viernes, 7 de junio de 2019

Poder Agroalimentario


Héctor Manuel Popoca Boone.

La amenaza del presidente Trump de imponerle a México aranceles progresivos desde el 5 hasta el 25 por ciento a las exportaciones que realizamos a su país, a partir del próximo lunes, por resistirnos a reprimir a nuestros hermanos centroamericanos, migrantes, que vienen huyendo de la hambruna y violencia que asola a sus países de origen, es por demás inaudita y el intento de extorsión es insólito, repudiable y deleznable a todas luces.

 Nuestra balanza comercial de bienes y servicios agroalimentarios con el mundo es favorable; esto es que, de 32 444 millones de dólares que arrojaron las exportaciones de México al resto de mundo, nuestras importaciones fueron de 27 172 millones de dólares; resultando positivo el saldo a nuestro favor en 5 268 millones de dólares en el 2018.

De las exportaciones que México realizó en ese año de productos agroalimentarios para Estados Unidos, estas tuvieron un valor de 26 598 millones de dólares; o sea representaron el ¡82 por ciento! del total de nuestras exportaciones; por lo que México entrará en un estado delicado, económicamente hablando, de establecerse los aranceles. Considérese también que el no tener mayores divisas, por el encarecimiento de las importaciones de gasolinas, indefectiblemente la capacidad de compra en el exterior de granos básicos que hacemos de EUA también se encarecerá a causa de la depreciación de nuestra moneda frente al dólar, cosa que por lo demás ya se ha iniciado. Analistas auguran severos efectos en nuestro crecimiento económico anual que iría de 0.3 por ciento a -1.5 por ciento; es decir entraríamos en recesión de llegar al 25 % de carga arancelaria.

De esta forma, en lo económico, las medidas arancelarias se le revertirán a su promotor en virtud que generarán desempleo en el campo mexicano y por consecuencia los jóvenes ingresaran y engrosaran el ejercito de migrantes de reserva.

Con la amenaza del presidente de EUA, ahora más que nunca, resalta la importancia de ser menos dependiente en materia de alimentos con EUA y diversificar aún más nuestras exportaciones e importaciones con el resto del mundo. De cumplirse el ominoso amago, el poder adquisitivo de nuestra moneda se verá afectado. México dejará de recibir buen monto de divisas y se depreciaría el peso mexicano volviendo inútil la firma del tratado de libre comercio con EUA y Canadá.

El que les respondamos con la misma moneda, con la imposición de aranceles a las importaciones agropecuarias que realizamos de EUA causaran poca mella, puesto que no tenemos una agricultura fuerte comparada a la del vecino del norte. Si EUA importan hortalizas y frutas (alimentos no esenciales, pero de alta rentabilidad económica) de México, las importaciones de productos del campo de EUA a México si son vitales debido a que se trata de granos básicos, (principalmente maíz amarillo y blanco) de los que somos deficitarios en un 45 por ciento de nuestro consumo. En otras palabras, dependeríamos alimenticiamente en forma más cara de nuestros vecinos norteamericanos y perderíamos soberanía alimentaria y libertad en nuestro propio territorio (“tercer país seguro”) más de la que ya perdimos con el régimen presidencial de Peña Nieto.

Este desafío nada menor debe hacernos reflexionar para estar mejor preparados para los embates del comercio mundial, así como de las presiones del Gobierno de Estados Unidos en los intentos de doblegarnos y acatar comportamientos inadmisibles y perjudiciales ya que vulneran nuestra soberanía nacional; la alimentaria en lo particular.

Para el caso de Guerrero, se deben empezar a visualizar programas compensatorios de tipo comercial hacia el mercado interno para los productores cuyos productos tradicionalmente se dirigen al mercado estadounidense como lo son: el mango, el melón, la miel y el café. (No incluyo la marihuana, la heroína y el trasiego de cocaína por razones obvias).

PD. En política como en la música, hay que saber bien combinar los sonidos con los silencios.

viernes, 24 de mayo de 2019

Desafíos externos.


Héctor Manuel Popoca Boone.

México no puede existir como ínsula, ni tampoco es autosuficiente en todos los ámbitos; como para darse el lujo de no depender de nadie o evitar situaciones que en la actualidad escapan a su control. Sobre todo, si son fenómenos que se presentan a nivel mundial e impactan de diferente forma a cada una de las naciones. En la medida que podamos sortear con buenas políticas de gobierno los diversos desafíos que frenan nuestro progreso es como mejor librados saldremos de ellos o por lo menos, disminuir a su mínima expresión sus impactos negativos.

La globalización en muchos y diversos aspectos nos obliga a practicar, en cierta magnitud, la interdependencia internacional. En lo económico, en las diversas actividades concernientes a la producción y al comercio lo hemos constatado; desde la fabricación de ropa casual hasta en la extracción masiva de nuestros recursos energéticos con tecnología de punta. Las variaciones en las exportaciones e importaciones de economías como la nuestra están sujetas a las inestabilidades que suceden en los mercados internacionales. De tal suerte que, por ejemplo, los Estados Unidos y China han entablado una “guerra de aranceles” que vuelven atractiva las exportaciones de acero mexicanas y, por consecuencia, la generación de divisas.

La polarización económica (tanto la interna, como la externa) provoca el fenómeno reiterado: pocos con mucho y muchos con poco; encareciendo los bienes y servicios en el mercado y haciendo difícil su acceso a la mayoría de la población; el progreso social mengua y la migración aumenta. Agréguesele a los anterior los factores energéticos (petróleo, gas, agua, etc.) que también entran en la puja por su control económico trasnacional; y son ejes estratégicos para cualquier tipo y magnitud del crecimiento económico ya sea con desarrollo social o sin él porque las buenas y estables cifras macroeconómicas de tipo financiero esconden casi siempre depauperación social.

Las crisis financieras internacionales impactan en mucho los sistemas bancarios y de intercambio de monedas locales, por la interdependencia mundial con que funcionan, además de frenar el crecimiento económico mundial. La inflación y la devaluación de la moneda son mecanismos no deseados pero necesarios que utilizan los países capitalistas para no incurrir en desajustes macroeconómicos, principalmente de deuda pública estancando a las economías nacionales, reduciendo sus capacidades de pago y debilitando sus reservas monetarias.

Efectos perjudiciales de lo anterior son las migraciones transnacionales de hombres y sus familias en búsqueda de paz, trabajo, seguridad y bienestar en otras naciones ajenas a las de su origen. Ejemplo de ello son el desgajamiento de pueblos africanos que se dirigen principalmente a Alemania, Francia y los Países Bajos; los de Europa Oriental y los grupos trashumantes de países árabes por razones bélicas, de carácter territorial, étnico o religioso; y en América el fenómeno migratorio masivo de familias centroamericanas que se dirigen hacia Estados Unidos pasando por México.

Convivir con el gobierno de Estados Unidos le resulta difícil y complejo a México. El presidente Trump no ceja de actuar con prepotencia carente de diplomacia hacia nuestro país, invocando un localismo grandilocuente y recalcitrante al estilo de Mussolini. La inestabilidad económica provocada por la imposición a la alza de aranceles en nuestro comercio regional, ya sea en productos agrícolas o de la industria local, refleja poca animosidad de cooperación internacional multilateral por parte de EUA; así como un fuerte proteccionismo que creíamos nunca jamás adoptaría por ser el país promotor que más participación e intención tuvo en el pasado para establecer el modelo económico neoliberal en aquellos países de los que tiene control financiero a través del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional.

Actualmente en su agenda internacional, México vuelve a enarbolar distinguidamente los principios y posturas de antaño, ante la situación crítica por la que atraviesa Venezuela: Autodeterminación de los pueblos, respeto a la soberanía nacional y solución de los problemas en forma pacífica.



El Plan de AMLO y el campo mexicano. (3)



Héctor Manuel Popoca Boone.

 México no puede permitirse seguir teniendo condiciones precarias en el sector rural, puesto que son las que provocan la expulsión de jóvenes al no encontrar alicientes en materia de salarios y empleos; son prácticamente huidas en falso realizadas en forma permanente, plagadas de incertidumbre económica e indefensión completa. Agréguesele a lo anterior las migraciones encaminadas hacia la delincuencia organizada y a los ámbitos de la violencia de manera constante. De ahí el principio rector del Plan. “No s migración por hambre o por violencia”

No tiene desperdicio alguno el siguiente párrafo del plan propuesto a la nación: “El sector agrario ha sido uno de los más devastados por las políticas neoliberales. A partir de 1988 se destruyeron mecanismos que resultaban fundamentales para el desarrollo agrario; se orientó el apoyo público a la manipulación electoral y se propició el vaciamiento poblacional del agro. Las comunidades indígenas, que han vivido desde hace siglos la opresión, el saqueo y la discriminación, padecieron con particular intensidad esta ofensiva. Las políticas oficiales han favorecido la implantación de los megaproyectos y han condenado al abandono a comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios. Ello no sólo ha resultado desastroso para los propios campesinos sino para el resto del país: actualmente México importa casi la mitad de los alimentos que consume, así como la mayor parte de los insumos, maquinaria, equipo y combustibles para la agricultura.”

 El plan reconoce que hay resultados positivos en el crecimiento de la agricultura mexicana gracias a la producción de productos exportables (hortalizas y frutales) que representan buena cuantía de la riqueza rural generada; pero también explica que el beneficio no ha sido socializado, sino apropiado por una reducida porción de unidades productivas, es decir, de pocos potentados empresarios rurales del occidente y norte del país. Así, mientras el 73 por ciento de las Unidades Económicas Rurales a nivel nacional perciben ingresos netos de no más de 17 mil pesos, otro 8 por ciento obtiene ingresos superiores a los 562 mil pesos por unidad productiva según estadísticas de la Secretaria de Agricultura.

Con las buenas cifras macroeconómicas referidas a las exportaciones de productos agrícolas han tratado de maquillar la postración y la dependencia en la producción alimentaria en general. Afirma el Plan que el esfuerzo económico debe orientarse más a fortalecer un mercado interno que permita la construcción de una “economía para el bienestar” de todos, por todos y para todos. Una economía social y humana.

Hablar del campo mexicano es describir, en buena parte del territorio nacional, el fenómeno de la injusticia rural en lo económico, político, social y de sus consecuencias en materia de inseguridad, violencia y delincuencia. Cortar de raíz las causas y no solo los yerros de ellas es el camino más acertado para reconstruir la cohesión destrozada, la ingobernabilidad, la inhibición de la actividad económica o de plano, la vida de los seres humanos. El principio rector: “No hay paz sin justicia” que marca el Plan es ineludible para la pacificación rural y para establecer bases sólidas para la reincorporación social de la juventud al ámbito de los estudios o del trabajo remunerado.

Estipula el Plan: “El país requiere una democracia vigorosa basada en instituciones y mecanismos, democráticos tanto representativos como participativos; asegurando así que la población se erija como el timonel del destino nacional” Para los mismos efectos y como otro paradigma de política, el Plan establece que “La democracia significa el poder del pueblo”. Por tanto, es relevante la importancia que adquieren en este sexenio las asambleas comunitarias rurales, como instrumento de programación y designación de apoyos gubernamentales a productores rurales.

PD1. Guerrero, bañado en sangre, violencia y delincuencia; corrupción y mentiras; donde campea el dolor y la ingobernabilidad. “Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”, así dice un canon en el Plan presidencial.





martes, 14 de mayo de 2019

El Plan de Amlo y el campo mexicano. (2)


Héctor Manuel Popoca Boone.

Uno de los principios rectores y transversales de la propuesta de Plan Nacional de Desarrollo, entregado a la Cámara de Diputados para su aprobación por el actual Presidente de la República es: “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera”. Tiene como propósito permear y tamizar, programas y acciones gubernamentales, tanto urbanos como rurales para verdaderamente disminuir el eterno problema histórico de la discriminación y la exclusión social por carencias materiales, entre otras más.

Desde la época prehispánica, los habitantes de los territorios, hoy nacionales, conocieron tales subyugaciones a manos del dominio azteca; después, todos los pueblos indígenas y criollos padecieron el yugo hispano, donde fueron tratados como habitantes de segunda y tercera clase. Tampoco en la época de la independencia nacional, ni en el período de la Reforma o de la Revolución Mexicana de 1910 tuvimos los mexicanos, en la vida cotidiana y en el transcurrir de los años, la oportunidad de erradicar, en forma sustantiva, esas formas de relaciones humanas que son insostenibles y vulnerables. La explotación, discriminación y exclusión humana por sus mismos congéneres es un sello indeleble y constante en nuestro devenir nacional.

Históricamente, la acumulación de bienes materiales y su posesión es la principal razón de ser y hace la diferencia en términos mundiales; y produce rezago a los integrantes de un grupo, una sociedad o entre países; fenómeno que se da en cualquiera parte de mundo donde exista intercambio de productos u otro tipo de valores mercantilizados acumulables; y esa diferencia que marca lo económico se agudiza según sea la ubicación, raza, piel, lengua o creencia, entre otras especificidades.

En México, significativos grupos de pueblos indígenas tanto en sus comunidades de origen como en las zonas suburbanas paupérrimas que habitan, son los que padecen aguda discriminación, acentuada desigualdad y son los pobres dentro de los pobres; situación que ha sido causal histórica de cíclicas explosiones sociales.

Derivado de los anterior, se inscribe otro propósito presidencial: “Por el bien de todos, primero los pobres”. Es de primer orden en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2025. Debido a que buena parte de los pobres -y dentro de éstos, los pueblos indígenas- merecen mayor atención de la que se les ha dado a lo largo de la historia. Es muy amplia la brecha socioeconómica de la pobreza entre la ciudad y el campo; y en lo rural, la brecha se agudiza entre los indígenas y demás pobladores rurales.

Los motivos de la pobreza en los hogares rurales, por tanto, es la carencia de ingresos y el bajo desarrollo del capital humano, causas fuertemente interrelacionadas con la actividad extractiva minera, agropecuaria y artesanal; ya que las familias rurales se encuentran dentro de un círculo de pobreza: los bajos ingresos no les permiten acceder a los servicios de salud, educación, capacitación y alimentación, generando con ello permanentes insuficiencias monetarias; trayendo como resultante baja productividad, baja producción y, por lo tanto, una baja retribución del esfuerzo aportado que perpetúa el círculo de la pobreza en el campo.

El círculo de la prosperidad rural está focalizado en unos cuantos empresarios agropecuarios, mientras que la pobreza está ubicada en una gran mayoría de productores rurales. Tenemos un reducido segmento de unidades productivas prósperas, de buena productividad y competitividad en los mercados y un amplio número de unidades productivas pequeñas sin articulación entre sí, estancadas prácticamente en el autoconsumo o están en el abandono total. Se presenta, por tanto, una profunda dualidad productiva que marca su asimetría económica a nivel nacional: es acentuada la inequidad en la retribución del esfuerzo productivo en el sur-sureste del país.

En el sexenio que terminó había demasiados programas institucionales, exceso de gestión interesada y una robusta burocracia central, que tuvieron en la realidad sus propios objetivos, beneficiarios y reglas de operación lo que provocaba que en algunos casos se duplicaran esfuerzos y beneficiarios, incluso se contraponían estrategias y objetivos específicos.








El Plan de AMLO y el campo mexicano (1)


Héctor Manuel Popoca Boone.

Fue de asombró la primera reacción que me causó leer la propuesta presidencial del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. Mismo que fue entregado a la consideración del poder legislativo y de la opinión pública del país vía internet. El documento se aleja de la ortodoxia en los tecnicismos clásicos de la planificación, tanto en la forma en que se presentan los temas, como de su correspondiente tratamiento; así como de la narrativa empleada. Es más, y con mucho, un documento político que un compendio de planificación en el sentido estricto de la palabra. No va más allá de 63 páginas. Pretende hacer historia, en su propósito ya plasmado institucionalmente de llevar a cabo una cuarta transformación social y económica del país.

El tema del campo mexicano, al igual que los temas económicos, sociales, jurídicos y políticos, son tratados a partir de ejes transversales que permean y matizan el qué hacer público. Por ejemplo, se menciona que todo lo que se realice para el desarrollo del agro deberá hacerse con “honradez y honestidad”. Se postula así: en pocas palabras, porque en el ámbito que nos ocupa, la presencia del aparato de gobierno solo ha servido para robar a los muchos campesinos y dejar robar a la mayoría de los gobernantes, como también a los “lucradores sociales” a partir de los moches, las adquisiciones públicas, las inversiones públicas infladas, la asignación indebida de apoyos gubernamentales y la solventación, en contubernio, de deudas económicas y subsidios de gran cuantía favoreciendo a los pocos potentados del campo. No se diga del uso político electorero de los programas federales, estatales y municipales. Este eje es la propuesta en contra de la “corrupción extendida y convertida en práctica administrativa regular. La corrupción ha sido el principal inhibidor del crecimiento económico. Por eso estamos empeñados, en primer lugar, en acabar con la corrupción en la administración pública, no sólo la corrupción monetaria sino la que conllevan la simulación y la mentira.”

No en balde queda postulado otro vértice transversal: “No al gobierno rico con pueblo pobre”. O díganme si no existe la costumbre de ver a la mayoría de políticos y funcionarios del medio rural hacerse ricos de la noche a la mañana, gracias a la sustracción ilícita del erario público y de la alteración de las cuentas públicas de los programas rurales. No ocultan su ostentación de casas, coches y comilonas de lujo, por mencionar algunos tópicos que expresan su reluctancia de ir al surco y a las parcelas de los campesinos pobres. Solamente se hacen presentes cuando estos politicastros van a las poblaciones rurales e indígenas en búsqueda afanosa del voto político. “Los robos monumentales de recursos públicos fueron acompañados por el dispendio, la suntuosidad y la frivolidad a expensas del erario y los gobernantes enriquecidos han sido la insultante contraparte de la pobreza de millones. El saqueo del presupuesto y los lujos faraónicos de los altos funcionarios consumieron los recursos que debieron emplearse en el cumplimiento de las obligaciones del Estado para con la población, particularmente con los más desposeídos, y en poner fin a los dispendios con una política de austeridad republicana.”

“Economía para el bienestar” es otro eje que cae como anillo al dedo para el campo mexicano; ya que actualmente está sembrado de puras desgracias económicas y de violencias externas y extremas que no tienen para cuando parar.  “Durante décadas, la élite neoliberal se empeñó en reducir el Estado a un aparato administrativo al servicio de las grandes corporaciones y un instrumento coercitivo en contra de las mayorías. Su idea de que las instituciones públicas debían renunciar a su papel como rectoras e impulsoras del desarrollo, la justicia y el bienestar, y que bastaba la mano invisible del mercado para corregir distorsiones, desequilibrios, injusticias y aberraciones, fue una costosa insensatez”. (Continuará).

PD. Artículo elaborado a partir de la muy recomendable lectura del proyecto de Plan Nacional de Desarrollo del Presidente Andrés Manuel López Obrador.


miércoles, 24 de abril de 2019

Tendencias en la globalidad.

Héctor Manuel Popoca Boone
 El que nuestro planeta sea la residencia en donde vivimos como si estuviéramos en una aldea global virtual (Marshall McLuhan dixit) nos implica a compartir y a la vez ser cómplices –en diversos grados y circunstancias– de los aciertos y progresos, así como de las fallas, errores y destrucciones terrenales, que como humanidad somos penosamente los protagonistas principales.
Lo que pasa en una parte de la Tierra aparentemente distante cada vez más nos concierne a todos porque, tarde que temprano, sus efectos buenos o malos, nos afectarán a todos. El poder local ha evolucionado hasta convertirse en un poder planetario cuya capacidad de uso la detentan a la fecha cinco países integrantes del consejo de seguridad mundial de la Organización de las Naciones Unidas. El predominio o subordinación de unos pueblos por otros ya sea en lo social, económico, político o de plano en términos bélicos, marca la transversalidad de la lucha permanente por la hegemonía del poder global.
Los fenómenos que caracterizan la complejidad de las interrelaciones entre naciones y las reacciones de poder y subordinación transnacional en un juego oligopólico son de amplio espectro hoy en día, siendo entre otros, los de carácter social, donde predominan las migraciones masivas de pobladores inter e intra-continentales, motivadas las más de las veces por situaciones bélicas, por el fundamentalismo fanático de corte religioso o étnico. También está la amplia pobreza social y el poco futuro promisorio de los pueblos, cuyas fugas se dan por razones de mejores niveles de calidad de vida que no encuentran en sus lugares de origen.
Otras causales de carácter económico son las motivadas por la apropiación y control de las fuentes de riqueza natural como son los minerales (carbón y metálicos) a los que ahora se suman las energéticas del planeta (petróleo, agua, electricidad, fuentes eólicas y aprovechamientos solares) así como de los no menos importantes saberes científicos, robóticos, tecnológicos, informáticos y cibernéticos.
A los anteriores factores se suman los provocados por los gobiernos de escasa gobernanza que además de que producen hambre y muerte son casi siempre depredadores y aniquilantes de los entornos naturales o históricos; porque son acompañados de interminables guerras regionales de múltiple naturaleza y son la razón de ser de la fuerte industria armamentista, cuya boyante existencia cierra el círculo de la muerte y paulatino aniquilamiento de los seres que habitan la tierra.
En un futuro –prácticamente ya presente– resaltarán las migraciones humanas que obligarán a los países de origen y destino, a tener nuevos espacios de interrelación y gobernabilidad; por las crisis de cambio climático y todo lo que estas dos palabras de amplio espectro significan. El poder de controlar los alimentos a escala continental, regional o local quedará afectado también por los fenómenos de corte catastrófico provocado por el cambio climático mundial causado por el hombre al producir en la atmósfera terrestre los malignos efectos-invernaderos, generados por la constante y ampliada contaminación atmosférica.
El tener conciencia de estos fenómenos de destrucción colectiva gradual, de contaminación continua, cuya intensificación está a la vuelta de la esquina, y que alguno de ellos también puede ser el detonante de una conflagración mundial, nos ayudará en mucho para disminuir el riesgo que se presenten con mayor poder devastador por la alta vulnerabilidad que tenemos ya.

De esa preocupación nace la perentoriedad de establecer como política pública transversal la consigna que prevenir es bien gobernar. Los grandes estragos que han causado terremotos, ciclones e incendios forestales deben ser los motivos permanentes para acrecentar en todo tipo de actividad humana las medidas cautelares correspondientes, acompañadas de una toma de conciencia y una fuerte cultura de la prevención. La vigencia permanente de las leyes en la materia también es requisito indispensable.

Milada Oráková

Recién en una de las plataformas digitales de películas por televisión de paga, tuve la oportunidad de ver la película checoslovaca titulada Milada. Trata de la biografía de la hoy catalogada heroína de la República Checa del siglo XX, Milada Horáková (1901-1950), socorrista, abogada, feminista, política y parlamentaria, víctima de la opresión nazi y posteriormente de la dictadura soviética.
Por oponerse a la ocupación extranjera, por proteger ciudadanos judíos perseguidos y por su afán de que la libertad fuera vértice principal de un sistema de vida social democrático, fue encarcelada por los alemanes nazis durante cinco años, de 1940 a 1945, y enviada finalmente al campo de concentración de Terezín, de la que fue sobreviviente del exterminio fríamente maquinado durante la época de la ocupación de su país por los fascistas.
Poco después de la derrota y desocupación de su nación del terror hitleriano, su patria de nueva cuenta entra en opresión y subordinación junto con otros países de Europa Oriental, al obligar a orbitar en torno al crudo socialismo real establecido por el dictador ruso, José Stalin, en la Unión Soviética. Rápidamente es nulificada una incipiente democracia parlamentaria en la naciente República Checa, en los inicios de la llamada Guerra Fría para obtener la hegemonía mundial protagonizada por Estados Unidos y la Unión Soviética. En esta época, la diputada Milada Horáková destaca en el escenario político de su patria por la firmeza en la defensa de la causa de la democracia, de las mujeres y de la libertad de acción y expresión ciudadana.
Al oponerse al totalitarismo socialista, Milada es apresada durante tres años en forma oprobiosa por las autoridades comunistas checas. Después fue burdamente enjuiciada y condenada a morir en la horca por espionaje y conspiración contra el Estado. Fue la época en que se dan las siniestras purgas mediante procesos político-judiciales amañados de los años 50. Fue la única mujer oficialmente ahorcada de 234 víctimas de esos juicios. Gracias a su firmeza y a su lucha por sus ideales se convirtió en un símbolo de las luchas libertarias y de la resistencia checa contra los regímenes totalitarios de la Alemania nazi y de la Unión soviética.
La reflexión obligada al conocer la vida de esta mujer, al igual de muchas otras de todos los tiempos, nacionalidades y lugares, es la trascendencia y ejemplaridad históricas de sus vidas; caracterizadas por mantener firmemente sus principios y valores a los que norman y ajustan todas sus acciones públicas y privadas. Son modelo de seres humanos íntegros y congruentes, en donde corren en forma paralela y consecuente el decir y el hacer; teniendo la enorme valentía de sostenerlos aún en las condiciones más adversas que se les presentan y, las más de las veces, son muchas mujeres las que quedan en el anonimato sus templanzas, integralidades, hazañas y heroicidades patrióticas.
En México hemos tenido en todas las épocas mujeres ejemplares en todos los campos del quehacer cívico, científico-cultural, político y militar. Buena tarea para nuestros historiadores es obsequiarnos una antología biográfica de ellas. Urge que tengan visibilidad en estos tiempos de cambio, para que sean aliciente educativo para la participación ciudadana.
  1. “Váyanse a los prados y a los bosques, allí, en el perfume de las flores encontrarán un trozo de mí, váyanse a los campos, miren lo hermoso y estaremos juntos. Miren a la gente que les rodea y en cada una de las personas voy a reflejarme en algo… tengo tanta tranquilidad dentro de mí, ya que mi conciencia está tranquila” Milada Horáková.

miércoles, 27 de marzo de 2019

La deshonestidad neoliberal.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Con la información política que proporciona el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, podemos confirmar que en los anteriores gobiernos federales, estatales y municipales –con sus raras excepciones- estuvo presente la deshonestidad pública como sistema gubernamental. Fue usada en forma generalizada y concurrente, con alta frecuencia y complicidad.

Los sexenios neoliberales que hemos padecido datan hace más de 36 años y fueron pródigos en malas artes y grandes desmesuras del erario público, desviado y apropiado para la creación de fortunas individuales y empresariales, raras veces antes vistas en nuestra historia nacional.

La corrupción sistemática fue utilizada como estilo de gobierno para doblegar voluntades, congraciarse adeptos, neutralizar opositores, así como para comprar consciencias, líderes políticos, luchadores sociales y grupos empresariales. Además, fue práctica común usarla para torcer y parcializar leyes.

La apropiación privada del erario público fue la vía socorrida para obtener recursos económicos con la finalidad de preservar el poder político dentro de una estabilidad adocenada. Así fue cimentaba la paz social. No en balde AMLO ha repudiado públicamente la corrupción y el pillaje.

Aún con una vulnerable democracia se ha logrado por fin crear las condiciones y circunstancias que permitan erradicar la corrupción, dentro de la gobernanza en que actuamos, así como de su reiterada recurrencia y magnitud. Los gobernantes, en y después de gobernar, y los altos funcionarios públicos, en y después de administrar la cosa pública, quedarán sujetos a la rendición de cuentas y a la entrega de resultados, con el objeto de constatar su conducta lícita en el uso del dinero institucional. Pero, sobre todo, al volver punitiva en la realidad lo que antes se salvaguardaba en la impunidad.



La voluntad de AMLO es borrar del mapa de la actuación política y de la administración pública la deshonestidad; que es el cáncer que carcome en forma profunda y prolongada el quehacer gubernamental de nuestro país. A tal grado alcanzaron los niveles de sofisticación las relaciones entre corruptores y corruptos que las leyes en la materia fueron modificadas poco a poco a modo, para eludir irresponsabilidades y deshonestidades cometidas.

Hoy tenemos conocimiento pleno del cúmulo de medidas perversas usadas para las adquisiciones, la construcción de obras públicas y la prestación de servicios especializados a través de prestanombres y de las cotizaciones previamente concertadas dentro de los concursos de licitación pública con costos inflados o por asignación directa; con cualquier argumento para hacerlo. Últimamente salió a relucir la proveeduría amañada y corrupta de medicinas en el sector gubernamental de la salud, por ejemplo.

En el apogeo de la deshonestidad institucional de antaño, surgieron las llamadas empresas “comercializadoras”, constituidas de último momento y cuyo funcionamiento es la intermediación innecesaria para venderle al gobierno una miscelánea de productos a precios alzados; o bien, en el caso de construcción de obra o servicios, la subcontratación.

Ejemplos fehacientes en el gobierno de Peña Nieto fueron los contratos dados a la empresa corporativa transnacional de triste memoria, Oberdrech, y la operación denominada “La Gran Estafa,” donde la SEDESOL federal usó a ciertas universidades públicas para otorgar dinero a terceros, que eran sub-contratados para nunca dar los productos o servicios convenidos.

Los gobiernos panistas no se quedaron atrás con la rápida obsolescencia provocada deliberadamente de las plantas petroquímicas de PEMEX para hacernos más dependientes de la importación de las gasolinas. ¡Entreguistas que fueron algunos!


sábado, 16 de marzo de 2019

Espíritu Bolivariano Mancillado


Héctor Manuel Popoca Boone.

La tragedia de América Latina ha sido la escasa unidad y la abundancia de aquellos que ambicionan el poder a toda costa, de tal suerte que ahora vemos repetirse uno más de los combates históricos entre aquellos que pretenden concretar los ideales que movieron a Simón Bolívar para realizar la independencia de varios países de Centro y Sudamérica; y de aquellos que pretenden congraciarse con los designios de EUA.

También la de Bolívar fue una lucha en pro de la unidad del continente americano, contra las disensiones y ambiciones de caudillos locales independistas de cada uno de los países que integrarían La Gran Colombia, al separarse de España.

De hecho, Bolívar fue el padre de la patria de lo que hoy es: Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador, Panamá y Perú. Era una trayectoria de combates militares donde iban aunadas a la par la victoria sobre España, pero también la decepción con los militares y políticos que lo acompañaban en dicha aventura. Era una deserción continua a causa de no mantener la unidad.

Hoy en día, paradójicamente, los venezolanos son acosados y saboteados por Estados Unidos de Norteamérica, bajo el mandato del Presidente Trump; que tiene el propósito de derrocar al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Para lo cual, ha buscado y conseguido sostener una alianza con Colombia, Ecuador, Panamá y Perú, entre otros.

Otra paradoja histórica es que, tanto Venezuela y los otros países a los que logró darles la Independencia, tomaron como base legal fundacional la Constitución Federal de los Estados Unidos de Norteamérica, elaborada, entre otros, por Thomas Jefferson (Filadelfia, 1776). Constitución que era la inspiración integradora para una gran federación de países de distinta índole bajo el nombre de La Gran Colombia. De tal suerte que la división y disensión son actualmente letra viva de la tragedia que sufren los países que antes buscaron, en conjunto, su libertad nacional.

Son Canadá, Estados Unidos y otras naciones latinas, las que buscan la subordinación de Venezuela a EUA, con la pérdida de su soberanía nacional; olvidándose de la principal consigna de Simón Bolívar: “No hay Patria sin libertad” o de su acertada y pesimista afirmación: “Nuestra división, y no las armas españolas, nos vuelve a la esclavitud”
.
Fue el gran señorío que tuvo este libertador de América Latina lo que le permitía renunciar al poder personal y a la vez perdonar a los que se convertirían en confabuladores. “Por sobre el poder de las armas, Bolívar poseía el de la palabra y conocía el arte de usarla”. (Emil Ludwig). El título de “Libertador” le parecía más valioso que una corona, un título de nobleza o uno de alto nivel en la burguesía palaciega. El nómada de la libertad, Bolívar, en su tiempo fue la personificación del inmortal personaje de la literatura universal: Don Quijote de la Mancha.

Una gran concepción de Simón Bolívar fue: “Formar del nuevo mundo, una sola Nación; ya que si tiene en común un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería tener por consiguiente un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; más no es posible porque los climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres no semejantes dividen a la América. Ojala que algún día tengamos la fortuna de instalar en el Istmo de Panamá un augusto congreso de los representantes de la República, para tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo”.

En palabras de Emil Ludwig diremos que Simón Bolívar: “amo la libertad y conoció sus límites; amo la gloria y le sacrifico su ambición; con energía y fuerza de persuasión incansable venció la apatía de sus contemporáneos y de sus compatriotas, y ha dejado proyectos, que, al cabo de dos siglos, están ahora en camino de quedar…arrumbados y mancillados”.

viernes, 22 de febrero de 2019

Otro gallo nos cantaría


Héctor Manuel Popoca Boone.

En Guerrero, la refundación de nuestros comportamientos éticos, como gobernantes, servidores públicos, profesionistas o técnicos que de una u otra manera hemos estado al servicio de la población, es verdaderamente urgente. Dichas buenas conductas públicas las hemos perdido de muchos años atrás, en términos generales. Hay que reconocer que la administración pública nacional de más de tres décadas de antaño, deja mucho que desear y solo ha atorado el progreso de nuestro estado y de México como país. No avanzamos, pero sí depredamos. Hemos sido más extractivos y destructivos, que inclusivos y creativos.

Los funcionarios públicos distan en mucho hacer sólo aquello que las normas estipulan expresamente. Muchas veces actúan desacatando y violentando las leyes y reglamentos que tienen bajo su responsabilidad y que, además, deben hacer que se observen de acuerdo a las facultades que su encomienda gubernamental les otorga y que por lógica han de observarse en el ejercicio de sus funciones, facultades y atribuciones.

Así mismos obligados están a otorgar el mismo trato a la ciudadanía en general, sin conceder privilegio alguno o preferencia a determinas organizaciones o personas. Habrá de prevalecer ser inmune a influencias, intereses y perjuicios indebidos, que lleguen a alterar o afectar su compromiso para la toma de decisiones o ejercer sus funciones de manera objetiva e imparcial; dando un trato digno y cordial a las personas subordinadas o ciudadanos comunes y sencillos, considerando en todo momento sus derechos humanos que permitan propiciar el dialogo cortés y respetuoso.

En la administración pública debe de haber toda una cultura de servicio y éste debe de estar orientado al logro de resultados positivos, edificadores y eficaces para la sociedad en general, pero preferentemente para los más desposeídos, los pobres de siempre. El gobernante o directivo debe desempeñarse permanentemente como un ente emblemático en sus funciones a fin de alcanzar las metas y propósitos encomendados, de acuerdo a sus responsabilidades, mediante un manejo probo y claro de los recursos públicos y abstenerse de cualquier ostentación o aplicación indebida de los mismos.

De lo anterior deviene una conducta pública recta en donde el gobernante o servidor público no utilice su cargo o empleo para obtener algún beneficio en particular o ventaja personal ni a favor de terceros, así como tampoco ser déspota, autista intencionado o interesado en aceptar compensaciones, contraprestaciones u obsequios onerosos de cualquier persona u organización que comprometa sus funciones. Al contrario, el ejercicio de cualquier responsabilidad pública implica austeridad y un alto sentido de compromiso social.

Esta conducta ética poseerá además valores transversales, como lo son: la equidad de género, entendida como aquella que todo servidor público, en el ámbito de sus competencias y atribuciones debe garantizar para que tanto mujeres como hombres accedan con las mismas condiciones, posibilidades y oportunidades a los cargos, los bienes y servicios públicos; así también a las instituciones. Lo mismo trátese de igualdad y no discriminación que no es sino otorgar el servicio público a todas las personas sin distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en nacionalidad u origen étnico, lengua, color de la piel, apariencia, cultura, religión, sexo, edad, discapacidad, salud, embarazo, pobreza, preferencias sexuales, filiación política u opiniones personales, estado civil, etc.

Por último, pero no menos importante, el gobernante y el servidor público le debe respeto, defensa y preservación al medio ambiente y a la cultura misma en todas sus manifestaciones en cualquier parte del mundo y en cualquier naturaleza por ser la principal herencia a las generaciones futuras.

En la medida que nos aproximemos a la observancia de estos valores y conductas, tengo la absoluta seguridad que estaremos saliendo más pronto que tarde del inframundo institucional en que estamos inmersos, para dar paso a otros estadios superiores de nuestro país y por ende de estas tierras del sur en donde la codicia, la deshonestidad y lo inhumano sean tan solo un triste recuerdo de nuestros altibajos históricos.

viernes, 15 de febrero de 2019


La tierra, ¿es de quien la trabaja?

Héctor Manuel Popoca Boone.

¿Dónde están Obtilia Eugenio Manuel e Hilario Cornelio Castro?

El reparto agrario de grandes latifundios fue producto de la Revolución Mexicana de 1910, es decir, de la Tercera Transformación; principalmente como respuesta a las demandas torales del plan de lucha enarbolado por el General Emiliano Zapata. Después de más de una centuria y vinculada a la contra-reforma agraria, iniciada por el expresidente Carlos Salinas de Gortari, la estructura de la tenencia agraria de México vuelve a presentar una tendencia a la concentración de la tierra en unas cuantas manos. Su perfil actual es de desigualdad, asimetría e inequidad. *

El 66.4 por ciento de las unidades económicas rurales son menores a 5 hectáreas y detentan solamente el 6.2 por ciento de la superficie agrícola nacional. Otro 31.3 por ciento de unidades productivas, son de 5 a 100 hectáreas y poseen el 28.7 por ciento de la superficie y el 2.2 por ciento restante, son mayores a 100 hectáreas y poseen el 65.1 por ciento de la superficie aludida. En otras palabras, un número pequeño de empresarios agropecuarios realiza la explotación económica de la mayoría de los terrenos nacionales de alta rentabilidad.

Nuestra frontera agrícola está condicionada a su vez por factores orográficos, edafológicos, climatológicos, flora, fauna y con diversidad social y cultural, que le otorgan muy diversa caracterología y potencialidad en la dotación de los recursos naturales.

En la época de mayor auge del neoliberalismo mexicano, el gobierno federal abandonó los esfuerzos orientados a lograr un desarrollo rural integral, sustentable, equitativo y justo; dando pie también a la desigualdad en la distribución del presupuesto público destinado al sector. Los grandes empresarios agrícolas del norte y del centro occidente del país (que representan no más del 4 % de los productores rurales) han succionado más de la mitad del mismo, en perjuicio de la mayoría de los productores en pequeña escala productiva del sur-sureste de la república. La consecuencia ha sido una renovada concentración de la tierra en pocas unidades productivas y orientada la mayor parte del erario público a apoyar su explotación económica correspondiente.

Al paso de los años, la certidumbre y certeza en la posesión de la tierra que debiera otorgar la estructura gubernamental federal en el ámbito social, devino en incertidumbre e irregularidad sobre la misma; es decir, en los ejidos y bienes comunales; señaladamente ahí donde existen parcelas con vocación turística, minera, inmobiliaria, de riego o aquellas que poseen recursos energéticos. 

Para el sencillo campesino, la Procuraduría Agraria y el Registro Nacional Agrario, con su tramitología tortuosa, empantanó actualizar sus certificados parcelarios que han sufrido modificaciones por razones de venta, renta, préstamo, abandono o muerte sin testamento formal. Hoy por hoy, es una constante en todo el país el que la certificación de miles de parcelas y/o hectáreas no estén a nombre de quién verdaderamente las trabaja. En Guerrero la incertidumbre por la irregularidad en la tenencia de la tierra agraria afecta a un 60 a 65 por ciento de los predios ejidales y/o comunales. La irregularidad es enorme, sin contar que algunos predios aún carecen de certificado.

En la mayoría de los núcleos agrarios del país regularizar el registro de posesión parcelaria es una urgencia impostergable, para poder identificar si los poseedores formales están vivos, no la han abandonado o hayan procedido a su venta o renta de forma irregular. También perentoria es su actualización para que puedan considerarse elegibles y acceder a los diversos programas y apoyos que el gobierno federal ha implementado a su favor. Por eso, en Guerrero, todos los padrones de beneficiarios son irregulares; en virtud de que no son todos los que están, ni están todos los que son; entre otras anomalías existentes.

*Ensayo sobre extensionismo rural con enfoque territorial. Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura. 2018.


viernes, 8 de febrero de 2019

La asamblea comunitaria


Héctor Manuel Popoca Boone

Con la palabra asamblea, se da a entender una reunión general de miembros de un colectivo para decidir sobre asuntos que les son comunes. Está en la naturaleza del hombre ser gregario. La asamblea es un espacio y a la vez una manifestación de la actuación en colectivo. Es un ámbito donde el individuo establece comunicación con sus semejantes; donde toma cuenta de aconteceres, delibera, reflexiona, discute, adquiere consciencia y consensa decisiones, que se vuelven acciones resolutivas, emanadas del sentir mayoritario de los integrantes de la asamblea. En pocas palabras, es un instrumento que concreta una voluntad social.

El vocablo comunidad, se refiere a un conjunto de personas que viven bajo ciertas reglas de convivencia, donde propósitos y comportamientos individuales son también comunes en otros. Así mismo, tiene significado de identidad social; por tanto, de pertenencia grupal al generar bases homogéneas para una convivencia consensuada. De ahí que, una asamblea comunitaria de carácter rural hace referencia a la instancia que tienen los productores del campo para tratar los asuntos concernientes al agro y a su devenir como pueblo.

Una asamblea comunitaria da cohesión social; en contraposición al proceso de individualización paulatina que las circunstancias cotidianas, institucionales y culturales, imponen a la ciudadanía; sobre todo en la esfera de la información parcializada y no deliberativa acerca de las precarias condiciones socio-económicas que padecen sus miembros. Su función de instancia política también ha perdido capacidad y existencia real, ante el empuje avasallador de los partidos políticos que la segmentan, dividen y minimizan. Por ejemplo, las asambleas de los núcleos agrarios hoy en día se reducen a tratar meros asuntos de tenencia de la tierra.

La asamblea comunitaria es un medio de defensa pacífico para la existencia estable en colectivo, ante situaciones graves de rupturas del tejido social, provocadas por conductas disruptivas de delincuencia y violencia constante, que en sus expresiones más extremas deviene desplazamientos forzados de pueblos enteros; fenómeno que únicamente se presenta en situaciones de guerra formal.

En su esencia, una asamblea comunitaria llámese popular, vecinal, de barrio o rural, proporciona elementos para abrir consciencia y mentalidad libertaria (Paulo Freire dixit), que da acceso al diseño de procesos propios para la sobrevivencia y convivencia; ofreciendo un marco de salvaguarda favorable para la solución de obstáculos y utilización de los mejores medios que posibiliten el progreso social colectivo; haciendo sinergia de los mejores esfuerzos individuales que actualmente se encuentran desorganizados, dispersos y estériles. El asambleísmo es un medio para facilitar las transformaciones sociales que permiten recuperar la dignidad humana y la reconversión de comportamientos antisociales y de empobrecimiento para merman una vida digna y decorosa.

La vida campesina ha estado sobajada, hasta ahora. Por un sistema gubernamental corrupto, una delincuencia y violencia rampante y de la proliferación de lucradores sociales, que pretenden mantener una ciudadanía dócil, subyugada y sumida en la ignorancia; a través del otorgamiento de dádivas y favores gubernamentales que, por lo mismo, prohíjan control y manipulación política por unos cuantos, en detrimento de los muchos. A lo anterior hay que adicionarle la inseguridad pública que mantiene acosada la libertad del pueblo.

Para los gobernantes antidemocráticos, las asambleas comunitarias son veneno puro para sus propios estilos de gobernar; ya que en mucho están desapegados de los verdaderos sentires y afanes de la ciudadanía al verla como objeto recibidor y no como sujeto promotor del cambio.

PD. Entre una estabilidad domeñada y una inquietud transformadora, prefiero mil veces ésta última.

viernes, 1 de febrero de 2019

Proveduría única


Héctor Manuel Popoca Boone.

             Las ramificaciones que desarrolla la economía de la delincuencia organizada son vastas; tanto como lo es la actividad económica de un país. Diversas narrativas dan cuenta cómo las mafias italianas incursionaron con éxito en diversas industrias legalmente establecidas: de la construcción, del desecho de residuos tóxicos, de la alta y glamurosa moda del vestido y, sobre todo, la dedicada a los consumibles de rápida obsolescencia, pero de alta densidad económica en los grupos sociales encumbrados o de elite. Además de las consabidas sustancias adictivas que provocan efímeros placeres neuronales y un gran cúmulo de desgracias personales y de grandes fortunas para los victimarios. (Ilustrativa es la lectura de “Gomorra” de Roberto Saviano)

             De las economías micro regionales han echado mano “los amigos organizados” para subordinarlas; contratando para tal fin profesionistas en artes contables, administrativas y económicas para fincar empresas integradoras, comercializadoras y de proveduría en general, de gran expansión y penetración social.

             En la jerga económica se denominan empresas integradoras aquellas que se dedican a prestar servicios financieros, oferta de mercancías y otros productos, a pequeñas o medianas empresas asociadas. Tienen como propósito hacer compras en común de materias primas o insumos, vender de manera consolidada determinada producción manufacturera, tener altos réditos en préstamos y realizar transacciones compactadas que optimicen sus ganancias.

             Los “amigos organizados” no solo se dedican tan solo al cobro de piso, la extorsión, la trata de personas o el secuestro. Al controlar y gobernar de fijo, territorios determinados, establecen circuitos de comercialización-consumo, controlados y opacos en demasía; cuya fachada son negocios comercializadores comercializadoras que proveen, en forma permanente, artículos de consumo a pequeñas y medianas empresas que venden al menudeo.

              Estas unidades mayoristas venden al pequeño empresario; forzándolo a adquirir los productos a un precio más alto del que corre en el mercado; y éstos a su vez, lo repercuten en el precio final al consumidor. La coerción, el amedrentamiento, cuando no la violencia material o física al empresario, son los medios de persuasión socorridos en última instancia. No hay libre oferta sino compra forzada a tal o cual empresa mayorista que se les indica.

             Este nuevo y subrepticio impuesto a la compra del producto trae, por ende, un mayor precio al consumidor y una economía local cara. Es en pequeña cuantía, pero al hacerlo en forma extensiva o masificada, la sumatoria global de venta en muchas tiendas arroja una masa monetaria de fuerte consideración. Así, repito, los comerciantes al menudeo son obligados a adquirir todas clases de mercancías, en determinados almacenes propiedad de los que hoy gobiernan de facto los territorios; desde refrescos, alimentos enlatados, artículos de limpieza, enseres domésticos, hasta vestidos y calzados.

             Este tipo de economías coercitivas se han arraigado fuertemente en los mercados locales, distorsionándolos.  Estamos hablando de una economía capitalista micro-regional secuestrada, en la que la libre oferta y demanda quedan hechas trizas por fuerzas superiores en donde la famosa mano invisible del mercado -pregonada por Adams Smith- porta ahora una lucidora AK-47.

PD1. Si las cosas te salen mal al hacerlas en determinada forma; es inútil que tengas resultados positivos, si las sigues haciendo de la misma manera. Cuestión de sentido común.

PD2. Hay una mimetización entre los empresarios-políticos; los políticos-empresarios y los narco-políticos-empresarios. Corrupción, S.A. de C.V.


domingo, 27 de enero de 2019

Combate frontal al huachicol.


Combate frontal al Huachicol.

Héctor Manuel Popoca Boone.

El huachicol vino a descubrirse en toda su extensión como un arraigado y vasto sistema de latrocinio y corrupción, de alta escuela criminal y de gran envergadura nacional. Por lo que no es minucia alguna la batalla que el Presidente del la República, Andrés Manuel López Obrador, está sosteniendo contra el robo descarado, a través de una red de complicidades, corporativo-mafiosas, imperante desde décadas atrás; en torno a productos sustraídos del petróleo, que son propiedad de la nación y que en mala hora empezaron a ser concesionados a particulares, nacionales y extranjeros, por malos presidentes de la república de extracción neoliberal.

Afortunadamente millones de mexicanos estamos respaldando al Presidente López Obrador, en esta limpia de carácter nacional. Ya que nos sentimos vulnerados y ultrajados por aquellos que, envueltos en la impunidad con que han actuado todo el tiempo, se resisten a dejar de hacerlo. Bien sean estos, ex gobernantes, políticos, funcionarios públicos y líderes sindicales de PEMEX; así como, en algunos casos, en contubernio con inescrupulosos empresarios de gasolineras y los infaltables “amigos organizados”.

El latrocinio y la corrupción a nivel nacional no es un problema cultural, como erróneamente lo conceptualizó el ex presidente Peña Nieto. Es todo un estilo y sistema de gobernar, de subordinar y doblegar conductas humanas y procedimientos institucionales de trabajar en beneficio de intereses particulares bastardos; cuya densa telaraña tejida a lo largo del tiempo ha paralizado la buena y sana marcha del país en su afán de mayor progreso social.

Sus ramificaciones vinculatorias han invadido todo; y lo han corroído todo hasta los tuétanos. En esta batalla frontal le va su futuro al país. O lo empezamos a redimir combatiendo a fondo la corrupción o por el contrario, permitiremos que los de siempre lo sigan destruyendo cada vez más. Esa es la disyuntiva actual. Los vacíos de atención gubernamental fueron ocupados inexorablemente por el poder criminal. Reconvertir eso es el reto que tenemos los mexicanos bien nacidos.

Todo el sistema de saqueo -en la vertiente del huachicol- está negándose a dejar de existir; y se resisten ilegalmente hacerlo echando uso de todo tipo de recursos disponibles en sus manos. Incluso, acuden desalmadamente a actos y artes criminales, diseñados bellacamente en lo oscurito, sin mostrar como siempre, la cobarde mano que mece la cuna. Lo hacen desafiando la autoridad y la institucionalidad establecida; y parapetan sus fechorías tomando como carne de cañón parte de la población humilde que tiene múltiples carencias económicas.

Como dice el presidente AMLO, es hora de ajustar cuentas a los peces gordos, los intocables, beneficiarios de este multimillonario negocio que nos ha sangrado desde años atrás; que nunca han pagado sus tropelías. Es el tiempo real en que ellos ya no tendrán ninguna certidumbre para evadir la aplicación de la ley; de saber que están dadas las posibilidades y circunstancias de ir a la cárcel y que nunca más podrán hacer de las suyas en otros lugares, medios y circunstancias.

PD1. No caeré en provocaciones. No seré yo el motivo, ni serviré de pretexto, para que los corruptos de siempre, desdoren la visita del Presidente de la República a Guerrero, que viene a poner en marcha el Programa Nacional de Fertilizante el próximo 8 de febrero.

PD2. En mí, no está entregar fertilizante gratis a “los amigos organizados”. Yo paso.


viernes, 18 de enero de 2019

Operación del Programa de Fertilizante 2019.


Héctor Manuel Popoca Boone.

Los productores de granos básicos del Estado de Guerrero que deseen acceder al Programa Presidencial de Fertilizante 2019 constituirán mediante convocatoria pública de la Secretaria de Desarrollo Rural (SADER)  para una asamblea general de pobladores productores de maíz, frijol o arroz de su localidad, la constitución de un Comité Pro-Fertilizante, que tendrá funciones exclusivamente de supervisión en todo el proceso de registro y entrega del insumo a los beneficiarios.

La agenda de la asamblea referida también tendrá como propósito analizar, depurar, actualizar, aprobar y dejar cerrado el padrón de beneficiarios asistentes; fungiendo como testigos de honor un representante de la Procuraduría Agraria, “Servidores de la Nación”,  un representante de la SADER; así como autoridades civiles y/o agrarias que así lo manifestaran para testimoniar el buen desarrollo de la misma.

En la asamblea, la SADER procederá a pasar lista e informar públicamente los nombres de las personas que ya pueden integrar el padrón definitivo, en virtud que ya están inscritos en el padrón Proagro y aquellos posibles sembradores derechosos que la asamblea autorice su admisión. También procederá a recabar toda la documentación oficial y personal que permita la identificación y elegibilidad, a partir de los requisitos legales que indiquen la posesión o renta de la parcela.

Personal de la SADER,  junto con el comité de Pro fertilizante, llevará el acta de asamblea y el padrón definitivo ante el centro de Apoyo de Desarrollo Rural (CADER), mismo que procederá a subirlo a una plataforma digital, mediante la cual se procesarán y sistematizarán a nivel nacional los datos  capturados,  para así emitir los vales uninominales, los cuales serán intransferibles y podrá ser recogido el Fertilizante correspondiente, en forma directa y exclusiva por el productor beneficiado.

Con dicha información, la nueva empresa para-estatal, Productora Nacional de Fertilizantes (PRONAFER), producirá, comprará y surtirá el fertilizante a otra nueva empresa para-estatal, Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX) que lo distribuirá en todo el territorio de Guerrero; a través de un calendario de retiro, en cada uno de los Centros de Distribución de SEGALMEX (CDS) municipales, a fin de que los productores beneficiarios puedan canjear sus veles  sin intermediación de nadie.

La fórmula de fertilizante a distribuir será la indicada por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), de acuerdo al tipo de suelo predominante; debiendo concluir la entrega en todo el Estado a más tardar el 15 de junio del presente año.

El programa otorgará el apoyo hasta un máximo de tres hectáreas por productor, aun cuando éste pudiera detentar más. Solo la SADER a nivel nacional será la única facultada para incluir nuevos beneficiarios al padrón o darlos de baja; observando los criterios de elegibilidad y exclusión establecido.

Saldrá del padrón aquel que caiga en uno de los siguientes casos: Que el beneficiario haya fallecido y se presente otra persona a nombre de él sin ser el testado; aquellos productores que hayan resultado beneficiados con fertilizante en otro programa Federal; que se digan representantes de los productores empadronados,  que haya incurrido en cualquier falsedad o presentado documentación apócrifa para tener acceso al programa o que haya revendido o usado el incentivo para otros fines. Aquel que practique el “moche” o la “La razurada”.

Con la finalidad de llevar un control transparente y real sobre los avances del Programa, así como corregir posibles retrasos o desvíos en la operación, la Secretaría de la Función Pública podrá  realizar visitas periódicas a los centros de proveeduría, y a los centros recepción   y distribución de fertilizante, así como en la emisión o entrega de los vales; y en general, en cualesquiera de las etapas de ejecución del Programa, lo mismo podrá hacerlo la Auditoría General de la Federación.

Será obligación de la SADER registrar el padrón de productores beneficiarios y publicarlo en el portal de transparencia de la dependencia, así como en medio impreso y a la vista pública en cada una de las localidades beneficiadas.