Héctor Manuel Popoca Boone.
A la memoria del Lic.
Julio A. Vargas Arriaga. Buen amigo; eficiente abogado y economista.
Fuga
significa salir precipitadamente, evadir un asunto o situación; en lo físico o
en lo mental, que adversamente nos circunda y acorrala, sin poder darle
solución. Es una actitud o una acción muy socorrida por el ser humano, cuando
se encuentra en una circunstancia difícil de enfrentarla o resolverla. “Darse a
la fuga hacia adelante, al vacío o a la nada” es aventurarse al precipicio por algo
que se antoja irresoluble.
En el ámbito de la psicología, similar manifestación la
encontramos en el “autismo”; que es una patología mental, voluntaria o
involuntaria, expresada por el individuo con tendencia a desistirse del mundo
exterior y a ensimismarse en lo que para él le es más conveniente o confortable.
En política, ser autista es exhibir desinterés, menosprecio, falta de atención
o amnesia a una problemática específica, de suyo grave, que padece la sociedad
y que el político presiente que lo arrollará, indefectiblemente.
Otra mala actuación política es aquella a la que me he
referido en artículos de opinión pasados, referida a la acción institucional teñida
de “gatopardismo” frente a la creciente pandemia. O sea, fingir que se está trabajando
para resolver un problema social, pero que en realidad no es así. “Mantener
todo igual, fingiendo cambiar” Preservar soterradamente “la normalidad” perdida
de canonjías y privilegios. En esta estrategia engañifa y perversa, es
importante poseer mucha habilidad para fingir, echando mano de la demagogia,
las mentiras o de las verdades a medias.
En
el arte de la política también se ubica el empleo de “distractores” que son
temas, asuntos, hechos o personajes, que sirven para desviar y distraer la
atención social de lo que realmente es de la mayor importancia para la atención
pública.
En
el transcurso de la aun incontrolable pandemia del Covid-19, con sus múltiples
variantes, hemos constatado el uso reiterado -por toda la partidocracia de
nuestra democracia mercantilizada- de tales artimañas politiqueras, para
desviar la atención de la ciudadanía sobre la gran mortandad y afectación de la
salud que hemos tenido decenas de miles de guerrerenses.
Por
eso, los responsables de las instituciones públicas involucradas han
conquistado mucha incredulidad ciudadana; como podría quedar constatado en la convocatoria
a reanudar clases escolares el próximo lunes, estando el estatus de la pandemia
en el nivel de máximo riesgo y sin las mínimas condiciones precautorias para enfrentarla.
Y cuando la institucionalidad pierde autoridad por su actuar irresponsable…
Los
sucesivos espectáculos públicos y bochornosos que nos ha ofrecido la clase
política de nuestro estado, a todo lo largo de lo que lleva la pandemia, dan
cuenta de tamaña teatralidad; aderezada de una vastedad de farsas y mentiras.
Son socorridos artilugios para proteger intereses políticos y económicos de
grupo y para eludir la responsabilidad en la incompetencia que han exhibido en
el combate y control del mortífero Covid-19.
Por
último, no queda fuera de lugar la anécdota histórica del emperador romano,
Nerón, que ante el total incendio de la ciudad de Roma (provocado por él mismo),
salió a la terraza de su palacio imperial y se puso a declamar o cantar poesías
bucólicas, viendo a los pobres ciudadanos morir achicharrados. Vale.
PD1.
El broche de oro del sistema “Corrupción S.A. de C.V.” imperante en Guerrero, quedó
a cargo de los integrantes del Ayuntamiento de Acapulco empezando por la presidenta
municipal en turno, con las denuncias hechas públicas por el hoy defenestrado
(por unanimidad del cabildo) contralor municipal, Francisco Torres Valdez, acerca
del desempeño pútrido y corrupto de los gobernantes de la principal comuna de
Guerrero. Yo, como gobernador moral de este sufrido estado, repudio, condeno y
exijo, públicamente, la investigación a fondo correspondiente y la aplicación
de responsabilidades a esa caterva de malandros y malandras que resultaren.
PD2.
Sobre los temas de corrupción y nepotismo, también ha de estar nervioso el
actual mandatario de la triste gobernanza estatal; y su consorte toda
empoderada. Habida cuenta que el secretario de finanzas del gobierno de
Guerrero es ¡su sobrino!; y las oficinas del erario público, son conocidas por
toda la burocracia central, como la principal incubadora de facturas apócrifas,
entre otras monerías. ¡Uf! ¡Uf!
porelrescate@outlook.com
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