Héctor Manuel Popoca Boone.
La antípoda con la que se enfrenta un presidente electo para
formar su gabinete de gobierno es, por un lado, el conformarlo con puros
incondicionales, tengan o no las aptitudes necesarias. O bien, constituirlo
tomando como criterios la capacidad y la habilidad requerida para desempeñar
bien la encomienda asignada.
En términos generales, el gobernante gris prefiere rodearse de personas
con perfil bajo, que no opaquen su personalidad y que solo estén en la
disposición inmediata de acatar instrucciones, sin la menor objeción. Para
dicho mandatario, solo debe haber una sola luz...la de él. En torno a la cual todo
debe gravitar. En cambio, el gobernante que se precie estadista, conforma su
equipo de trabajo con gente capaz, con brillo e ideas propias, que no teme
discrepar ante una consideración superior, si su criterio personal así lo
indica.
El presidente Benito Juárez es el ejemplo histórico de un
gobernante que supo rodearse de los mejores hombres que el país requería. En la
difícil época donde le tocó reconstruir los destrozados destinos nacionales: El
de la república restaurada, posterior a las guerras civiles de la Reforma y a la
invasión del imperio francés. Su gabinete estuvo compuesto por colaboradores preparados,
igual o más que él.
Reunió a hombres sobresalientes tanto en pensamientos (la pluma) como
en artes militares (la espada). Todos con una convicción común. Los ideales de
la soberanía nacional, la libertad y la igualdad, fueron la amalgama para
cohesionarlos férreamente. El reto, sacar a México del atolladero en que estaba
postrado.
Dichas destrezas les dio el triunfo, tanto el de las ideas
(liberales vs conservadores) como el
de la política por medio de las armas. En la defensa de nuestra soberanía y
estabilidad nacional. La impronta del gabinete presidencial juarista de aquel
entonces, marcó el devenir histórico de nuestra hoy maltrecha y vulnerada
patria. Realizada por los malos gobiernos del PRI-PAN-PRD.
Del grupo de funcionarios de corte civil destacaron, entre otros:
Sebastián Lerdo de Tejada, Ignacio Ramírez, Ignacio Altamirano, Matías Romero,
Francisco Zarco, José María Iglesias, Ignacio Vallarta. (Melchor Ocampo había
sido asesinado con antelación). Del grupo de los militares sobresalieron, entre
otros: Mariano Escobedo, Porfirio Díaz, Vicente Riva Palacio, Ramón Corona,
Tomás Mejía, Donato Guerra, Manuel González, (Ignacio Zaragoza había fallecido
antes de enfermedad).
A excepción de Benito Juárez e Ignacio Altamirano, que nacieron
en la pobreza, los políticos liberales civiles pertenecieron a clase media-alta.
Casi siempre vivieron en centros urbanos, formándose en las principales
instituciones educativas del país. En cambio, fueron de origen rural y humilde los
orígenes de la mayoría de los militares liberales, cuyos blasones los conquistaron
en los diversos frentes de combate donde participaron. La excepción fue el
General Vicente Riva Palacio que era letrado y de alcurnia.
Por edades, el gabinete de Juárez estaba integrado por dos
generaciones: los civiles que promediaban los 45 años, mientras que los
militares giraban en torno a los 35 años de edad. Los de la oratoria y la
escritura, tuvieron su génesis en el último período de las guerras de
Independencia e inicio del Imperio de Iturbide. Los del sable y la batalla, en los
tiempos turbulentos de Antonio López de Santa Ana y de la invasión
norteamericana. Los civiles eran liderados por Benito Juárez. Los militares por
Porfirio Díaz.
PD1. El presidente del PRD-Guerrero tiró a la basura, la historia
progresista y heroica de ese partido. Sentenció que aquellos dirigentes
que no apoyen la coalición con el PAN y a su candidato presidencial, Ricardo Anaya,
serían sustituidos y sin derecho a aspirar a un “hueso” Así están
ahora: desfondados, naufragantes y en el desvarío total …con las manos embardunadas
de sangre.
PD2. Les recuerdo que Peña Nieto y el PRI siguen manteniendo a
nivel internacional una conducta abyecta y lacayuna ante el nefasto Donald
Trump.