Jesús Guerrero Garro.
“Chucho” fue un ser humano
esencialmente bueno. / Irradiaba gran bondad y fraternidad. / El optimismo y la
alegría eran aspectos distintivos y compañeros permanentes/ de su polifacética
personalidad.
De muy buena crianza/ tuvo
como padre y madre, / destacados personajes, /como lo fueron Jesús Guerrero
Galván y Deva Garro.
Así pues, / “Chucho” abrevó
desde niño / de las fuentes de la cultura y el arte. / A la par que empezaba a
desarrollar sus propias destrezas, / tanto en el conocimiento científico y técnico,
/ como en habilidades artísticas y manuales. / Fue autodidacta, / ya que las
mudanzas periódicas de residencia familiar, / le impidieron llevar una
formación académica regular.
Eso no fue obstáculo/ siendo joven,
/ no se amilanara al tomar cursos en el Centro de Cálculo Electrónico de la UNAM,
/ junto con avezados estudiantes ya graduados/ en ingeniería, física,
matemáticas y otras ramas de las ciencias exactas.
También incursionó en el
terreno de la filosofía. / Tuvo inquietud permanente sobre saber más/ acerca
del porqué de la vida. / ¿Hacia dónde vamos? / y / ¿de dónde venimos? / Sin
lugar a dudas, tenía y exhibía desde temprana edad/ brillantez intelectual.
Pero también poseía
excepcional destreza manual y artística. / Lo que le posibilitó ser/ todo un
“Ciro Pera-loca” / Desde niño prefirió tener como juguetes:/ tubos, mangueras,
tuercas, tornillos, martillos, pinzas, alambres/ y un sin número de artefactos/
propios de una bien dotada ferretería.
Su infaltable vena artística/
afloró en el dibujo, / en la pintura, / en la cerámica de talavera y en poemas/
que de pocos son conocidos.
Era locuaz. / Parlante empedernido.
/ Pero de atrayente conversación/ porque construía frases que incitaban a la
reflexión o al asombro de sus oyentes. / Era sociable. / Concitaba confianza su
forma de ser.
Su personalidad/ no encajaba
en este mundo materialista, / mercantilista y utilitario. / Quizás porque sus padres
procuraron que, / al igual que con sus hermanos, / pasara la niñez,
adolescencia y juventud, / lejos de las adversidades y perversidades/ que, de
todo tipo, / nos depara una sociedad capitalista corrupta/ como la que
actualmente padecemos.
Para una persona tan humana/
como lo era él, / sobre todo de espíritu grande, / le resultaba difícil
sobre-vivir en un ambiente individualista, / egoísta, / de voracidades
incontenibles/ y de expoliación inicua del ser humano.
Es decir, / su alta y
delicada sensibilidad, / lo hacía repudiar/ todo lo que conllevara deshumanización,
/ que es mucho en nuestro tiempo.
Por lo mismo, / su alma fue
vulnerable a los avatares de la vida contemporánea. / Sufrió con estoicismo los
golpes de la vida, / pero lamentablemente, / a veces, / sus personales flaquezas
lo hacían caer, / para luego levantarse de nuevo, con el ánimo resucitado/ a la
manera de un Sísifo contemporáneo.
Amoroso/ lo fue de sus
parejas sentimentales. / Pero más lo fue de sus hijos. / Cumplió con creces su
deber vital/ del bien trascender/ a través de ellos: Jesús, Sebastián y Miguel/
son ahora buenos hombres jóvenes, / valiosos y preparados, / que van abriéndose
paso por la vida/ gracias al ejemplo y empeño de su padre/ sin restarle el
menor de los méritos también/ a lo brindado por sus progenitoras.
Ahora, / a los que somos de
su generación, / “Chucho”, / como siempre fue su costumbre, / nos tomó la
delantera. Y estoy seguro que lo hizo/ para desbrozarnos el sendero/ por el que
habremos de caminar también nosotros/ próximamente. / Pero ciertamente/ ahora
lo haremos con mayor facilidad.
Desde aquí y en donde quiera
que estés/ te lo agradecemos infinitamente. / Recibe de todos nosotros, / los
que te queremos y estimamos, / un fuerte abrazo.
Jesús Guerrero Garro:/ te
despedimos de tu estancia terrenal, / con un efusivo y fuerte aplauso. Reposa
en tranquilidad merecida.
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