Héctor Manuel Popoca Boone.
No me explico el porqué
del error cometido por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), líder máximo de
Morena, en el proceso de designación de la persona que será responsable de la
coordinación de organización de su partido en la Ciudad de México; que es la
antesala para obtener la candidatura partidaria y poder contender en las
elecciones del 2018 para, de salir triunfante, asumir la máxima responsabilidad
de gobernar la capital del país.
El yerro mayúsculo
cometido fue dar a conocer públicamente a la ciudadanía el proceso interno de
selección que se pretendía democrático, transparente, limpio y veraz. Con plena
certidumbre para todos. Y fue todo lo contrario. Acusó graves contenidos
antidemocráticos, con un gran engaño a la ciudadanía capitalina y del país (por
no actuar con congruencia con lo que previamente se pregonó) y en donde
afloraron visos de un caudillismo exacerbado, encausado a dar primacía al
proyecto de contar con un gabinete de trabajo gubernamental de suma
incondicionalidad a AMLO.
Resultado de lo anterior
es que no hay credibilidad de buena parte de la ciudadanía por cuanto a lo
democrático en la recién designación de la flamante coordinadora Claudia
Sheinbaum. Según, tuvo presuntamente las mayores preferencias ciudadanas en una
encuesta con reducido tamaño de muestra.
Nadie pone en duda las capacidades
de la favorecida, como distinguida investigadora universitaria que es, así como
el buen sabor de boca que ha dejado en sus primeros pasos en la política y en
el bien gobernar. Se cuestiona el proceso en que estuvo involucrada; no su
condición de mujer.
También se pone en tela
de juicio la honestidad de quienes tuvieron a su cargo el análisis de los
resultados de la encuesta, al enviar al tercer lugar de las preferencias a un
prestigiado político de carrera, con buena aceptación de su oficio de gobierno
y en los diversos cargos de representación popular que ha tenido. Me refiero a
Ricardo Monreal. Una mayoría de ciudadanos creemos que no hubo juego limpio y
por lo tanto carece de legitimidad ese nombramiento.
Se acrecienta lo
inverosímil de la pulcritud del proceso cuando lo envolvieron en la opacidad.
Es decir, los resultados finales de la encuesta se cocinaron en lo más oscuro
de lo oscurito. Por lo tanto fueron “cuchareados” (expresión que usa AMLO
cuando se refiere a encuestas políticas manoseadas y con resultados alterados).
Con el uso del antidemocrático
“dedo flamígero” y el engaño burdo al pueblo, afloró también un desdoblamiento
preocupante de la personalidad de AMLO; a saber, su reluctancia a que entre las
personas cercanas que integran su equipo de trabajo, exista alguien que en lo
futuro le haga sombra o emita alguna duda o cuestionamiento sobre sus
decisiones personales. En otras palabras quiere rodearse de incondicionales, donde
al igual que el rey Luís IV de Francia, el “Rey Sol”, máximo exponente de la
monarquía absoluta, pueda decir parafraseándolo:”El Estado mexicano soy yo”. Lo
que representaría un grave retroceso en el fortalecimiento de nuestra aún endeble
cultura democrática.
Sabido es que a todo
político encumbrado, gobernante o alto funcionario, se nos sube el poder
inevitablemente y perdemos piso más temprano que tarde. Está dentro de la
condición humana. Pero es nuestro deber, como ciudadanía libre de militancias
partidarias, hacerlo notar y en la medida de lo posible, presionar, para frenar
el exceso que deriva desvarío.
A tiempo está AMLO, y su
partido Morena, para reponer el debido proceso de designación, según sus
propias reglas. De lo contrario, serán de imprevisible magnitud, los costos
políticos y electorales de su candidatura presidencial.
PD1. Buena carta a jugar
tiene Movimiento Ciudadano para la presidencia municipal de Acapulco en la
persona de Ricardo Mejía Berdeja. El diputado local se ha destacado por su tenaz
lucha para lograr seguridad pública, honestidad y buen gobierno, que tanta
falta hacen a este lacerado puerto.
PD2. El presidente
municipal de Atoyac resultó ser todo un violador de los derechos humanos en
materia laboral. Desde el pasado 15 de junio ha retenido inconstitucionalmente
los salarios a 60 empleados municipales.
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