domingo, 27 de agosto de 2017

Rara sanción.


Héctor Manuel Popoca Boone.

            El domingo 13 de agosto pasado, el ex gobernador defenestrado, Rubén Figueroa Alcocer, declaró que el PRI se modernizaba, pero la designación del candidato presidencial era de la sola incumbencia del primer priista del país: el presidente, Enrique Peña Nieto. O sea, que todo aparentemente cambiaba, para que todo igual siguiera en ese partido.

Cinco días después, intempestivamente, se da a conocer a través de los medios de comunicación que, la Secretaría de la Función Pública (SFP) del gobierno federal, inhabilitaba para trabajar por un período de diez años en la administración pública, al más cercano discípulo político de Figueroa Alcocer, el diputado local: Héctor Vicario Castrejón, por “negligencia administrativa” cuando tuvo bajo su responsabilidad la delegación federal de la Sedatu en Guerrero.

Ese mismo viernes, el presidente estatal del PRI y el Gobernador del Estado, otorgaron públicamente su respaldo político a Vicario Castrejón. Ante preguntas de algunos reporteros, señalaron ambos que el veredicto de inhabilitación todavía no era un caso concluido. Que su naturaleza era exclusivamente de carácter administrativo y que tenía todo el derecho a defenderse. Antier, el actual delegado de la Sedatu precisó que la sanción fue por pagar una obra no realizada. Y eso, es sencillamente corrupción.

Sea de ello lo que fuere, nunca citaron a Vicario para hacer de su conocimiento formal la irregularidad imputada. No se le entregó un pliego de responsabilidades a solventar. Por lo tanto, en la penalización no se observó el debido proceso.

Una posible conjetura política es que esa sanción fue producto de una consigna superior. Bien pudo ser un mensaje del mandamás nacional del PRI a Rubén Figueroa Alcocer, para que no ande de boquiflojo al hacer declaraciones públicas inoportunas que en esta ocasión menearon el andamiaje que Enrique Peña Nieto y el PRI están tratando de construir, para enfilarse cohesionados al proceso electoral más importante del país -la renovación sexenal del poder presidencial- que se realizará en julio del 2018.

Hubo posible molestia en Los Pinos, cuando el “ave de las tempestades políticas de Huitzuco” declaró que Enrique Peña Nieto, en su carácter de presidente de la República, hará uso de la otrora facultad presidencial (meta-constitucional) de designar, por la vía de los hechos, a su sucesor en la silla presidencial.  

Cierto es que el “dedo presidencial”, desde Plutarco Elías Calles hasta Miguel de la Madrid, fue un factor de unidad, disciplina y cohesión priista, además de estabilidad nacional que brindó el sistema gubernamental denominado dictablanda, por el premio nobel de literatura, Mario Vargas Llosa. Luego, Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano desafió con éxito esa afamada regla no escrita de la política mexicana. Sin embargo, le escamotearon con gran fraude electoral su legítimo triunfo en su primera campaña (fuera del PRI) para llegar a ser presidente de la República. El fenómeno político suscitado permitió, años después, la apertura de nuestra imperfecta democracia electoral. Dando entrada a la alternancia en el poder presidencial. Concretándose ésta, con el tristemente célebre expresidente y comediante panista, Vicente Fox. Sería una pena democrática y perdición de López Obrador que empezara hacer uso político del dedo decisional.

PD1. La política mexicana está plagada de caudillos, incertidumbres y circunstancias, donde la consciencia, organización y voluntad de los pueblos definen, al final de las cuentas, el verdadero derrotero del país, tarde que temprano.

PD2.- Con su equipo estatal de espionaje político, (que dijeron “desaparecido”), el gobierno de Guerrero interviene ilícitamente (en forma por demás burda, atolondrada y cuasi misteriosa) los teléfonos celulares de aquellos que criticamos el actual estilo de gobernar.

PD3.- La ilegal violencia gubernamental retoñó sobre la persona de la reportera indígena de El Sur, Antonia Ramírez. Siguen las impunes agresiones contra el derecho de informar y opinar. De sobra conocemos el carácter irascible del “maestro incómodo” contra los trabajadores de los medios.


viernes, 18 de agosto de 2017

Minería certificada.

Héctor Manuel Popoca Boone.

No podemos negar la importancia del aprovechamiento de los recursos minerales, metálicos y no metálicos, para el progreso de un país y su economía. Sin embargo, en algunos minerales su valor es dado por su escasez, que lo convierte en objeto monetario y de adorno, ejemplo lo son el oro, la plata y los diamantes. Resaltan porque su valor está dado por lo lucrativo, especulativo y ornamental, más que por su utilidad productiva.

También desde siempre la explotación económica de recursos no renovables es caracterizada por ser eminentemente extractiva, sin mayor retribución al entorno alterado donde se encuentran los fundos, así como la concomitante expoliación de los trabajadores manuales que en ella intervienen.

El renacimiento de la minería en Guerrero se debe a la aplicación de nuevos métodos de extracción que reducen los costos por valor de mineral extraído. Son tecnologías muy agresivas con el medio ambiente. La extracción ya no es por horadación interna, sino a tajo abierto. Rebanando los montes y suelos; contaminando los ríos con los ácidos usados en el proceso de beneficiado de los minerales.

La costosa maquinaria y tecnología usada, hace que las únicas aptas sean las grandes corporaciones extranjeras o empresas nacionales que, en la mayoría de los casos, por su poderío y capacidad de soborno, son insensibles a las pérdidas de hábitats, a las desintegraciones sociales y a la contaminación de mantos y vertientes acuíferas; retirándose de las zonas explotadas una vez agotadas las vetas, sin contribuir a crear polos de desarrollo diversificado. Tan solo son enclaves de inversión foránea temporal con alta alteración ambiental y social.

Lo anterior explica el porqué de la resistencia de los pueblos indígenas de la Montaña y Costa Chica para que las empresas mineras aprovechen los subsuelos de los terrenos que la nación les dio en usufructo como bienes comunales o ejidales de esos pueblos. Los países de origen de estas corporaciones han prohibido usar dichos métodos de extracción minera en sus territorios, trasladando sus tecnologías a aquellos países cuyas leyes son laxas en la materia.

Tal es el rechazo que dichas empresas mineras suscitan a nivel mundial que organizaciones internacionales protectoras de los derechos humanos y de los recursos naturales planetarios presionan para que observen procesos extractivos que minimicen los trastornos y perjuicios posibles a la sustentabilidad de la naturaleza y a la salud de los seres humanos; tomando como base la observancia de estándares acordados internacionalmente.

En la actualidad ya existen consultoras como: Iniciativa Internacional para Garantizar la Minería Responsable (IRMA), que es una certificadora a nivel mundial, promotora de la minería responsable. Impulsada conjuntamente por sindicatos mineros, organizaciones ambientalistas, comunidades afectadas, compañías mineras, así como consumidores finales.

La certificación de las empresas mineras conlleva la observancia de mínimos exigibles en materia de: cuantificación, monitoreo y evaluación del daño ecológico integral que es provocado a causa de la actividad. Estimaciones y determinaciones de reparación de daños al conjunto de los elementos alterados y de inversiones adicionales para conservar la sustentabilidad del hábitat. Establecimiento de políticas de mejora continua en los procesos extractivos. El tipo de gobernanza que es generada en la colectividad regional en donde se desarrolla la minería. Los impactos en materia de asentamientos humanos y desplazamientos sociales. La contribución de la minería como factor detonador de un desarrollo regional de tipo integral e inclusivo. Establecimiento de auditorías periódicas por terceros autónomos. En cada caso, la libre y democrática aceptación de los pueblos para la operación minera en sus territorios.

Exigir por todos la certificación de una minería responsable -principalmente los gobiernos en sus distintos niveles- garantizará evitar la presencia de empresas mineras que traigan a Guerrero una mentalidad e intencionalidad depredadora y de rapacidad económica.




jueves, 17 de agosto de 2017

Huellas gubernamentales.

Héctor Manuel Popoca Boone.

            Al presidente municipal perredista de Acapulco, Evodio Velázquez, le resalta la ausencia de buena huella en el oficio de gobernar. Comparado con la administración municipal pasada el contraste es cada vez más notorio, por cuanto a niveles de corrupción, opacidad, inseguridad, endeudamiento y obra pública se refiere.

            A estas alturas del partido es infructuoso seguir culpando de su fallido quehacer público al gobierno de Movimiento Ciudadano que le antecedió. Buena parte de los problemas y fracasos que ha tenido Evodio son por la ineficiencia, irresponsabilidad y opacidad en el manejo del dinero público, entre otras cosas.

La inseguridad pública no ha disminuido, todo lo contrario. La policía municipal sin certificar mantiene la lógica desconfianza ciudadana. Es más, policías ya dados de baja los volvieron a dar de alta, con el consecuente aumento en los delitos citadinos. Memorable es la frase pública de Rubén Figueroa Stmuny: “Evodio vendió la plaza”, que jamás fue desmentida contundentemente por el edil acapulqueño.

            En materia de finanzas públicas municipales hubo una reversión. Ahora el gobierno de Acapulco tiene una calificación internacional de tendencia negativa. Nulificando así, la calificación de tendencia positiva lograda por la administración de Walton. La opacidad, discrecionalidad, endeudamiento y descontrol en el manejo del gasto público caracteriza el gobierno de Evodio. La variable e incierta cuantía de los préstamos bancarios recibidos -algunos con la falta de autorización del cabildo-, dan pie a conjeturar que se ha disparado la deuda pública.  

La capacidad de pago del ayuntamiento está seriamente disminuida. Sin posibilidad de que se le otorguen financiamientos bancarios adicionales. Dicho recientemente por Evodio: las finanzas públicas están en quiebra y, por ende, insolventes para enfrentar las principales responsabilidades laborales y deberes de servicios públicos (agua, luz, etc.) para la población acapulqueña.

            También la obra pública municipal del trienio 2015-2018 resplandece por su escaza realización. Difícilmente podrá equipararse con la realizada en la administración de Walton-Uruñuela que, si bien es cierto, en su momento, causó fuerte irritación ciudadana en su construcción, ahora es apreciada por su funcionalidad y calidad, valiendo la pena las molestias generadas. Con el tiempo pues, la obra pública municipal realizada por el gobierno del partido naranja sigue acreditándose.

            Por otra parte, la nefasta triple alianza, integrada por el PRI-PAN-PRD, hace gala de denostar, una y otra vez, todos los días de la semana, a toda hora y por todos los medios posibles a Andrés Manel López Obrador. Tratan de pararlo -a como dé lugar- por ser el más aventajado en las preferencias ciudadanas para triunfar en la contienda democrática (¿) por la presidencia de la república, en las elecciones federales del próximo año.  

Ese mismo trío político, no dice que sus gobiernos copiaron las políticas públicas exitosas establecidas por López Obrador cuando fue gobernante de la ciudad de México, como fueron: el programa universal de apoyo económico a las personas de la tercera edad, a las madres solteras, así como las becas estudiantiles y la creación de instituciones de educación media y superior, para no dejar sin oportunidad a los jóvenes de seguir preparándose, entre otras.

Eso, sin contar con las múltiples obras de infraestructura urbana realizadas para resolver los problemas de agua, drenaje y movilidad vehicular de la gran megalópolis; además de dar oportunidades de negocios a los grupos empresariales, a partir de la buena orientación y ejercicio de la inversión pública como detonadora de la inversión privada. O sea, de que sabe gobernar, lo sabe hacer.

PD. Que quede claro: Por sí solos, de partido a partido, Morena le ganó al PRI en el Estado de México, por una diferencia de 56 mil votos, a pesar del enorme e ilícito cochinero electoral que el gobierno federal, estatal y municipales de extracción priistas y demás partidos coludidos orquestaron.

viernes, 4 de agosto de 2017

México y sus gobiernos.

Héctor Manuel Popoca Boone.


En el año de 1964, en plena Guerra Fría, el gobierno de Estados Unidos mandató a todos los gobernantes de los países de América a romper relaciones diplomáticas con Cuba, gobernada por Fidel Castro. Todas las naciones acataron la instrucción imperial, excepto una: México, gobernado por Adolfo López Mateos. Con esa postura, nuestro país alcanzó gran prestigio y reconocimiento mundial por la muestra de dignidad y soberanía nacional demostrada.

Hoy, México, gobernado por Enrique Peña Nieto, se comporta como comparsa servil del gobierno de EUA, presidido por Donald Trump, al obedecer la instrucción de intervenir impúdicamente en los asuntos internos de Venezuela. Con esa posición, el gobierno mexicano abona en mucho al gran desprestigio mundial que ya tenemos como país amapolero, donde reinan las delincuencias, sicarios y crímenes de todo tipo.

En días anteriores, el Secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Luís Videgaray, respondió a las palabras ofensivas dirigidas a Peña Nieto por el presidente Venezolano, Nicolás Maduro:  “Cobarde es quien usa el poder para desmantelar la democracia” Seguramente Videgaray no se acordó cuando recientemente el PRI usó a plenitud el poder gubernamental para joder a nuestra democracia electoral en el Estado de México y en otras entidades federativas.

Por otra parte, dice el dicho popular que “el que calla, otorga”. El Estado Mexicano no respondió al requerimiento solicitado por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, que estudia el caso de la masacre realizada por malos elementos del ejército mexicano en la comunidad indígena de El Charco, municipio de Ayutla, el 7 de junio de 1998. Ante tal incumplimiento, se abre la puerta para que la demanda de justicia pase a la Corte Interamericana de Derechos humanos para efectuar el juicio correspondiente. ¡Uf! Ya de por sí cargamos con muchas vergüenzas internacionales y ahora se añade otra.

En Guerrero, tanto el mal gobierno (en ciertas áreas) de Héctor Astudillo, como el de Evodio Velázquez en Acapulco (en casi todas las áreas), se declaran en quiebra financiera y con las arcas públicas vacías a causa de la mala administración de sus antecesores. Pero ellos, como autoridades que son, no han hecho absolutamente nada para aplicar las responsabilidades a aquellos ex gobernantes que lo ameritan. Eso demuestra que mientras siga la corrupción y la impunidad como formas de gobernar, permaneceremos en el hoyo negro en donde los malos gobiernos nos han colocado y no hay para cuando salir.

La oficina de gobierno a cargo del “maestro incómodo”, aduce ahora que no hay presupuesto público para instrumentar los componentes institucionales que integran la Alerta de violencia de Género, promulgada por el gobierno federal para Guerrero. En verdad que hay mucho de hipocresía al declarar lo anterior cuando transcurridos más de casi dos años no han querido iniciar, por ejemplo, la operación del Centro Comunitario contra la Violencia a la Mujer Indígena en el municipio de Ayutla, cuyo costo ascendió a más de dos decenas de millones de pesos. Y luego piden que les tengamos confianza; que Guerrero nos necesita a todos. Puras farsas y patrañas publicitarias.

Palabras de Evodio Velásquez, alcalde de Acapulco, sobre el grave problema de inseguridad pública que padecemos: “…es un problema estructural que dejamos avanzar muchos años atrás, y no echo culpas a un gobierno ni a otro,  ni a un color ni a otro, más bien se ha descuidado la política pública que pueda combatir la delincuencia y la inseguridad” O sea, digo yo recordando otra afamada frase predilecta de algunos políticos: “Ni sí ni no, sino todo lo contrario”.

PD. Chilpancingo, la capital del estado, prácticamente esta cercada por los malosos: Ocotito-Petaquillas, Chilapa-Tixtla, Chichihualco, Tlacotepec-Zumpango, Quechultenango-Mochitlan. Por donde usted quiera evitarla, ahí se presentan. Solo es cuestión de meses para que nos coloquen en un verdadero estado de sitio. ¡Sálvese quien pueda!