Héctor Manuel Popoca Boone.
Una ciudadanía activa y propositiva es aquella que
siempre está en movimiento para aportar mayor cohesión al conglomerado social,
y a su vez dar señales a los gobernantes de las formas más cercanas de ejercer
el mandato conferido por la gente, para servirla escuchando y resolver
conflictos focalizando con justeza la acción pública de la mejor manera posible.
De tal suerte que el monopolio de la fuerza institucional sea siempre la última
razón para dirimir conflictos, haciendo prevalecer la paz con la aplicación de
la justicia y el incremento de la prosperidad social con la vigencia de la seguridad
pública.
El uso indiscriminado de la fuerza pública, así como
el constante desgaste institucional que acompaña siempre una aplicación tergiversada
de la ley, genera mayor inconformidad social que aquella que se desea contener,
ya sea provocada real o ficticiamente por supuestos o verídicos infractores de
la sana y pacífica convivencia social.
En Guerrero los ciudadanos están en permanente
movimiento por diferentes causas, razones o motivos que se presentan en las
diversas regiones geográficas. Lamentablemente la mayoría son movimientos de
inconformidad o protesta por actos delincuenciales, de indiferencias o abusos
institucionales, de la no correcta aplicación de la ley o de pérdidas que traen
consigo eventos meteorológicos que provocan desastres naturales.
Actualmente sobresalen movimientos ciudadanos en torno
a la falta de respeto a los derechos humanos y a la justicia postergada. Son
ejemplo de ellos, los suscitados por las desapariciones forzadas de normalistas
en Iguala, de jóvenes en Chilapa o las manifestaciones de una parte de los
profesores en contra de la reforma educativa puesta en marcha. También están los
movimientos de la ciudadanía en general, por los estragos que ocasiona la
delincuencia organizada con acciones de toda clase de delitos que quedan en la
impunidad.
No menos importantes son las movilizaciones de los
ciudadanos integrados a las policías comunitarias y los ciudadanos armados para
la autodefensa de su patrimonio, ya sea en el medio rural o en el ámbito
urbano. La protesta pública también existe por asesinatos o encarcelamientos de
políticos y luchadores sociales. En fin, en la actualidad, en materia de
movilización ciudadana, prevalece como característica fundamental la acción
civil de naturaleza reactiva, reivindicativa, contestataria, de repudio o defensiva.
Hoy requerimos más que nunca de ciudadanos en
movimiento efectivo en acciones de naturaleza propositiva y creativa. De suma y
no de resta o división. De comportamientos sociales que contribuyan a generar
espacios de paz, de mayor cohesión social y de fortalecimiento del espíritu
comunal. Donde priven los elementos de armonía social, más que de disolución y
parálisis colectiva.
Aun cuando en
un principio se vean modestos o poco impactantes, esos esfuerzos son valiosos, ya
que a la larga nos mantendrán amalgamados y serán bálsamos para que cicatricen
con mayor prontitud las heridas y laceraciones provocadas en el tejido social
por ilícitos de todo tipo.
Ejemplo de ellos son el rescate y aprovechamiento de
los espacios urbanos para el ejercicio físico y para la recreación de los
jóvenes. Lo es también otorgarle mayor aliento a los espectáculos artístico-culturales,
en donde se reúna y exponga lo más destacado de las manifestaciones de la
danza, música, vestimenta, artesanías y gastronomía de todas las regiones del
Estado de Guerrero.
Es de gran utilidad todo tipo de movimientos
ciudadanos que exalten las diversas formas de cómo los guerrerenses muestran su
vitalidad como pueblo pacífico, ávido de prosperar, a través no del temor sino
de la alegría que provoca el bagaje de una multiplicidad de tradiciones,
costumbres, manifestaciones artísticas y culturales. Lo mejor de nosotros
también es cultura nacional.
En fin, el combate al individualismo y al egoísmo que
conlleva la deshumanización colectiva progresiva, pasa por acrecentar los
comportamientos de grupos sociales que tengan como finalidad incentivar la justicia,
la paz, la cultura y la necesaria fraternidad social.
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