Héctor Manuel Popoca Boone.
Días atrás, se expresó un connato de rebelión en la
granja priista, con la declaración pública que emitieron un grupo de militantes
y ex directivos nacionales del PRI, denominados “Alianza Generacional”, encabezados
por José Ramón Martell e Ivonne Ortega, ex integrantes de la directiva nacional
del PRI. (El Sur 18/6/2017).
En ese pronunciamiento, con miras a su próxima
Asamblea Nacional, expresaron su descontento ante la renovación de prácticas antidemocráticas
que ya habían sido superadas. A saber: 1) Rechazo al uso del “dedazo”. Exigen elección
del candidato a la presidencia del país por consulta abierta a militantes y
simpatizantes. 2) Que no tenga antecedentes de corrupción. Exigen que todos los
candidatos a los puestos públicos tengan una probada honestidad. 3) Castigar
con sanción inmediata, a priistas deshonestos y vinculados con el crimen
organizado. 4) Poner fin a la práctica de los compadrazgos y amiguismos para
lograr una carrera política ascendente. 5) Rechazo a decisiones gubernamentales
que afecten la economía familiar y 6) Revisar políticas públicas, económicas y
sociales, que hayan fracasado socialmente.
Lo anterior me recordó la histórica convocatoria que a
mediados de los ochenta del siglo pasado, hicieron los integrantes de la “Corriente
Democrática” al interior del PRI. Encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio
Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, entre otros; cuya intención era que se
democratizara su partido en la selección del candidato presidencial. El ex presidente
de la república, Miguel de la Madrid, los ignoró, por lo que emprendieron la
salida de ese partido para encabezar un movimiento político nacional de gran
calado, en torno al cual se unieron todos los grupos políticos progresistas
alrededor de la figura de Cuauhtémoc Cárdenas para postularlo como candidato en
las siguientes elecciones presidenciales, en las cuales lograron un contundente
triunfo en las urnas, mismo que fue desconocido por los detentadores del poder gubernamental,
mediante un sonoro, por descomunal y descarado, fraude electoral.
Por otra parte, otro suceso insólito fue que, de
repente y después de dejar pasar un año y meses, a partir de la primera
solicitud que le hiciera la red de mujeres denominada “Alianza Feminista” el Gobernador
Héctor Astudillo emite la alerta contra la violencia de género (por el cúmulo
de asesinatos dolosos y con saña de féminas). Recordemos que ante la negativa
oficial para declararla, en junio del 2016, la Alianza Feminista se vio
precisada a trasladarse a la Ciudad de México para que la emitiera la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres en México (Conavim).
Previa una investigación de campo la Conavim derivó
diversas recomendaciones al gobierno estatal (que no cumplió en tiempo y forma),
por lo que era inminente que la instancia federal haría dicha declaratoria. El
gobierno de Astudillo, astutamente, se adelantó a declarar la alerta, para no
quedar en estado de ignominia -más de las que ya cargamos- a nivel nacional.
¿Cuántos feminicidios tuvieron que cometerse a lo
largo del tiempo que lleva su mandato para que decidiera el gobernador salirse
de la férula de su “maestro incómodo” que era el principal opositor contumaz de
la declaratoria (El Sur 24/05/2016)? La alerta contra la violencia de género ya
hecha, no los exime de la responsabilidad que por omisión culposa tienen de los
feminicidios realizados en lo que va de la presente administración estatal. Una
vez más, la realidad se ha impuesto sobre la soberbia. Y la verdad, sobre la
farsa. Felicito a la Alianza Feminista por este triunfo alcanzado en su tenaz
lucha.
PD1. Jóvenes deportistas de Acapulco son timados por
el Ayuntamiento, al otorgarles uniformes de competencia desproporcionados, de
mala calidad y de diferente giro deportivo al que practican. Quienes engañan
los genuinos anhelos de los jóvenes, merecen nuestro repudio total.
PD2. El paralelismo que tiene una “casa de citas” con
la mayoría de los partidos políticos en México es que en la primera se venden y
compran cuerpos. En los segundos, consciencias. Vale.
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