Héctor Manuel Popoca Boone.
Con
esa pregunta directa y a bocajarro, inició Jorge Valdez Reycen a entrevistarme,
“sin medias tintas”, me dijo. Dentro de su programa en redes: “Noticias Guerrero
Hoy”. Mi respuesta la expresé en automático, “a calzón quitado”, como decía la
otrora famosa vedette que codeaba sus encantos con encumbrados gobernantes. Pero
ante lo llano de la pregunta, le dije a Jorge: mi querencia de ser Gobernador
de Guerrero es para poder, junto con la ciudadanía, emprender opciones, claras
y realistas, para levantarnos de la postración social y económica en que
estamos inmersos; así como sacudirnos el hartazgo político que está
generalizado en estas tierras sureñas; todo, en el marco de la pandemia del
Covid-19 que nos azota irremediablemente. Otro motivo ha sido observar como simple
ciudadano, el errático y ondulante manejo con que las autoridades estatales y ciertos
ediles han enfrentado al virus Covid-19, que está fuera de control ahora.
Considero,
le dije, que los tres niveles de gobierno han dejado mucho que desear en su
actuación tanto en materia de salud, educación como de gobierno interior. Las
dependencias estatales como la Secretaría de Salud tienen fuerte
responsabilidad por alterar, ocultar o interpretar sesgadamente, los registros
oficiales de la infestación; aunado al desabasto de medicinas y equipo médico,
padecido por el personal de la salud en la primera línea de combate. La
Secretaría de Educación por su inacción cívica, para motivar, extra aula y en
todos los niveles educativos, una mayor conciencia ciudadana acerca de la
gravedad del virus mencionado; e implementar una eficaz persuasión en su radio
de ascendencia social, acerca de las medidas sanitarias que debemos observar
para contener al Covid-19 y evitar así los excesos de contagios y decesos, que
bien pudieron evitarse.
Al
“maestro incómodo” lo acuso de practicar, a la par del gobernador, la política gatopardiana
de hacer creer a la ciudadanía que hubo cambio en las medidas sanitarias
del semáforo amarillo en su tránsito al color naranja; cuando en realidad no
hubo tal cambio y no se restringieron las actividades económicas no esenciales,
como lo indicaba la sensatez, dada la dinámica de contagios que teníamos y
seguimos teniendo. En términos reales, continuamos en el color amarelo, de
mayor concentración y desordenada movilidad social. Para mayor abundamiento
sobre “El Gran Engaño”, leer mi artículo en El Sur (26/09/2020).
Pero,
¿por qué más, aspiras a ser gobernador de Guerrero?, me volvió a inquirir el
sagaz periodista que me entrevistaba. La aspiración de ser candidato, también
radica -le conteste- en mi rechazo al comportamiento de la mayoría de la clase
política guerrerense la cual faroleándose está, cada vez con mayor intensidad,
en la búsqueda de adhesiones a sus anhelos de poder y a sus intereses políticos
personales o de grupo; más que a contribuir a salvar vidas humanas. La desnudez
de la liviandad y deshumanización de los partidos políticos y sus militantes también
ha sido patética. Y en ese afán desmedido de colmar sus ambiciones, van de
región en región, haciendo reuniones y concentraciones políticas, sin respetar
o hacer respetar las mínimas medidas sanitarias establecidas. No observan uno
de los principales principios de la bioética; a saber, no dañar al prójimo; que,
en este caso, se traduce en contagios y muertes.
No
soslayo la parte que nos corresponde, como ciudadanos, para detener el
crecimiento de las infecciones y defunciones. También es inocultable el valemadrismo
de una parte de la ciudadanía, de su desobediencia y falta de disciplina civil;
patentizada en la falta de consciencia y escaza participación cívica. Pero
rechazo que los ciudadanos tengamos la principal responsabilidad, como algunos pretenden
endilgarnos.
A
la mayoría de la ciudadanía le impele más, salir a la calle a buscar el
sustento diario y no la mera frivolidad de recreación social desaforada. Si la mayoría
del pueblo tiene poca consciencia ciudadana, se debe al mal ejemplo que nos han
proporcionado históricamente, nuestros gobernantes y políticos envueltos en su
corrupta partidocracia; asi como el frágil y bajo nivel educativo, con el que salimos
de las aulas escolares. (continuará).
PD1.
¿Y dónde quedaron los más de 600 mártires del PRD-Guerrero que ofrendaron sus
vidas para hacer valer sus ideales? ¡Uf!
PD2.
La Secretaría de Salud estatal no autorizó, con justa razón, mi solicitud para
instalar pequeños módulos en espacios públicos municipales, para la captura de
75 000 firmas de respaldo ciudadano, a mi aspiración político-electoral, en el
marco de la creciente pandemia del Covid-19 en nuestro estado. Continuaré la
lucha para hacer valer mis derechos políticos.
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