domingo, 11 de septiembre de 2011

Inflexiones políticas.


Héctor Manuel Popoca Boone.


En virtud de que mi capacidad para trabajar va en mengua, es por lo que he decidido buscar una diputación o una senaduría para bien descansar con jugosa dieta mensual. ¡Chúpale pichón!


En la tierra donde todo es posible, está muy desprestigiado el vocablo: “De izquierda” a causa de algunos dirigentes políticos que lo han empañado a base de farsa, corrupción, hipocresía y a la vez cinismo social. Para muchos de nosotros en vez de ser palabra de prestigio, ya lo es de pena.


El viejo PRI, con su estrategia fallida de inhibir a la ciudadanía para que no saliera a votar, mostró la faceta más antidemocrática que pueda tener. Y ahora el chómpiras junto con sus paleros quiere dar lecciones de cómo gobernar con eficacia, cuando en su oportunidad fue defenestrado. ¡No jodan!


En estas épocas y en estas tierras del sur, la caballada no está flaca ni gorda, está ¡bofa! Entre menos deseos tengamos, menores serán nuestros sufrimientos. Principio budista válido en estos tiempos de tempraneras calenturas electorales.


La politiquería, que no es política ni ética contenida en ella, es puro degenere retórico. Los políticos al usar indiscriminada e inescrupulosamente todos los medios terminan por deformar todas las finalidades.


¡Recórcholis! El feroz combate entre la astucia del cazador y la sagacidad de la presa son nada al compararse con las emboscadas traicioneras que se dan entre sí los políticos y servidores públicos.


Sin educación verdadera Guerrero no tiene futuro ni trascendencia. Aposté tres contra uno que en actual ciclo escolar el magisterio cubriría 200 días efectivos frente al aula. En menos de un mes perdí todo mi dinero.


¡Pa su má! Si el significado de la palabra “Estado” conlleva territorio, población y gobierno propio, entonces podemos conjeturar que en algunos estados de la república se han gestado en su seno diferentes y diversos estados bajo control del “otro negocio”; habiendo quedado desbordados los gobiernos civiles e inermes los ciudadanos. Esa es la triste realidad actual, actuante y tajante.


Si la casta política de México y sus gobernantes no voltean los ojos para atender las necesidades populares y en particular la de los jóvenes, pasará cosa parecida a la que estamos presenciando en tierras árabes y españolas.


La obra pública, las adquisiciones, las concesiones  y la contratación de servicios externos son fuentes primigenias del enriquecimiento súbito, inaudito y totalmente explicable de políticos y gobernantes. ¡Órale!


Ándese con tiento el pueblo en el ocaso de gobernantes salientes. Los pendientes que dejan son de cuidado. Veámonos en el espejo de la corrupta administración y el inicuo saqueo de las finanzas públicas estatales hechas por el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, y su caterva de ex funcionarios públicos.


De concretarse la intención de algunos funcionarios estatales de iniciar el saqueo de las arcas públicas, les digo que yo paso. ¡Sopas!


Visto está: lo que roba un gobernante a su pueblo es infinitamente inferior al repudio que gana su persona ad perpetuam.


Es difícil para un político todopoderoso sentirse superior frente a un médico que le realiza un examen convencional de próstata.


Algunos políticos son tan pagados de sí mismos e insuflados de grandeza que condensan en sí mismos la esencia más resumida de la mediocridad personal. Su repudio permanente debe sobre todo a que permanece incólume la buena y fina sensibilidad social.


Otrora, algunos compañeros de campaña electoral, mostrábanse afables, cooperantes y serviciales. Hoy, que detentan un puesto público, están de un mamón que exudan soberbia, engreimiento y prepotencia. Solamente Zeus los puede aguantar. No saben que dejaremos el Olimpo dentro de cuatro años, si bien nos va.


Respaldo al gobernador cuando dice que es inmoral disponer de la estructura y programas gubernamentales para apalancar precampañas electorales. 


PD. Me uno con solidaridad activa a los pueblos originarios de las regiones de la Montaña y Costa Chica en su lucha por bajar las altas tarifas de luz que la CFE les impone sin tomar en cuenta su ancestral pobreza. ¡Carajo!










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