Héctor Manuel Popoca Boone. México es sinónimo de: 2+2=3 De lo que se trata es
no seguir en Acapulco con una inercia social y gubernativa infértil e
inequitativa, que nunca nos ha sacado de la continua depreciación social que en
forma lenta pero inexorable se da desde décadas atrás. Tratar
de construir sobre cimientos caducos y carcomidos, es pérdida anímica, de
esfuerzos y de gran cuantía de dinero. Volveremos a lo que ya teníamos mal
enraizado: 1) Anarquía en el desarrollo urbano. 2) Acentuada desigualdad social.
3) Islotes de privilegiados amurallados, rodeados de grandes zonas de pobreza y
marginación. 4) Aguda bipolaridad social alimentada por la corrupción,
impunidad e ilegalidad. 5) Diversos y complejos Acapulcos, entramados y
enmarañados, en un solo puerto. Si no reflexionamos y recapitulamos, volveremos
a nuestra “cruda realidad acapulqueña”, ampliada y remasterizada. En tiempos de crisis económicas,
sociales o de desastres naturales, se hacen presentes los muchos agravios,
abandonos y discriminaciones a la sociedad como un todo, que los gobiernos electos
han cometido a lo largo de decenas de años. Hoy tenemos una base social
lastimada, depauperada y frágil; renuente a respaldar de inmediato la acción
gubernamental por falta de credibilidad. Manifestados están, el hartazgo, el repudio
y el menosprecio ciudadano, sobre los estilos amañados y torcidos de gobernar. También en la
forma de acumular riqueza material en forma inescrupulosa, inequitativa y ostentosa;
así como en los procesos torcidos de procurar e impartir justicia. La madre naturaleza nos reprendió
fuertemente y demandó: Ya no más depredación ecológica, deshonestidad,
violencia social, ineficiencia y demagogia oficial. Ya no más una sociedad
egoísta, segmentada, mercantilizada, falsaria e hipócrita; que ha abandonado la
solidaridad y la fraternidad civil única que abre paso a la sana cohesión
social. Ya no más contubernio con actuaciones y personajes deshonestos, delictivos,
violentos o criminales, que cada vez más se suceden con mayor asiduidad. Ya no
más sistemas de salud y educación pública semi colapsados. No tenemos cimientos
educativos y culturales sólidos, para construir una nueva ciudad digna,
próspera y equitativa; donde habiten ciudadanos dignos, empáticos y civilizados. Tenemos mucho que
recorrer todavía en la senda de la construcción de lo mental, en el ámbito de
los principios, valores, en la ética; así como en lo cultural, científico y
artístico. La debacle
económica ha sido fuerte en materia de empleos e ingresos; y expansiva, por
consecuencia, en delincuencia general, pobreza y hambruna; sobre todo en los
cinturones de miseria urbanos, semiurbanos y en el semiabandonado medio rural.
Dañó a todos, pero les pego más a los que menos tienen. Rescatar nuestra sana
conciencia ciudadana no está a la vuelta de la esquina, como bien pudiera ser
lo material. Es el darwinismo humano el impedimento acendrado y desalmado. El porvenir que
nos espera con esta “nueva y cruda realidad”, nos impele a procurar la equidad
y disminuir, sustancialmente, insanos privilegios sociales. Pero, sobre todo,
cambiar nuestra mentalidad y actitud, nuestro “chip mental”, tanto colectivo
como individual. Con las
dinámicas económicas históricamente impuestas, los pocos o muchos excedentes
económicos generados desde antiguo seguirán siendo canalizados hacia afuera de
los territorios sureños. Fortalecer la economía social, circular, la de los de
abajo; a la que pertenecen la mayoría de los habitantes guerrerenses, es de
urgente cometido. La célebre y antigua conseja de que políticamente es
más redituable darle pescado al pueblo, más no enseñarlo a pescar; para así
tenerlo bien domesticado; ha adquirido vigencia relevante en nuestro país y no
se diga en Guerrero. Para paliar los estragos del huracán Otis en Acapulco y
zonas aledañas hay suficiente dinero para repartir dádivas; pero no lo hay,
para crear nuevos cimientos en la diversificación de la economía regional a
partir de la rehabilitación, con equidad, de la actividad económica principal
en Acapulco y Coyuca de Benítez que es el turismo, ya no como enclave mono
económico, sino como polo de desarrollo regional. Me recordaba
la Doctora en Derecho, Aleida Alarcón, discípula dilecta, sobre lo imperioso de
hacer de la legalidad un fuerte hábito en el ejercicio cotidiano de lo
correcto. La pregunta surge: ¿Y qué es lo correcto y legal en una sociedad,
como la guerrerense, marcada por su histórica y cada vez más profunda
desigualdad social? ¿Será lo correcto y legal, darle trato igual a desiguales;
sabiendo que eso va a suscitar mayor desigualdad? Si de equidad se trata (que
todos tengan las mismas circunstancias y oportunidades para su pleno desarrollo
humano) habrá que dar trato gubernamental diferente y deferente a favor de los
más desvalidos. De lo contrario, limpiaremos la fachada, pero al poco
tiempo volveremos a tener la consabida coreografía corroída. Así lo indican los serios y eternos déficits en los
servicios públicos básicos como lo son: la recolección de basura, el suministro
de agua, vialidades fluidas, seguridad y alumbrado público, etc. No se diga de
las carencias básicas para vivir con dignidad como son la vivienda, salud,
educación, trabajo, alimentación y vestimenta. El gobierno
con su corrupción, impunidad e ineficiencia, ya confesó que no podrá enfrentar por
sí solo el gran desafío que tenemos en Acapulco, como en todo Guerrero. Más que
nunca, se necesitará la motivación, el concurso, el esfuerzo coordinado, la experiencia
y los saberes del pueblo. Pero falta el ingrediente principal para convocarlo:
tener mucha autoridad moral. PD. Como
Gobernador Moral de Guerrero, reconozco el buen desempeño frente a los estragos
del Huracán OTIS de los trabajadores de la CFE, Servicios Públicos Municipales,
Secretaría del Bienestar, Telmex, El Plan III de las fuerzas armadas, la
Guardia Nacional y Fiscalía General del Estado. Mención aparte merece la
fundación alimentaria sin fines de lucro: “World Central Kitchen”. La
Gobernadora Constitucional, Evelyn Salgado Pineda, ha estado a la altura de las
difíciles circunstancias sin el pegote de su papá incomodo. porelrescate@outlook.com
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