viernes, 28 de octubre de 2016

Más educación, menos negocio.


 A la memoria de Carlos Reyes Romero, amigo. Luchador social. A dos años de su fallecimiento.

Héctor Manuel Popoca Boone.

Fueron confirmadas, por estudiantes de nivel superior del Instituto Salvador Allende (ISA) de Acapulco, las presunciones de corrupción académica y voracidad económica de parte de directivos de la UAG y de sus prestanombres, los directivos del ISA, que se enriquecen ilegítima e impunemente, escudados en una vilipendiada autonomía universitaria.

De acuerdo con el reportaje de Jacob Morales Antonio, publicado los días 19 y 20 de octubre pasado en El Sur, estudiantes del ISA bloquearon la Av. Wilfrido Massieu. La protesta pública fue por lo siguiente: Despido de maestros en forma arbitraria. Los estudiantes acusan que los directivos del ISA despidieron a siete maestros, porque se negaron a reprobar injustificadamente a alumnos con el objeto de obligarlos a cursar de nueva cuenta las materias y perder así la beca que tenían; todo eso, para que el Instituto obtenga mayores ingresos por pagos adicionales de colegiaturas. También repudian los altos cobros por la expedición de documentos académicos.

En el plantel educativo de marras, existe hacinamiento en espacios inapropiados, donde algunos alumnos toman clases hasta en un número de 70 por aula. Siendo un instituto privado, los alumnos de ciertos sistemas semi-escolarizados asisten a sus sesiones educativas en ¡instalaciones de la UAG! El Director del ISA, Fernando Saavedra, es a la vez, Director del Sistema Abierto en Bachillerato de la preparatoria 7 de la UAG. Su hermano, el Sub Director, Carlos Saavedra Sánchez, es también coordinador administrativo de la Zona Sur de la UAG. Es un rumor fuerte y expandido que el dueño a tras mano del ISA es el actual rector de la UAG, Javier Saldaña Almazán.

Al inicio del ciclo escolar, a los maestros empezaron a pagarles la hora-clase a 100 pesos, pero luego la bajaron a 70 pesos. A los alumnos de nuevo ingreso los obligan a tomar un curso extra de inglés con un costo de 24 000 pesos como materia propedéutica. Los que ya dominan la lengua, tienen que realizar un examen de certificación con un costo de 4 000 pesos. Por concepto de inscripción cada alumno paga dos veces al año un monto total de 4 000 pesos. Por concepto de colegiatura mensual, empezaron cobrando mil pesos y después la subieron al doble. Por un certificado parcial de calificaciones el ISA les cobra 16 000 pesos, por un certificado de técnico en enfermería, 20 000 pesos. El certificado de licenciatura cuesta 50 000 pesos.

Los directivos obligan a los estudiantes a comprar su desayuno y comida dentro de la escuela. Lo mismo pasa con la compra del material de prácticas de odontología y química. Es necesario tener en cuenta que la mayoría de los estudiantes son de bajos recursos económicos que no pudieron ingresar a la UAG.

Como el ISA no tiene certificación oficial en algunas de sus carreras de salud, obligan a los alumnos a realizar sus prácticas en hospitales y centros de salud pública como si fueran universitarios de la UAG, es decir, usando gafetes, documentos y uniformes con el logo de la UAG. Al descubrirse tal fraude, los hospitales han tenido que impedir la entrada a los alumnos del ISA que llegan con dicho camuflaje.

Este muy lucrador instituto, ofrece 18 licenciaturas (de las cuales la UAG ha certificado solamente cuatro), tres maestrías y 4 especialidades sin especificar certificación alguna. O sea, muchas de ellas son carreras académicas “patito”.

Extrañamente, todas las negociaciones con los alumnos inconformes fueron realizadas por funcionarios y directivos de la UAG. Fueron insistentes los negociadores en dejar claro que el rector de la UAG, Javier Saldaña, no tenía absolutamente ninguna relación con ese cuestionado Instituto.

Curiosamente al final, los funcionarios de la UAG dijeron que todas las irregularidades serán investigadas y analizadas por el Consejo Universitario, que como todo mundo sabe, está en su mayoría domeñado por preclaros dirigentes universitarios, flamantemente uniformados por la actual Universidad-partido; quienes están elaborando sus documentos básicos: Declaración de principios, programa de acción y estatutos. ¡Uf!

sábado, 22 de octubre de 2016

Primer año de gobierno.


Héctor Manuel Popoca Boone.

El gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores (HAF), ha tenido que cumplir con sus responsabilidades institucionales en condiciones de suma adversidad en su primer año de mandato. Este estuvo enmarcado por diez factores socialmente apocalípticos, entre otros: 1) Violencias, 2) delincuencias, 3) falta de empleos, 4) ineptitudes institucionales, 5) arcas públicas semi-vacías, 6) abismales desigualdades sociales, 7) pobreza generalizada de la población, 9) carencia de justicia integral, pronta y expedita y 10) Corrupción e impunidad.

Afortunadamente ha sabido mantener la ecuanimidad ante la mar de infortunios socioeconómicos que aun imposibilitan alcanzar los mínimos deseables de seguridad pública, por todos anhelada. Ha tenido claro-oscuros su desempeño, como todo lo humanamente realizable. Lo políticamente más inoportuno fue haberle otorgado su respaldo político al presidente de la república, a raíz de la invitación y recepción oficial al patán racista y violentador misógino de Donald Trump.

La mayor injusticia observada, por ser de competencia estatal, es mantener encarcelados a varios comandantes indígenas de la policía comunitaria. A sabiendas de haberse violado el debido proceso legal en sus detenciones. Mantenerlos en la cárcel solo es explicable por instrucciones políticamente superiores, emanadas más allá de la territorialidad que gobierna HAF.

Antidemocrático fue subordinar, en los hechos, a los poderes legislativo y judicial locales. Que, por lo demás, por la mediocridad de sus desempeños como contrapesos del poder ejecutivo no se ha perdido nada, exceptuando las actuaciones de las fracciones parlamentarias de MC y Morena. El mantener un Estado de derecho, contrahecho, no es lo más benéfico para Guerrero.

Sigue existiendo poca transparencia en la información institucional solicitada y en la rendición de cuentas y resultados a la ciudadanía. Prueba de esta opacidad es la exclusión del ciudadano especialista en la materia, Marcos Méndez Lara, en el comité consultivo contra la corrupción, impunidad y ética, que pomposamente fue recién establecido.

Signo de madurez gubernativa fue no concitar conflictos gratuitos con los gobiernos municipales ni con el gobierno federal. Por el contrario, el respeto y coordinación exhibida contribuyeron a acrecentar los niveles de gobernabilidad urgentemente necesarios en estas indómitas y laceradas tierras.

Máxima tolerancia ha mostrado HAF al soportar, estoicamente, diversos dislates de algunos de los integrantes de su gabinete de trabajo y sus bajos rendimientos demostrados, cuestiones que le han provocado más de un dolor de cabeza y no poca vergüenza. Prescindible es, por ejemplo, el nepotismo demostrado por su jefe de gabinete al tener a su hijo como asesor personal cobrando en la nómina gubernamental. Y eso no es una cuestión de percepción, como diría mi amigo Ernesto Rodríguez Escalona.

En la búsqueda de acuerdos y alternativas de solución, HAF ha escuchado y dialogado con las variadas organizaciones sociales que expresan diversas demandas de la población. A veces presentadas utilizando métodos no deseables de presión o incluso, cayendo en francas conductas delictivas.

Los actos más solidarios con su gobierno, por constancia y empeño, han sido los demostrados por la maestra Mercedes Calvo que, con su activismo y empatía personal, ha ayudado en mucho a retejer el desgarrado entramado social.

Lo más plausible de HAF ha sido su cercanía como gobernante con el pueblo, sobre todo en escenarios de sangre, lágrimas y carencias. Sus recorridos por los 81 municipios del estado hablan bien de gobernar al ras de la calle y junto al surco, ante los pocos márgenes de acción provocados por las crisis acumuladas de gobernanza heredadas de los malos gobiernos que le antecedieron.

PD. Carecemos de autoridad moral para solicitar un rescate financiero federal por 15 mil millones de pesos, por impuestos no enterados a la propia SHCP en administraciones anteriores, sin que antes no se llame a cuentas a los responsables de esos descomunales desfalcos, sin que haya impunidad de por medio.

martes, 18 de octubre de 2016

El voto por el voto mismo.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Las declaraciones del diputado, Sebastián de la Rosa, ante una comisión interna del PRD que investiga el grado de involucramiento que tuvo dicho partido en la barbarie de Iguala acaecida hace dos años, fueron francas y valientes. Dijo que la guía motivacional de los principales dirigentes del PRD estatal para haber seleccionado a Arturo Abarca como candidato del PRD a la presidencia municipal fue que les garantizaba un buen número de votos al partido. Lo hicieron sin importar sus antecedentes de comportamiento ciudadano o político, como tampoco algún grado de afinidad con la ideología o principios que enarbola ese partido.

Poco importaba los propósitos últimos que Abarca y su señora persiguieran, de llegar a triunfar y lograr gobernar el municipio de Iguala. Lo que les interesaba a los dirigentes del PRD fueron las conveniencias de lograr el mayor número de votos, así sea el que fue poco después el atroz asesino de uno de sus correligionarios. Eso es hacer política con pragmatismo y sin escrúpulos. Y esa fue la perdición del PRD en Guerrero.

Otro factor de riesgo en la selección de candidatos (as) hampones en cualquier partido político es la puesta en venta de las candidaturas municipales o distritales y otorgárselas a los mejores postores, potestad por la cual los dirigentes grupales del partido obtienen jugosos dividendos económicos. O bien sea que los capitostes se reparten entre sí la designación de los candidatos (as) en los diversos municipios.

En México, con un sistema económico de mercadeo, donde se compran y venden las mercancías, servicios y actividades humanas, parte del voto ciudadano, en los procesos de democracia electoral, termina por ser mercantilizado, es decir, es otorgado al mejor postor. Sobre todo, en las zonas y regiones más depauperadas del país, localizadas principalmente en los estados del sur-sureste. En Guerrero, el voto se estuvo comprando entre 300 a 500 pesos o su equivalente en tarjetas de plástico u otro tipo de dádivas en las elecciones del 2015.

La compra del voto requiere de fuertes cantidades de dinero, que rebasan en mucho los topes permitidos por la ley para las campañas políticas. Subrepticiamente ciertos políticos y sus partidos acuden a financiamientos ilícitos provenientes de tres fuentes: el erario público, el de los empresarios de gran solvencia económica y los provenientes de la delincuencia organizada. Las dos primeras ya gozaban de raigambre en nuestro sistema electoral, pero de unos quince años a la fecha cobró inusitada presencia y fuerza la tercera opción que dio origen a la narco-política.

Dichos financiamientos tras bambalinas no son a fondo perdido. De ganar, los candidatos corruptos se comprometen a poner el poder y el gobierno al servicio de quienes los financiaron. Pagan de esa forma las facturas contraídas en las campañas políticas. De lo que se concluye que nuestra democracia está impregnada de mucha corrupción, impunidad, simulación, falsedad e hipocresía política.

Los ideales, principios y valores han pasado a segundo plano o al baúl del olvido para una buena parte de la clase política mexicana. Hemos vaciado la política de cualquier espíritu y empeño de transformación social para la superación del individuo, para el bienestar colectivo, así como para la fortaleza y resguardo de la soberanía nacional.

La falta de escrúpulos, la transa, la mentira, el soborno, la ilegalidad e impunidad semi-disfrazada, así como la carencia de ideología y sentido patriótico son los instrumentos para la obtención de votos a como dé lugar, usados por la mayoría de los políticos mexicanos para conquistar el poder, cuyo ejercicio siempre tendrá como sello distintivo la mediocridad.

PD. Según el Auditor Superior de la Federación, la mayoría de los gobiernos estatales y municipales en México tienen, en diferente grado, los siguientes vicios: desorden financiero y gasto superfluo que los obliga a endeudarse, desviación de recursos presupuestales, posponer para el futuro la solución de problemas sociales álcidos, gobernar con ineficiencia e ineptitud y con franca corrupción e impunidad. Hoy el pueblo paga los platos rotos de sus malos gobernantes.




viernes, 7 de octubre de 2016

Vivir con basura.


Héctor Manuel Popoca Boone.

No solamente tenemos gobiernos municipales fallidos emanados del PRD, los hay también del PRI y de otros partidos políticos. De acuerdo con Jorge Zepeda Patterson, gobierno o estado fallido es aquel “carente de control en amplias regiones de su territorio, que no puede garantizar la seguridad de los habitantes, exhibe altos niveles de corrupción, no provee servicios básicos a la población, es incapaz de derrotar a los grupos armados que lo desafían, afronta un extenso mercado informal y es incapaz de hacer cumplir la ley.” Dicha definición es aplicable al gobierno municipal de Chilpancingo.

La cabecera municipal que está localizada en una gran cañada, ha enfrentado múltiples dificultades en su crecimiento, por su desnivelada configuración geográfica, que limita su expansión física. Su desarrollo urbano nunca fue guiado por un adecuado plan director. Anarquía y la corrupta especulación inmobiliaria, han marcado su derrotero. Los gobernantes municipales han abultado sus riquezas personales al tener un autismo interesado para reglamentar realmente -en los hechos y no solo en el papel- el devenir de la ciudad.

La ciudad de Chilpancingo ha tenido un alto crecimiento poblacional: cuenta hoy con alrededor de 200 000 habitantes incluyendo Petaquillas. Dotarla de agua suficiente con menos arcilla siempre ha sido una meta inalcanzable y un problema irresoluble a corto plazo, que se agrava cada vez más. Ha sido onerosa el establecimiento de una red hídrica y sanitaria domiciliaria en terrenos escabrosos y de fuerte pendiente. La conversión paulatina del rio Huacapa en un canal de desagüe de aguas residuales es muestra fehaciente de la ineficiente estructura de tratamiento de aguas negras; contaminando a su vez, tierras y ríos localizados aguas abajo de la ciudad.

Como pueblo que era, sus calles fueron trazadas para un aforo pequeño de tráfico vehicular, salvo las avenidas que atraviesan longitudinalmente la ciudad y que ahora son del pleno dominio de las numerosas y alocadas “urvans”. Las demás calles van cuesta arriba por las laderas, muchas de ellas sin banqueta, por su angostura y mal trazo. Las colonias proletarias están localizadas en las partes altas, entre barrancas y zonas de riesgo que, por lo mismo, mantienen encarecidos los servicios públicos, principalmente agua, drenaje y pavimentación de calles.

Hoy existe crisis en la recolección y depósito de la basura citadina. No hay relleno sanitario donde enterrar aproximadamente 160 toneladas que se generan diariamente de residuos sólidos urbanos. Tamaño descuido gubernamental provoca un grave problema de salud pública. Eso se lo debemos a los consecutivos gobernantes (PRI) que han mal administrado la cosa pública de la capital y que no vieron más allá de sus narices y bolsillo, en términos generales.

Solamente en una entidad amapolera -que no bananera- como la nuestra, le sucede esto a su capital, primera ciudad en importancia política y segunda por relevancia económica. No se ve hasta cuándo viviremos con la basura desparramada que ahora empieza a ser parte de la imagen urbana de calles, colonias, barrios y de la ciudad entera. Si un gobierno no puede otorgarle a la ciudadanía los mínimos elementales en materia de seguridad pública, servicios municipales de calidad, infraestructura básica urbana, así como una eficiente y honesta administración gubernamental que se traduzca en atención inmediata de la demanda ciudadana; más pronto que luego, dicho gobierno merecerá el repudio de la población entera.

PD1. Sr. Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, le informo en mi calidad de ciudadano en vigila que los guerrerenses no le tememos a la instalación de la alerta sobre la violencia de género. ¡Clamamos por ella! El pavor institucional se localiza en el Edificio Tierra Caliente, 2º Piso, del Palacio de Gobierno.

PD2. El ex gobernador de Sonora (PAN), Guillermo Padres, prófugo de la justicia por corrupto, es aficionado a los caballos pura sangre, valuados en millones de pesos. En Guerrero, el rector de la principal universidad pública y un diputado federal del PRD, tienen la misma inclinación. ¡Uf! 


sábado, 1 de octubre de 2016

¡Cuentas claras!

Héctor Manuel Popoca Boone.

La discusión social en torno a la cuantía de la deuda pública del ayuntamiento de Acapulco constata el vicio existente de manejar el erario público en forma poco transparente, sin rendición de cuentas y de resultados, para infortunio de la ciudadanía porteña.

En esta guerra de cifras entre el presidente municipal en funciones y los gobernantes municipales de los trienios administrativos próximos anteriores, aflora la poca o mucha estima que les merece el pueblo; en cuanto a proporcionar la suficiente información, veraz, transparente y de fácil acceso para el conocimiento pormenorizado de las obras y acciones realizadas a favor del pueblo. Ejemplo de eso es la escalada de confusión y orgía en cuanto al número de obras y acciones realizadas en cada trienio: mil quinientas, dos mil, tres mil quinientas, …

Llama la atención el tercer desplegado periodístico, publicado y rubricado por el ex presidente municipal Luís Walton y el que fue su Síndico Administrativo, Armando Tapia. Otros dos anteriores fueron el de Evodio Velázquez y el de Manuel Añorve. Los tres giran en torno al estado de la deuda pública que recibieron de su antecesor y dejaron al predecesor, excepto el de Evodio que todavía está en funciones.

Walton y Tapia, hacen del conocimiento público que el monto de la deuda pública municipal histórica, entregada, documentada y firmada, para su registro ante la Auditoria General del Estado, fechada el 1º de septiembre del 2015, ascendía a 1 231.9 millones de pesos. Tres meses después, por motivo del término del año fiscal, Evodio Velázquez reporta que fue por un monto de 1 461.2 millones de pesos. De lo que se deriva que el actual presidente municipal de Acapulco incrementó la deuda pública en una cantidad de 232.2 millones de pesos, en el último trimestre del 2015, donde ya le toco administrar la comuna. ¡Cientos de millones de pesos de los cuales nunca informó nada a nadie en qué carajos se los gastó! De la autorización de esa deuda tampoco hizo mención alguna en su primer informe de gobierno.

Cae por tierra también la versión reiterada por Evodio de que Walton le dejó una deuda pública de 2 591.2 millones de pesos, cuando de su puño y letra firmó el acta de entrega donde queda estipulado que la recibía en 1 461.2 millones de pesos. O sea; es todo un margayate el cómo lleva la contabilidad gubernamental el actual gobernante de Acapulco. Eso y la opacidad con que la aplica, da pie a una conjetura fuerte en el sentido de que hoy en el ayuntamiento priva despilfarro y corrupción, con la consabida impunidad.

Refuerza lo anterior el dato de Walton y Tapia que dan a conocer sobre el dinero dejado a Evodio en depósitos bancarios, de disposición inmediata, para apoyar su arranque de gobierno por una cantidad de ¡506 millones de pesos! Verdaderamente hay poco respeto y mucho menosprecio al derecho que la ciudadanía tiene de saber sobre el manejo del erario público del municipio más importante, y a la vez más violento y delincuencial del estado de Guerrero. Olvidan los políticos que es dinero del pueblo y no de su patrimonio personal para su disposición libertina.

Ante la inoperancia de la Auditoría General del Estado frente a esta parodia financiera que tiene sumidas las finanzas de Acapulco en una grande quiebra financiera, pertinente es llevar a cabo la propuesta de Walton y Tapia para que se realice, por un despacho contable reputado por su gran probidad, una revisión exhaustiva de la cuenta pública del ayuntamiento porteño, desde su génesis hasta la cantidad impagable en la que hoy se tiene y se apliquen las responsabilidades en cada caso.
En fin, que las grandes deducciones empiezan en el momento que vamos atando cabos. ¿O no?

PD. Por las desmedidas e inescrupulosas ambiciones personales que en los partidos políticos se incuban y confrontan, pronto estas organizaciones quedan convertidas en nido de víboras y crisol de perversidades. Los golpes bajos que se dan cobardemente a trasmano y la cortesanía vil que practican sus militantes los anulan como verdaderas opciones para salir del estercolero en que han metido a México, a Guerrero y a Acapulco en particular.