Héctor Manuel Popoca Boone.
Uno.
En la edición de El Sur (23/agosto/2022), fue publicado un reportaje de Lourdes
Chávez donde narra la aprobación del pleno del Congreso local por unanimidad, sin
chistar y por la vía del fast track (sin leerlos ni discutirlos), de la
Cuenta Pública del año 2022, correspondientes al poder Ejecutivo (sector
central y paraestatal), Legislativo y Judicial, asi como de los institutos
autónomos locales. No obstante que el proceso de auditoría de ese año estaba
inconcluso pues faltan las auditorías de los municipios y existen un sin número
de hallazgos que solventar sobre irregularidades, faltas de sustentación,
evidencias y constatación y/o comprobación documental, sobre la aplicación del
presupuesto público del año auditado. Aprobaron auditorias individuales, faltando
algunas y, por tanto, el dictamen final de carácter general e integral.
El hacerlo así, es motivo
de grave negligencia y omisión. Lo correcto hubiera sido dejar la aprobación de
la Cuenta Pública 2022 a la siguiente legislatura; previa solicitud de prórroga
de las entidades auditadas morosas, tal y como ya lo han hecho algunos ayuntamientos.
Pero no. La plenaria de esta legislatura que está terminando hoy su gestión, procedió
a aprobarlas, tal y como se las presentaron: inconclusas. La causa posible es
no quererse ir sin el estímulo económico anual que para tal asunto les
proporcionan -discrecionalmente y en lo oscurito- los sujetos auditados por la
aprobación de sus cuentas públicas respectivas.
De ahí que la aprobación
de la cuenta pública realizada por el pleno del Congreso y entregada
previamente por la Auditoría Superior del Estado (ASE) “no fue suficiente,
eficiente y con poca transparencia” por las múltiples anomalías que quedaron sin
solventar, más los casos de infracción y/o posibles ilícitos que tenían que
enviarse a los órganos sancionadores correspondientes. O sea, no se apegaron a
los principios de fiscalización establecidos constitucionalmente, a saber:
definitud, imparcialidad y confiabilidad.
No estoy hablando de
cualquier bicoca, según el reportaje, la suma de anormalidades no solventadas
asciende a la cantidad de: 4 mil 641 millones 738 mil 829 de pesos (26.7 por
ciento) de la muestra auditada que fue de 17 mil 410 millones de pesos del
erario del año 2022.
En resumidas cuentas, no
hubo pulcritud, honestidad ni ética profesional, por parte de la ASE en su
cometido. Tampoco por la actual legislatura local que la aprobó rápidamente y
por unanimidad, de manera incompleta e inconclusa. Habida cuenta que no hubo
titular de la ASE durante más de un año y que tampoco avanzaron sustancialmente
en la construcción de la nueva Biblioteca del Congreso, destruida corruptamente
en el período de la 62 legislatura, situación encubierta por la 63 legislatura,
dentro del contexto de nuestro “sistema estatal de corrupción e impunidad. S.A.
de C.V.”
Dos. En
el año 2022, en la ciudad de Tel Aviv, el ex subsecretario de Gobernación, Alejandro
Encinas le presentó a Tomás Zeron de Lucio un cuestionario para contestar -a
cambio de impunidad- sobre la desaparición forzada de los 43 estudiantes de
Ayotzinapa, ocurrida hace diez años en Iguala. El exjefe policiaco torturador, alterador
de evidencias y artífice de espionajes políticos manifestó que no asume
responsabilidad alguna y testimonialmente da a entender que, bajo la égida del
expresidente, Enrique Peña Nieto, se construyó la “verdad histórica”, en la
residencia oficial de “Los Pinos” de la CDMX, con los titulares de la Sedena,
Semar, Segob, Cisen y la PGR. (El Sur. 26/08/2024).
En sus inéditas
respuestas, Tomás Zeron, se retrata como un simple policía que solo cumplió
órdenes superiores de sus jefes, sin excederse en sus funciones. Se describió
como un hombre “sin mayor poder, obediente y sumiso”: un “vocero” para dar a
conocer a la ciudadanía la “verdad histórica”; hoy, completamente refutada por
diversas investigaciones científicas nacionales e internacionales realizadas
sobre dicho acontecimiento.
Lo valioso y
trascendental de las respuestas de Tomás Zeron, plasmadas por escrito y
grabadas (aun cuando sean incompletas y fragmentadas), reside en que son un
testimonio narrativo de la posible participación del expresidente aludido,
juntamente con los titulares de las fuerzas armadas bajo su mando, en el
encubrimiento del terrible evento, en el marco de nuestro ancestral “Sistema
Nacional de Corrupción e Impunidad. S.A. de C.V.”
En esta trágica
narrativa, el actual presidente (AMLO) ha quedado en entredicho, como mentiroso
y encubridor; a efecto de que no se involucren a su antecesor ni a las fuerzas
armadas y no aflore toda la verdad para hacer justicia integral verdadera,
tanto a los familiares de las víctimas en lo particular como al pueblo mexicano
en general. Es “la banalidad del mal” que distingue a los poderosos. (Hanna
Arendt, disxit)
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