Héctor
Manuel Popoca Boone.
Característica
de ésta época ha sido la conformación de personajes multimillonarios en
diversos puntos del planeta que se disputan figurar en el ranking de la afamada
revista Forbes. Ello, a la par de privatizaciones de empresas estatizadas que
se han dado en todo el orbe, acicateadas por el Fondo Monetario Internacional y
el Banco Mundial. Concomitante, presenciamos la existencia de movimientos de
los desesperados del mundo que se desplazan en migraciones masivas a los países
ricos impulsados por la pobreza; y en la inconformidad juvenil por la no
visibilidad de un futuro digno en donde priven mejores oportunidades de mejor
calidad de vida.
La dinámica
en la inequitativa distribución de la riqueza socialmente producida a nivel
mundial ha hecho que la clase adinerada sea cada vez más poderosa y la
población depauperada cada vez más creciente. Las protestas y movimientos
sociales florecen por doquier. No es posible contenerlas con programas asistencialistas
o de protección social temporales y de reducido monto. Lo que piden los más,
son empleos formales y remuneradores con esquemas de seguridad pública y social.
La
generación de multimillonarios en el mundo obedece a dos patrones de
participación económica y de acumulación de capital, observados desde el siglo
pasado: En los países desarrollados por su inserción en corporaciones
financieras, mineras, de tecnologías de punta, (sobre todo las de telecomunicaciones
y de procesamientos electrónicos), en la industria pesada, farmacéuticas, en
las manufactureras de exportación, así como en el aprovechamiento de energías
renovables y no renovables (petróleo, gas, electricidad, entre otras). En los
países subdesarrollados o en los llamados “emergentes” la clase empresarial
local se caracteriza por su inclusión en las actividades económicas
especulativas, inmobiliarias, de comercio de materias primas y de
coparticipación en la explotación de las fuentes de energía.
El
economista Jaime Petras documentó la génesis del grupo de multimillonarios
rusos a partir de las privatizaciones que se realizaron en la industria minera,
energética, manufacturera y de transportes de propiedad estatal de la extinta
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Tan rentables eran antes como lo
son ahora. La prueba es que los poderosos empresarios rusos surgidos de la
privatización no se han significado hasta hoy en establecer nuevas empresas
innovadoras sino del uso monopolizado privado de la estructura productiva
privatizada.
El proceso
intenso de convertir la economía rusa estatizada a una privada estuvo revestida
por una estela de corrupciones entre gobernantes, políticos, funcionarios
públicos y nacientes empresarios asociados con empresas extranjeras durante el
régimen de Boris Yeltzin y de Vladimir Putin; que contaron con la asesoría de
especialistas en “libre mercado” de la Universidad de Harvard, con el respaldo
del gobierno de Estados Unidos.
Transcurrido
el tiempo, los resultados obtenidos muestran que la mayoría del pueblo ruso en
lugar de prosperar entró en un proceso de pauperización al desmantelarse una
economía sólida en empleos permanentes, la caída de salarios, despido masivo de
trabajadores y el desmantelamiento de un efectivo sistema de protección social.
La contraparte fue la formación de una reducida pero poderosa elite empresarial
ligada a las grandes corporaciones internacionales dentro de una economía
“emergente” en el marco de los cánones del capitalismo moderno.
Así, La
propiedad estatal de estratégicos medios de producción con grandes y numerosos
activos fijos, creados por el pueblo ruso durante más de setenta años, en menos
de diez años fue sujeta a su apropiación por parte del capital privado, dentro
de una estrategia gubernamental de dejar de invertir, modernizar e innovar en
las plantas productivas estatales para provocar sus obsolescencias artificiales
que dieron pretexto a la desnacionalización.
PD.
Inobjetable y digno de aplauso es el contenido del Plan Nuevo Guerrero que dio
a conocer el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Tan solo pido que
campee la honestidad, eficiencia y oportunidad en la aplicación consensuada de
la multimillonaria inversión anunciada.
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