliberales de gobernar han
provocado en la economía de la mayoría de los mexicanos; así como en el
deterioro acelerado de una sana y segura convivencia social cotidiana.
La realidad imperante y el
empeño de AMLO de pugnar por una república socialmente rehabilitada lo han
hecho el pre-candidato a considerar y a vencer por todos los demás. Requerido
será suscitar fuerte empatía popular para que se forme la gran ola política, el
tsunami electoral, que arrolle la compra del voto y evite la parálisis civil
por amedrentamiento o temor previamente infundido.
PD1. ¿Pero qué necesidad
de haber invitado al patán de Trump a nuestro país?
PD2. En los últimos tres
años, el déficit financiero de la Universidad Autónoma de Guerrero se ha
triplicado. Cosas de la universidad-partido
No hay comentarios:
Publicar un comentario