Héctor Manuel Popoca Boone.
Adolfo Hitler arribó al poder en Alemania por la vía
democrática en 1933. Fue nombrado canciller. Un año después, apoyado por su
partido nazi, se auto nombró: Führer
und Reichskanzler, asumiendo así
el mando supremo del estado alemán. Su propósito político era de nueva cuenta
hacer de su país la nación más poderosa en Europa. Para ganarse adeptos enarboló
la supremacía de la raza aria y el judenrein,
es decir, limpiar Alemania de judíos a través de la deportación masiva.
Según Hitler, eran los hebreos una raza indeseable, portadora de todos los
males que sufrían los germanos.
Donald Trump gana las
elecciones presidenciales en Estados Unidos por la vía democrática en 2015. Su intención
declarada es volver a convertir a su país en el más poderoso del mundo. Para
ganarse el voto electoral proclamó indeseables a los inmigrantes indocumentados
mexicanos y centroamericanos; mostrando intenciones de proseguir la deportación
masiva iniciada por el presidente Obama, pero ahora a grado exponencial.
Tanto para Hitler en
el pasado, como para Trump en el presente, el primer paso fue expresar
públicamente la expulsión de sus países de los prescindibles. Judíos en el caso
del primero. Mexicanos, en el segundo. La estrategia de ayer y de hoy son los
campos de concentración, para facilitar la fluidez en la evacuación masiva
forzada.
Poco tiempo después, Adolfo
Hitler convirtió los centros de concentración en campos de exterminio. En ellos
concretó “La Solución Final”. La consigna de Hitler era matar tantos judíos
como fuera posible, dentro y fuera de Alemania. Ese fue uno de los episodios
más vergonzosos e indignantes de la humanidad. El genocidio empezó en el Este
europeo. Formaron los Einsatzgruppen,
que eran pelotones nazis de fusilamiento masivo de judíos. No tardó mucho
tiempo en que entraran a funcionar las cámaras mortales de gas y los hornos
crematorios. En Auschwitz y Treblinka, estuvieron las instalaciones más emblemáticas
de ese horror criminal perpetrado en millones de seres humanos inermes.
Equiparable a la matazón del pueblo ruso durante la dictadura de José Stalin.
Donald Trump, alienta
con sus discursos xenofóbicos a grupos criminales como el kukuxklán y otras
sectas fanáticas racistas, para promover la animadversión anglosajona hacia los
mexicanos indocumentados y latinos en general. Ya hay grupos civiles de gente
blanca armada cuyo pasatiempo semanal es cazar indocumentados en los desiertos
que colindan en la frontera norte; paso obligado de nuestros connacionales para
la búsqueda de trabajo digno y remunerado.
Para confinar a los judíos,
los nazis conformaron ghetos en zonas
urbanas amuralladas fuera de Alemania, como fue el gueto de Varsovia, en Polonia.
Por su parte, para aislar a los mexicanos e impedir su entrada a Estados
Unidos, el presidente electo Donald Trump continuará (Obama inició un tramo) la
construcción de un muro de concreto a lo largo de la frontera con México, mismo
que nos obligará a pagarlo, según su decir.
Hitler obtuvo creciente respaldo popular al exacerbar el pangermanismo, el antisemitismo y el anticomunismo. Donald Trump consigue su triunfo electoral mediante la exaltación de la supremacía americana anglosajona, el racismo contra los latinos y el trato machista hacia las mujeres.
Para consolidar sus conquistas territoriales (Anchluss) y realizar la invasión de Polonia, Hitler firmó un pacto secreto con la dictadura rusa de Stalin. Por documentos de la CIA, ahora sabemos que, para triunfar, Trump contó con el apoyo clandestino de la Rusia de Putin.
PD1. Al único que veo con los tamaños suficientes para convocarnos a contener patrióticamente al patán de Donald Trump y el cúmulo de amenazas y afrentas que hace reiteradamente contra México y los mexicanos es Andrés Manuel López Obrador.
PD2. Felicito a los diputados locales por aprobar las leyes contra la pederastia y la trata de personas. Ahora falta hacer lo mismo con la iniciativa de modificación constitucional presentada por la Diputada Magdalena Camacho, de la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano, contra la extorsión, que está lacerando profundamente al pueblo trabajador de Guerrero.
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